Hex [h.s]

Capitulo 19.

El timbre sonó al momento en el cual terminé de colocar la mesa. Mi madre apresuradamente se dirigió hacia la puerta, mientras yo me asomaba a escondidas para ver aunque sea un poco.

Abrió la puerta rebelando a la mamá de Ruby. Su cabello estaba recogido en una coleta, nos sonrió a ambas. Sostenía una botella de vino en las manos, por lo que sabía tenía que entendido sería para la cena.

—¡Hola Crystal! —Mi madre la abrazó, y yo miré hacia otro lado, riéndome de lo que acababa de hacer.

Era muy gracioso porque ella estaba abrazando a la mujer, que ahora se encontraba muy sorprendida.

—H-hola a ti también —la mamá de Ruby, Crystal tartamudeó. Me aclaré la garganta y mi madre se alejó, sonriendo tímidamente.

—Entra, Crytal, lo siento por eso. —Mi madre se rió, junto a Crystal. Fue bastante incómodo a la hora de saludarla.

Imagínate a ti mismo, saludando a la mujer que es la mamá de tu mejor amiga muerto, y que encima es ella quien se culpa por su muerte.

—Hola Lucinda —ella murmuró agitando levemente su mano en forma de saludo.

—Hola —murmuré.

Mamá de repente gritó, haciendo que yo y la mamá de Ruby –quien saltó–, volteáramos a verla con precaución.

—Mamá, ¿qué ocurrió? —pregunté, el pánico atado a mi tono de voz. Su expresión facial era de shock, no de miedo, pero simplemente ambas vinculadas.

—¡Olvidé por completo el pollo! —Dicho esto salió corriendo hacia la cocina. Maldecí una y mil veces por haber gritar solo por eso.

Miré a la mujer rubia, que depositó el vino sobre la mesa, ella también me miró. ↓ haciendo ella la misma acción que yo.

Cada vez que miró sus ojos azules, me recuerdan a los de Ruby. No puedo evitarlo, simplemente suspirar con la culpa pura.

—Mira, tía Crystal yo... —Señor, no sé cómo decir esto—. Siento lo de...Ruby...y yo...

Ella puso su mano sobre mi hombro. Y sonrió –Espera, ¿qué? ¿ella acaba de sonreírme?

—Está bien cariño, Ruby... fue... bueno, ella se lastimo, y tu también. Quiero decir, no tienes nada que ver con esto, esperemos a que esté en un lugar feliz en estos momentos.

Le sonreí y asentí, abrazándola y sonriendo. Frotó su mano por mi espalda para brindarme apoyo.

—¿Cómo está tu brazo? No tienes que vendarlo más.

—Está bien. Se curó rápidamente.

Nos dirigimos hacia el comedor. Mamá estaba allí de pie, con una sonrisa en su rostro.

—¡La cena está servida! —espetó, y todas nos sentamos. El olor a pollo asado inundaba el ambiente.

Comenzamos a comer, mientras ellas hablaban de ropa, y cosas normales que a las mujeres de treinta les gusta hablar.

—Entonces, quiero quedarme aquí hasta el viernes, si eso está bien para ustedes dos. —Crystal sonríe, mi madre y yo asentimos.

—Por supuesto Crystal, no nos importa. —Mi madre se rió, pero algo hizo que mi sangre se helara.

¿Qué hay acerca del demonio? Si va a hacerle algo a la madre de Ruby, me moriría.

—Uh... Mamá, ¿por qué Crystal no duerme contigo? Estoy segura de que estará más cómoda. —Ella simplemente murmuró un ''no es mala idea''.

Suspiré de alivio, y continué comiendo mi pollo. Las paredes de la sala de estar, de la cocina, y del comedor finalmente fueron pintadas. La cocina, de color naranja brillante, la sala de estar, de azul bebe, y el comedor, de color verde.

Cuando terminamos, lavé los trastos sucios, mientras ambas se iban a ver la televisión bebiendo algo de vino blanco.

Me estremezco y casi dejo caer el plato que estaba lavando, cuando siento sus fríos dedos alrededor de mi cuello, junto a su helada respiración.

—Así que, decidiste que la madre de tu amigo viviera aquí ¿eh? —siseó—. Lastima que eso no está permitido. Diablos, eso ni siquiera está en nuestro acuerdo.

Mierda.

—Yo solo quiero que se quede aquí por un tiempo. No a vivir aquí —tartamudeé.

—Mmh... Eso sólo pasara si... ella sale de aquí. —Él ríe— Con vida.

—Estás enfermo. Lo que sea que estés planeando hacer, no lo hagas. Al menos no la incluyas a ella, recuerda que esta es nuestra lucha, no la suya.

—Una pelea no es una pelea sin que alguien no muere, siempre recuerda eso Lucinda.

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