Capítulo 22

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No somos nuestros sentimientos. No somos nuestros estados de ánimo. Ni siquiera somos nuestros pensamientos
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Alexis

Me encontraba en mi casa esta vez, en mi oficina atendiendo algunas cosas. Mi padre tenía una reunión importante y claro, no podía cuidar de Allister así que me quedé.

Él estaba en su habitación con su tutor, traté muchas veces inscribirlo en un jardín de niños  pero el no colaboró, así que llegamos al acuerdo de que dejaría que alguien viniera a la casa y le enseñará desde aquí.

Lo básico, colores, números, palabras. Allister es muy listo para un niño de su edad y disfrutaba de hacer las actividades que su tutor le dejaba  sin ninguna queja, en ese aspecto agradezco que no me de problemas.

Así que mientras él estaba distraído, yo aproveche para terminar rápido este asunto, así cuando él terminará podríamos pasar un tiempo juntos.

El problema era que no podía concentrarme pues una idea disgustante se paseaba por mí cabeza.

¿Porqué con él?

De todas las empresas en el mundo. De todos los idiotas tenía que ser él...

Mi disgusto hacia el hecho de que Layla trabaja para Max era más que obvio, solo que no sabía por qué.

¿Desde cuando tanta libertad al llamarla así?

Bueno... Es su nombre, y ella me dijo que podía tutearla

No me digas, repiteme el día que no lo tengo entre mis archivos

El que la llame o no por su nombre es indiferente, pensar en ella como una conocida frecuente me hace más fácil... Pensar en ella.

Y el idiota de Max no mencionó nada... Tampoco es como si tuviera que hacerlo, es libre de emplear a quien quiera, pero Layla es muy buena para estar trabajando con él. No deseo ver cómo opaca la luz que ella tanto se esmera en mostrar.

¿Podría trabajar para mí?

¿Por qué no buscó mi empresa?

En cierto punto entiendo. No estamos empleando actualmente, por lo que ella no hubiera tenido oportunidad de siquiera saber que existe, no somos de los que anunciamos a los 4 vientos nuestra posición, somos los mejores y eso lo sabemos, no necesitamos demostrar nada, pero me habría gustado saber de ella antes de que trabajara para el idiota.

— creí que estabas trabajando, no en un viaje astral — su voz hace que levante mi cabeza

— y yo que tu estabas en una reunión — me acomodé mejor en el escritorio

Entró por completo y se sentó al frente mío — terminó hace media hora, conduje directo a casa, llegué justo cuando el tutor de Allister se marchaba

Eso me sorprendió — ¿ya de fue? - mire mi reloj — ah, si, terminaron su clase hace 13 minutos — despeine mi cabello y suspiré

— te veo mal niño. ¿Que tienes?

— nada

— mentiroso descarado ¿te olvidas quien te enseñó a mentir? — me regaña — déjate de niñerías y dime que tienes

— no tengo nada papá, estoy perfecto

Suspiró — una tercera vez no preguntaré — me miró esperando que le respondiera

Suspiré derrotado — digamos que me enteré de algo que no me agrada del todo

— ¿puedo saber de que se trata?

De Principio A FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora