Capitulo 42.

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Mi cuerpo se congeló una vez que me di cuenta de lo que acabé de decir. Sentí que Randy se encogía detrás de mí. Estaba en una mierda profunda. En un abrir y cerrar de ojos, Randy me obligó a darme la vuelta y mirarlo.

—¿Quién es Harry? —preguntó, su voz tenía un tono monótono. Sólo miré hacia adelante. De repente mi garganta se secó, incapaz de hablar. —¿Quién es Lucinda? —exigió, su voz llena de pura confusión, tristeza y podría ser.., ¿ira?

—Y-Yo..., no sé— murmuré débilmente. Dejé escapar un grito de dolor una vez que sus manos sujetaron fuertemente mis brazos. —R-Randy...—gimoteé—, me estás lastimando.

¿Lastimándote? ¡Tú eres la que me está haciendo daño, Lucinda! Estás engañándome, que puedo decir —se burla—. Ni siquiera trates de mentirme, así que dime, ¿quién es este Harry? —vociferó, su cara a pulgadas de la mía. Me estremecí, nunca vi este lado de Randy. Siempre era juguetón y divertido a mí alrededor, pero supongo que ya no lo será.

¿Debería decirle la verdad? ¿Acaso me creería? Su agarre en mi brazo se hizo más apretado, y sabía que iban a haber moretones más tarde.

—É-Él es...

—¡Escúpelo! —demandó, y cerré los ojos al oírlo.

—É-Él es un demonio —balbuceé, asustada por si me gritaría de nuevo. Después de unos segundos, abrí los ojos.

Lo que me sorprendió y me hizo temblar corriendo arriba y abajo de mi espina dorsal es que dejó escapar una risa sarcástica.

—¿Q-Qué es tan gracioso? —llegué a cuestionar débilmente. Esto lo hizo incluso reír más fuerte de una manera enferma.

De repente se detuvo. —¿Esperabas que yo creyera esa mierda? —escupió— ¿Estás intentando engañarme?

Sacudí la cabeza frenéticamente. —No, no estoy tratando de engañarte, ¡lo que digo es la verdad! —Me quita las manos, lo que me hizo soltar un pequeño suspiro de alivio.

—¡Mierda! —él grita, haciéndome saltar. Oí algo que se rompía desde la distancia, haciéndome lloriquear. Esto me daba miedo de hecho, nunca vi algo como esto, aparte de Harry.

Randy se acercó a mí, esperaba que gritara de nuevo. Entonces, sentí una mano enorme envolverse alrededor de mi garganta, cogiéndome desprevenida. —R-Randy..., d-déjame ir. —Comenzó a estrangularme, lágrimas se formaron en mis ojos.

—Oh Lucinda, ¿cuándo aprenderás a dejar de mentir? —preguntó dolorosamente.

Juro que una vez que me suelte voy a estrangular el infierno fuera de él. —D-Detente Randy. —Me ahogué, tratando de sacar su mano de mi cuello. Su agarre era como de hierro, haciéndolo casi imposible. —P-Ponme abajo.

—Con gusto. —Me dejó caer en el suelo frío. Suspiré por el aire, mientras me doblaba por el dolor de cuello. Todo el tiempo sentí la dura mirada de Randy en mí. —La próxima vez, no me mientas nena, si sabes lo que es bueno para ti.

—No..., no estaba mintiendo —murmuré—, estaba diciendo la verdad.

—¡Oh, vamos! ¿Un demonio? ¿Andando por ahí, tratando de seducirte? ¿Pidiéndote que me engañes? —exclamó—. Los demonios no son reales, Lucinda, ¿por qué no me dices que tienes otro hombre? ¿Por qué tratar de negarlo? Porque con mucho gusto volvería a casa y olvidaría esto que sucedió entre nosotros

¿Dónde está Harry cuando lo necesitas? Espero que aparezca y le diga a este bastardo que es real y cosas así.

Justo cuando estaba a punto de responder, llamaron a la puerta. Apresuradamente, Randy me hizo levantarme. Él suspiró profundamente antes de ir a la puerta.

Al oír las voces de mis padres una vez que la puerta estaba abierta, quise decirles lo que pasó mientras se habían ido.

—¿Que pasó aquí? —Mi padre preguntó— ¿Por qué está rota la Estatuilla de Peces? ¿Quién la rompió? —Así que fue una estatuilla lo que hizo el ruido de la ruina; probablemente Randy la arrojó por la ira. No es sorpresa.

—Papá, lo que ocurrió fue...— Randy me cortó un cuando puso un brazo alrededor de mi cintura, acercándome a él. Tenéa muchas ganas de darle una patada donde el sol no le da, pero él apretó mi muñeca.

Probablemente parezca romántico para mis padres, pero para mí es como si me escoltaran a mi muerte. —No te preocupes, Sr. Mackenzie, fue un accidente, Lucinda se topó con eso y por eso cayó, ¿verdad nena? —me pregunta, empujándome. Suspiré.

Estaba tentada a rodar mis ojos, pero eso sería lo peor para mí.

—Sí, claro —contesté suavemente. Si sólo pudiera ver que estoy gritando por dentro.

Pero lamentablemente, no pueden. Mi madre es totalmente ajena a todo lo que pasa en su entorno, y mi padre todavía piensa Randy no me hizo nada. Si sólo supiera lo que hizo hace un momento. Cómo gritó y casi me mató. No es el Randy del que me enamoré antes. Le dije la verdad pero nadie me creería. Nadie lo hizo.

Desde que me mudé aquí a Silent Mound; Mi madre piensa que estoy loca, mi padre piensa que me estoy poniendo paranoica, ¡y ahora mi novio piensa que soy una zorra que lo engañó! ¿Cuándo verían la verdad?

—Oh, está bien, pero ten cuidado la próxima vez que Lucy, ¿de acuerdo? —mi padre inquiere, y yo asiento.

—Randy, tenemos que hablar —le susurré. Él suspiró.

—Tienes algunas explicaciones que darme —dijo antes de que se fuera.

Con mi visión borrosa, caminé lentamente hacia quién sabe dónde. Mis rodillas tropezaron con algo, que es probablemente el sofá. Me senté y respiré hondo.

Mis pensamientos volvieron a la caja de madera que papá quería tirar. ¿Qué podría estar dentro? ¿Y quién es este J.S. cuyas iniciales se tallan en la caja?

—Randy, ¿puedes ayudarme? —escuché que mi padre pidió viniendo de la cocina. Randy fue hacia allá enseguida.

Mentalmente rodé mis ojos a su respuesta. Aún escuchando su conversación en la cocina, papá habló. —Randy, ¿ya limpiaste el ático?

—Sí señor.

—Por favor, llámame papá. Después de todo, estás saliendo con mi hija, y puedo decir...—susurró la última parte, pero pude descifrar lo que era. Sólo había una palabra para ello: matrimonio. No pude evitar gemir de frustración.

¿Por qué? ¿Por qué querrían que me casara tan temprano? Voy a ir a la universidad el próximo año, y haré que mis sueños se hagan realidad.

Esperaba ser una mujer de negocios algún día o una contadora, pero claramente el matrimonio es lo que piensan que es mejor para mí. Y odio eso.

Randy se rió de la observación de papá. Tal vez él no quiere casarse conmigo en un futuro cercano debido a que lo engañé con un tipo, que vendría a ser el demonio, Harry Styles.

No puedo evitar reírme al pensar en ello.

Mi madre pronto gritó que la cena estaba lista, me levanté y me dirigí a donde mamá gritaba. Finalmente, hizo algo útil con su boca. Sin ofender.

Comimos en silencio, mi madre me ayudó a comer el curry de pollo que cocinó. Estuvo delicioso, para ser honesta. La cena se pasó en silencio y yo me ponía más nerviosa por cada minuto que pasaba, pues sabía que tenía que hablar con Randy después.

© TriciaJeanL | borntoharry

Hex [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora