Capitulo 01.

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» Actualidad.
10:47 a.m.

Silent Mound. ¡Un nuevo lugar para empezar de nuevo! —mi madre empezó a aclamar, su cabello flameaba con el viento, y nuestro auto pasaba frente al cartel de bienvenida.

Bienvenidos a Silent Mound.

Fruncí mis cejas al oír el nombre, pues sonaba espeluznante y poco atractivo.

—Mama, ¿no es un poco extraño nombrar a la ciudad «Silent Mound»? —pregunté, más ella tan solo rio negando con la cabeza—. ¡Enserio mama! ¡Piensa!

—No seas tan... no se ¿y qué si el nombre es raro? ¡Es único! —exclamó—. Además, tu abuelo solía vivir aquí, y su padre, y el padre de su padre...

Cerré los ojos y soñé con un lugar lejano, mientras que ella seguía hablando sobre mi familia. ¿A quién le importa si mi abuelo, o mis ancestros vivían aquí? Yo tan solo quería volver a casa, a mi ciudad, con mis amigos, mi viejo dormitorio, y mi padre.

—De todos modos, ¿Por qué tuvimos que irnos? ¿Por qué no pudiste hablar con papa y arreglar las cosas? —pregunté, a lo que ella suspiro con fastidio.

—Lucy, ¿puedes preguntarle a tu padre porque se acostó con otra mujer?

Solo cerré mi boca, sabiendo que si argumentaba más, ella definitivamente me gritaría. Pero había una pregunta rondando por mi cabeza, esperando ser preguntada y saber por fin la respuesta. Y se lo pregunte, tomándola desprevenida y haciendo que sus ojos se abrieran mucho.

—¿Por qué no te defendiste como su esposa? ¿Por qué dejaste que te hiciera esto?

Ella simplemente se encogió, sus labios estaban apretados en una línea firme, su agarre en el volante se apretó considerablemente, ya que sus nudillos se pusieron blancos.

—Me gustaría saber la respuesta, Lucy, pero todavía no lo sé —murmuró y miro hacia otro lado, no queriendo discutir más.

El coche giro a la izquierda, y a la derecha, hasta que aparecieron unos pocos edificios altos. Continuamos por la carretera hasta que vi la ciudad. Era normal, llena de gente caminado y cruzando la calle. Mama continuo manejando, probablemente en busca de algo, cuando finalmente sonrió y aplaudió.

—Por fin, aquí hay uno —habló. Aparcó el coche delante de un edificio pequeño.

Supermercado.

Debería haberlo sabido.

—Bueno, solo voy a comprar algunos comestibles para hoy, ¿de acuerdo? Espera aquí en el auto, no me va a tomar mucho tiempo —dijo y se bajo del coche, sin molestarse en apagar el motor.

Entonces, una idea vino a mí, y con esta tal vez podría recorrer y ver toda la ciudad.

—¡Mama! —la llame, y se dio la vuela— ¿Puedo llenar el auto? —pregunte, ella sonrió y asintió.

—¡El dinero está bajo tu asiento! —murmuro, y le di una señal con el pulgar hacia arriba—. ¡Estate de vuelta! —ella grita y la miro mientras camina hacia el interior de la tienda, desapareciendo de mi vista.

Salgo del asiento del pasajero y me posiciono en el del conductor. Retrocedo el coche fuera del lote, y me alejo del supermercado. Me acorde de cuando obtuve mi licencia de conducir a los diecisiete. Seguí en busca de la gasolinera, mirando a mí alrededor, viendo diferentes tipos de tiendas. La única razón por la que quería llenar el coche fue para ver la ciudad, y para saber si es grande o no.

Oh por favor, ¿dónde mierda está la gasolinera? Después de unas cuantas vueltas, y siguiendo las indicaciones, por fin encuentro una. Dios, gracias. Salgo y empiezo a llenar el coche de gasolina. Mientras espero, silbo con la melodía de «Timber» sonando en la radio. Cuando el depósito está lleno; pago, arranco el coche y conduzco de vuelta al supermercado.

Hex [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora