Reacción #1

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¿Cómo reaccionarían las rutas al ver que alguien está coqueteando con Sucrette?

KENTIN

Estaban en una feria que había en el parque, recorriendo cada puesto y comprando cosas cuando Sucrette paró en un puesto de joyería artesanal. Se quedó a su lado también viendo los accesarios hasta que escuchó algo que lo sorprendió mucho del parte del dueño del puesto.

—Creo que ese collar te quedaría muy bien. Resaltaría su lindo rostro, señorita —dijo aquel desconocido de manera relajada.

—Ouh... —Sucrette quedó algo sorprendida y un poco avergonzada también ante el cumplido—. Gracias.

Pero no fue todo.

—No es nada. También pienso que haría contraste con sus ojos.

Kentin miraba la situación incrédulo. No podía creer que ese tipo estaba coqueteando con su novia frente a su nariz.

—Mi amor, mejor vamos a comprar un algodón de azúcar.

Antes de que Sucrette pudiera responderle al vendedor Kentin la tomó de la cintura y se la llevó bien lejos de ahí.

—¿Mi amor? ¿Desde cuando me llamas así?

—Lo... lo siento, odié que ese tipo...

—Está bien, lo entiendo —dijo con una sonrisa para luego acercarse a su oído—, mi amor.

NATHANIEL

Era otro día normal en el gimnasio de Kim. Sucrette lo había ido acompañar y hacer una rutina juntos para mantenerse en forma.

Excepto que últimamente bastante gente se le ha ido por venir allí, en especial un tipo que hacía la misma rutina que ellos.

No era idiota, podía ver que desde hace días se la pasaba echándole ojo a Sucrette y no todas las veces de forma inocente, pero ha preferido mantener la boca cerrada ya que no pasaba más de eso. Podía soportarlo si no prestaba mucha atención, no quería hacerle una escena a su novia.

Pero ese día fue la excepción.

—Hey, ¿necesitas ayuda? —preguntó aquel sujeto. Nath lo había oído muy bien desde donde estaba.

—Oh sí por favor, quería esas pesas de cinco kilos, no logro alcanzarlas —dijo Sucrette algo apenada. Había una estantería nueva que era un poco alta.

—Aquí tienes —dijo, entregándoselas. Nathaniel había creído que eso era todo—. Por cierto, no quiero sonar atrevido pero, me gustaría tener número, si es posible. Me haz parecido muy guapa.

Era suficiente.

—Oh... —Sucrette no le dio tiempo a contestar cuando Nathaniel se acercó.

—Oye, amor, ten. Debes tener sed —Sin vergüenza alguna le entregó una botella de agua junto con beso en la mejilla.

El sujeto los miró bastantes sorprendidos, incluso Sucrette que pudo adivinar enseguida que su novio estaba algo celoso.

—Hola, lo siento, no te vi —dijo Nath con una sonrisa inocente, como si no se hubiera dado cuenta de nada.

—Ya me iba —bufó el sujeto, yéndose.

—¿Te estaba molestando o algo? —preguntó el rubio aún fingiendo inocencia.

—Eres muy mal actor —se burló Sucrette.

—¡Hey!

ARMIN

One-Shots | 𝗖𝗗𝗠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora