Capítulo 28

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La vida de una madre no es fácil, deja de pensar en ella, para pensar por alguien más
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Layla

Bueno, aquí estamos.

Luego de una charla interna, y muchas preguntas sin respuestas, llegué a involucrarme tanto que ya se me va a hacer difícil salir de esto.

— ¿señorita? Buenas tardes... ¿Esta esperando a alguien? — la voz de una amable enfermera me distrajo

Asentí tímida — lo siento, busco al doctor Lyns, tengo una cita con él

Me miró algo confundida — lo siento, tengo entendido que el doctor Lyns tiene una cita con otro paciente a esta hora — revisó en sus carpetas — ¿es usted, Layla Jefferson?

Asentí

— ah bueno — sonrió — disculpe entonces, el doctor me explicó la situación. El señor Well aún no llega, pero si gusta, puede pasar al consultorio del doctor, él los está esperando

Asentí y le agradecí

Caminé por los blancos pasillos hasta dar con una puerta, con el apellido del doctor, y su profesión.

Genial, no fuiste al psicólogo de chica, lo visitas ahora de grande

Tomé una respiración profunda y toque la puerta, esperando respuesta.

Escuche como me permitió pasar y entre.

Él hombre con bata blanca se levantó de su escritorio y vino a mi encuentro

— debes ser Layla ¿no? — asentí — un gusto conocerte — me tendió su mano y la tomé — Jhona Lyns

— un gusto — murmure, me sentía un tanto intimidada

— por favor, siéntate — volvió a tomar asiento en su silla — Alex me envió un mensaje hace unos minutos, ya deben de venir en camino — me senté en una de las tres sillas al frente de su escritorio

Asentí, me detuve a observar todo el interior de la habitación, paredes en color verde opaco y un café suave, era una linda combinación, varios cuadros con distintas imágenes, algunas de niños sonriendo, familias felices, algunas referentes al cerebro, pude notar algunos dibujos hechos por niños, a la espalda del doctor, muy lindos y coloridos, sonreí. Tenía un sillón para recostarse, también otros más pequeños, como para niños, y un baúl transparente lleno de juguetes.

¿Es un psicólogo infantil?

Note los muchos diplomas y certificados colgados y enmarcados en la pared, me daba tranquilidad saber que estaríamos siendo guiados por un profesional.

— muy bien Layla ¿puedo llamarte Layla? — asentí — bueno, antes de que lleguen Alexis y Allister, quiero decirte, dejando un poco de lado lo profesional, que agradezco tu confianza en esto, tu colaboración y tu aceptación para ayudar a Allister, eso dice mucho de ti — me dio una sonrisa tranquilizante

¿Porque siento que me habla como niña chiquita?

— si tienes alguna duda, que no quieras comentar frente a Alex, este es el momento

De Principio A FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora