32. Imagina

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Pedido de: todas las que querían ver cómo reaccionarían su pinche ruta a la sucrette embaraza. De nada.
(Y si, incluí a Priya porque puedo y quiero ahre)

"Imagina a las rutas reaccionando a la noticia de que Sucrette está embarazada"

Kentin.

Sucrette iba de un lado a otro, impaciente, a la espera de su prometido Kentin, quien aún estaba en el trabajo.
No podía manejar las ganas de contarle la gran noticia.
Así que le envió un mensaje, diciendo que llegara rápido y que era urgente.
Bastó menos de unos pocos minutos, menos de los que solía tardar normalmente, para que Kentin ya esté en la puerta tocando bruscamente preocupado pensando que algo malo estaba sucediendo.
Sucrette abrió la puerta con el test de embarazo en la mano.
Kentin al verla sólo la abrazó, preguntando que había pasado dejando en claro que no había visto la prueba.

—¡Kentin, te estoy mostrando esto!— exclamó algo estresada alzando el test dejándolo frente a sus ojos.

El castaño achinó sus ojos confundido y sacó las gafas que tenía y se las colocó con torpeza porque... con sólo ver la forma se daba una idea de lo que era.

Sus ojos se abrieron al igual que su boca, estaba sorprendido, más que eso.
No dijo nada, vaya a saber por cuánto tiempo, Sucrette sólo lo miraba ansiosa a la espera de una reacción.
Entonces un sollozo salió de su boca junto con una sonrisa enorme.

Cuando la miró a los ojos, el pobre Kentin -que aún seguía algo impactado- la abrazó, estallando en lágrimas. Dejando en claro lo feliz que estaba.

Armin.

Armin estaba sentado esperando, con la espalda contra la puerta del baño, en donde Sucrette se encontraba haciendo el test de embarazo.
Nunca fue planeado pero era algo que deseaban, y los dos tenían esa sospecha de que ahora podría ser el momento.

El azabache hacia golpecitos con sus pies y, aunque pareciera muy nervioso por fuera, por dentro estaba feliz. Sólo espera que esas dos benditas rayas aparezcan.

—Armin.— la voz de Sucrette llamándolo hizo que casi le de un infarto. Se levantó rápidamente y abrió la puerta.

Ella estaba allí con ese insignificante objeto entre sus manos, un objeto que les dirá si sus vidas cambiarán para siempre, o no.

—Quiero que lo veamos juntos.— dijo ella casi temblando de los nervios.

—Ok.— fue lo único que sus labios pudieron pronunciar.

Armin se acercó a su lado y Sucrette alzó el test, que estaba dado vuelta. Ella soltó un suspiro y cerró sus ojos, intentando calmarse.
Por su parte, el azabache sólo la abrazó con fuerza por detrás, dándole apoyo, dejando su mentón posar sobre el hombro de su chica.

—¿Listo?- él asintió.— Uno... d-dos... ¡tres!

Ella dio la vuelta y...
Ahí estaba, las dos rayitas.

Sucrette soltó un gritó de emoción al igual que Armin. Ambos comenzaron a dar saltitos mientras se abrazaban y lloraban a la vez, llenos de alegría y emoción.
Luego de un rato de festejo no tardaron en comentarselo a su familia y amigos.
Sin saber que la sopresa venía doble.

Castiel.

Sucrette quería hacer algo especial, quería darle la noticia a su futuro esposo pero no quería hacerlo sólo así porque sí.
Así que se le vino una idea a la mente, bastante divertida.

One-Shots | 𝗖𝗗𝗠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora