Takemicchi del y para el pueblo [Tokyo Revengers]

Regalos

Como recordarán, el cumpleaños del comandante resultó en un desastre total, perdimos la comida hecha, la decoración se fue a la basura y el regalo se escapó, literalmente, pero lo que Hina le dio a Mikey fue lo que nos salvó de muchos problemas... llevándonos a otros...

- ¡Takemichi no puedes volver a dormir con el enano ese!

Hina colocó sus manos en su cadera y frunció el ceño, su novio quería volver a dormir con Mikey porque, según él, el pobre chico estaba tan asustado que no podía dormir.

- Pero Hina, Mikey dice que está muy asustado por las personas con las que le toco trabajar, muchas de ellas tenían peticiones bastante crueles -puso su mano en la cabeza del rubio natural y la acarició- Solo será por esta noche.

- Sí, Hina, estoy muy asustado -hizo un falso mohín- Todo porque las chicas y tú nos mandaron a trabajar a esos lugares crueles.

- Está mintiendo, Takemicchi -Draken pasó por ahí e hizo su comentario- No dejes que te acose.

El pequeño chico lo fulminó con la mirada y segundos después se puso de pie. Caminó hasta la puerta de su habitación y soltó un largo suspiro.

- No te preocupes Takemicchi, si nadie quiere que duermas conmigo ha de ser por algo ¿No crees? -le sonrió con un poco de tristeza- Yo estaré bien.

- Mikey... -Takemichi miró a su novia y le frunció el ceño, ella bufó y se cruzó de brazos-

- Está bien, pero solo por esta noche.

El chico se levantó de su asiento y la abrazó, Mikey les dio la espalda y sonrió con picardía: objetivo cumplido.

Takemichi llevó las cosas que iba a necesitar para esa noche a la habitación de Mikey; este estaba de lo más feliz y contento por dormir con su querido Takemicchi de nuevo. Mientras arreglaban las cosas para esa noche, no se dieron cuenta que la manta favorita de Mikey estaba en el suelo, por lo que, cuando Mikey pasó por donde esta estaba, se tropezó y cayó sobre su amigo impactando en el suelo.

- ¿¡Estás bien, Takemicchi!? -preguntó preocupado porque no sabía si se golpeó en algún lugar- 

- Estoy bien, no te preocupes.

Aún en esa posición, ellos se miraron fijamente y rieron por la situación, esto hizo que no se dieran cuenta que la puerta se abría y una chica entraba con unas sábanas.

- Chicos vi el pronóstico del clima y decía que hoy noche va a...

La escena que tenía frente daba a entender muchas cosas extrañas que, obviamente, pasaron por la cabeza de la chica.

- No, espera Hina, no es lo que piens-

- Querida socia~ lo queramos o no, compartimos las dos, al mismo hombre~ -terminó parte de la canción y echó a correr ya que la chica agarró su zapatilla y lo empezó a perseguir-

- VEN ACÁ MALDITO ENANO, DE ESTA NO TE SALVAS PUÑETAS.

Kazutora y Hakkai los vieron correr por la sala y suspiraron.

- Creo que es la única que puede y tiene el valor de tratar al comandante así -dijo el chico de cabello azul y el otro asintió-

- Ya cálmate Hina -sus amigas la agarraron de los brazos y la obligaron a detenerse- Vamos a darle su regalo a Mikey.

- Pero ese idiota estaba por hacerle cosas obscenas a mi novio, primero las fotos de la maldita pasarela y ahora esto -le lanzó su zapatilla y él la esquivó- Maldito minimoy con complejo de superioridad.

Los chicos los calmaron a ambos y todos se sentaron en la sala de estar esperando a que Baji llegara junto a Chifuyu.

- ¿Qué esperamos? -Mikey se empezaba a impacientar- 

- Es que el día de tu cumpleaños no nos olvidamos de comprarte un regalo -explicó Emma- Solo... se nos escapó. Baji y Chifuyu lo encontraron de casualidad y están trayéndolo.

Mikey lanzó una carcajada no creyéndose nada de lo que su hermana le dijo.

- ¿Qué? ¿Tenía patas el regalo? -volvió a reír, pero, al ver que nadie más lo hacía, se detuvo- ¿¡Tenía patas el regalo!?

- Sí -Baji por fin había llegado, junto a un miembro nuevo, a la casa- Te presento a Rigoberta II.

Se giraron a ver al chico y este sostenía a la gallina en sus manos como si estuviese tratando con un objeto peligroso, tras suyo estaba Chifuyu sobándose sus manos. Mikey al ver a la gallina estalló en felicidad, ella se parecía a su anterior mascota que tanto quería.

- Es... ¿Es para mí?

Los chicos asintieron y se la entregaron, ambos hicieron contacto visual y se enamoraron completamente del otro, el comandante la abrazó y dio vueltas con ella. Les sonrió a sus amigos y agradeció.

- Muchas gracias, chicos, este regalo es el mejor que... No la robaron ¿Verdad? -ellos negaron- Ah que bueno porque no quería que... No es otra gallina de Shinichiro ¿Verdad? -volvieron a negar- Uff me asuste, no quería que sea como la anterior vez y... No la van a cocinar ¿¡Verdad!? -y, de nuevo, negaron-

- Bueno, a menos que entremos en tiempos de crisis... -miraron a Mitsuya y este se alzó de hombros- Son cosas que podrían pasar.

Ignoraron al chico de cabello plateado y siguieron contemplando a Rigoberta II con su dueño; Takemichi, feliz por su amigo, se acercó a él y tocó su hombro.

- Como Rigoberta II ahora está contigo, no hace falta que yo duerma esta noche en tu habitación ¿Verdad? Ya no tendrás miedo porque ella estará junto a ti -el chico acarició la cabeza de la gallina y esta se lo permitió muy contenta; el rostro de Mikey estaba pálido por el comentario de su amigo- En ese caso iré a sacar mis cosas de ahí para que Rigoberta II esté cómoda.

- ¡NO! ¡TAKEMICCHI!

A pesar de lo que la gallina ocasionó, Mikey la llevó a su habitación para cuidar de los peligros que habían fuera de su casa... en realidad tenía miedo que Mitsuya la cocinara, que se le puede hacer.

- Esa gallina no le hizo nada a Takemicchi -Chifuyu comentó indignado mientras sobaba sus manos-

- ¿Te hizo daño Rigoberta II?

El menor de los gemelos se acercó al chico y miró su mano, luego mandó a su hermano a ver el botiquín para ponerle unas curitas en los lastimados que el animal le hizo.

- Es Takemicchi ¿Qué esperas? -Peh-Yan comentó- ¿Hay alguien en esta casa que no lo quiera?

Y nadie pudo discutirle nada.

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Hola, pueden ignorar este spam si quieren, solo es para comentar que publiqué esta historia, pueden ir a leerla si gustan, sería muy grato para mí. Solo tiene un capítulo.