Capítulo 34

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Nuestro lugar en el mundo, no tenemos que buscarlo,. Nuestro lugar en el mundo, tenemos que crearlo
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Alexis

Corro en busca de mi hijo.

Su risa se escucha oculta en alguna parte del patio, se perfectamente donde está, pero finjo mi poder encontrarlo para escucharlo reír feliz.

no puedes encontrarme papi

Me rio — te ocultaste muy bien hijo

Lo busco un rato mas hasta darme por vencido, entonces él sale de su escondite y viene a mi corriendo.

gane papi, te gane

Sonrió y asiento — así es campeón, me ganaste, ahora tomemos un descanso

Lo llevo hasta la mesa y lo siento en la silla, le sirvo un poco de jugo para que recargue energías y yo me dispongo a responder algunos correos. Estos días se me hacen más llevaderos, aun siento la presión y el estrés, pero poco a poco siento como el peso de mis hombros es menos.

— señor, la señorita Jefferson está aquí — la voz de Ana me hace girar a verla

Sonrío

— deja que pase, iremos enseguida — asiente y de marcha

papi, papi. Ella vino, ella está aquí

Allister baja de la silla corriendo pero lo detengo.

— ah, ah, campeón, vamos con calma — lo llevo en brazos

Se remueve de la emoción por bajar y salir corriendo, yo tengo esa misma emoción de salir corriendo y refugiarla en mis brazos.

Llegamos a la sala y ya puedo ver la diferencia de ambiente cuando ella está aquí. Nos mira sonriendo desde el sofá, bajo a Allister quien sale corriendo a sus brazos.

Mantienen una conversación entre ellos y Layla le llena el rostro de besos.

— bienvenida, señorita Jeffeson, que agradable visita — me acerco a sentarme en el sillón

— bueno, alguien me prometió un bello ramo de rosas. Ansío verlo — sus ojos brillaron y su voz sensual me atrapó

— cierto, un ramo de rosas — ramo que tengo, pero no es por eso que ella vino — ¿quiere verlo ya?

— prefiero esperar a la noche

Eso fue acaso... ¿Una insinuación?

Parpadeo sorprendido

La detallo mejor, lleva el cabello recogido en una trenza, pero unos mechones enmarcan su rostro, el color blanco de su blusa le da más brillo en su piel, y lleva un sutil maquillaje que la hace ver tierna e inocente.

Cualquiera cree

Dejó que Allister la lleve por la sala hasta el patio, donde busca una pelota para jugar.

Ambos se divierten tratando de alcanzar la pelota, ella juega con cuidado para no lastimarlo, y él se ríe encantado.

Me siento bajo la sombra de la sombrilla y saco mi teléfono. Capturo el momento en unas fotografías, sonrío al ver la bella imagen que refleja perfecto el amor y la armonía de un familia, solo faltaría yo para ser perfecta.

De Principio A FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora