15. Rayan 2/2

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-Ten, abrigate.- me entregó una chaqueta del doble de mi tamañano, no dudé y me la puse.
Era eso o morir de frío.

-Gracias.

-¿Va hacia el campus?- preguntó mientras arrancaba el coche.

-Sí, espero que no le moleste si me lleva hasta allá.- mi voz sonaba bastante seria a comparación de antes cuando le hablaba seguido.

Pero es que los recuerdos me provocan contestarle así, yo que sé.

-No tengo problema, sino no te hubiera dicho que entraras en mi auto.- y como siempre, tiene razón.

-Sí, como sea.- hice una pequeña pausa.- ¿Desde cuándo me ha dejado de tratar de "usted"?

-Lo siento, a veces olvido que estoy hablando con... una amiga.- una sonrisa de medio lado apareció por mi rostro.

-¿Amiga?

-Lo que sea, ¿te molesta?- preguntó mirándome de reojo.

-No, Rayan.- pude notar que también sonrió.

No dijimos nada en todo el camino, estaba tan sumida en mis pensamientos que no me percaté de que había estacionado. Pero no estabamos en el Campus.

-¿Me esperas aquí?

Asentí sin mirarle mientras apoyaba mi cabeza sobre la ventana.
Lo esperé a la vez que oía el sonido de la lluvia que seguía sin parar, hasta que el señor Zaidi volvió.

-Ten.- me giré y me encontré con un chocolate caliente.- Me di cuenta de que te rugía el estómago hace rato, no me molesta si comes tu comida aquí.

-¿Es una excusa para que le convide?- él me sonrió mientras alzaba sus hombros.

Abrí mi bolsa y le entregué un sandwich de jamón y queso. Sip, esa iba a ser mi cena de hoy.

-Gracias, Sucrette.- me entregó el chocolate caliente y lo acepté con gusto.

¿Quién diría que estaría cenando -más bien parece un desayuno- con mi crush imposible?

No Sucrette, estás enfandada con su persona.

-¿Cómo te ha ido en el trabajo?- preguntó.

-Bastante bien para la torpeza que vengo llevando hace años.- una risa se escapó de sus labios.- Hablo en serio.

-Bien, te creo.

Un pequeño silencio se formó entre los dos. La curiosidad de saber sobre que ocurre entre él y Melody me invade mis pensamientos, ¿serán algo? ¿O acaso ella se le confesó? ¿O simplemente son amigos?

-Sucrette... lamento lo del otro día.

-¿Qué otro día?

-Cuando me viste con Melody. No tengo idea qué interpretaste viendo esa escena pero, sea lo que sea, no quería que confundiera tus sentimientos.

-Sí, bueno. Como vez no es el único que tiene sentimientos, señor Zaidi.- de repente dejó el vaso -ya vacío- sobre el suelo con brusquedad y negó con la cabeza.

-Por favor, no me digas señor Zaidi, y por favor deja de tratarme así, como una autoridad.

-Pero lo eres.- lo miré buscando sus ojos pero él seguía con su vista al frente.

-No en este momento.- murmuró.

Confundida por lo que dijo, deje el vaso aún lado y eché mi cabeza hacía atrás cerrando mis ojos.

-¿Qué es lo que le... te aterra?

-¿A qué te refieres?

-¿Por qué me esquivas? ¿Por qué cuando estamos juntos parece que pusieras una pared entre los dos? Lo que hacemos, Rayan, no tiene nada de malo. Somos humanos.

-Lo sé pero...

-¿Pero qué?

-No quiero que salgas lastimada por mi culpa. No creas que no deseo estar contigo, conocerte más, poder hablar tanto afuera como dentro del Campus sin que tú o yo seamos juzgados.- mi mano se dirigió a su mejilla mirándolo a los ojos.- Pero no podemos.

-Sí, sí podemos.- afirmé.- Podemos hacer lo que queramos, nadie tiene porqué enterarse.

No me contuve, coloqué mi mano sobre su nuca y lo atraje hasta mí juntando nuestros labios.

Realmente sentí aquel beso como si fuera algo embriagador. Quería tenerlo más cerca aún, no quería que se separara de mí jamás.
Sentí una de sus manos sobre mi cintura provocando que se me escapara una sonrisa.

Rayan se alejó -pero no demasiado- y me observó mientras acariciaba mis mejillas, las cuales estaba al rojo vivo.

-Será mejor que te lleve al compus aún tienes la ropa mojada.- asentí sin que la sonrisa se borrara de mi cara.

Más tarde ya estabamos frente a la Universidad en la parte donde los profesores dejan sus coches, obviamente como es de noche no hay ninguno.

-¿Quieres que te acompañe hasta tu habitación?- me preguntó.

-Puedes acompañarme hasta la entrada.- él asintió y nos dirgimos hasta allí.

-Buenas noches.- saludé sin saber que otra cosa más decir o hacer. Rayan es un poco impredecible

Sentí que una de sus manos tiró de mi brazo y la otra se colocó en mi cintura. Volvió a besarme como hace minutos atrás.

-Buenas noches.- al separarme, Rayan tenía una hermosa sonrisa en sus labios.

Una sonrisa que me hizo saber que esto era real y que era un comienzo para ambos.

Espero que les haya gustado esta última parte.
Pd: recuerden que si quieren pueden seguir haciendome pedidos!

One-Shots | 𝗖𝗗𝗠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora