Oops!...I did it again/Postmodern Jukebox.

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Takashi Mitsuya × Oc × Hakkai Shiba.

50's Jazz AU¡.

—¡This is the part when i say i don't want you!.—"

La melodía alegre que el pelimorado tocaba en el piano aligeraba la estaca que decía la letra de forma sublime, casi la hacia parecer una canción bailable o de amor.

Akane Guiñó al ver como la veía embobado, sus dedos se movían por inercia así que se podía dar el gusto de admirarla como el ángel que era. Su cabello azabache hacia juego al carmin que llevaban sus labios carnosos y las esmeraldas que se movían coquetas en su cuello lo volvían completamente loco.

Estaba enamorado de hasta el último centímetro de la Hayashida.

Pero sin duda alguna lo que más amaba era su voz, el desplante que tenía en el escenario, esa personalidad fiera y llena de gracia, tan dominante, tan ella.

El show fue terminado por aplausos estridentes y luego de agradecer y retirarse fueron felicitados personalmente por los dueños del local.

"Son una hermosa pareja, llegarán lejos", Fueron sus palabras.

Como todas las noches se ofreció a acompañarla a su departamento y siguiendo la rutina se quedaron a compartir una copa de vino tinto, celebrando su prosperidad ese último tiempo.

—Quédate está noche, Taka.—Dijo helandole hasta su última gota de sangre, asintió tímido para quitarse al fin su saco color ciena, Akane procedió a tirar lejos los tacones negros que la habían estado matando toda la función.—Vamos a mi cuarto.

Tragó duro.

Había entrado millones de veces en esas cuatro paredes pero esta vez le parecían completamente asfixiantes.

—He estado trabajando en unas canciones.—Dijo para alivianar el ambiente.

—¿Las tienes contigo?.—Asintió.—No se que esperas para mostrarmelas, Dulzura.—Ese apodo juguetón que le había puesto borracha hace dos años era su favorito, aunque claramente preferiría un "mi amor" se conformaba.

Volvió al pequeño comedor tomando su maletín café para volver a la habitación, no se explicó como en esos segundos ella ya se había puesto un camisón de seda demasiado Sexy a su gusto reemplazando el vestido verde hoja fruncido y apegado a su cuerpo.

Volvió a sentirse mareado.

Se sentó en la cama matrimonial extendiéndo unas hojas, Ella fascinada las examinó dejando salir una risa satisfecha.—Me encanta, es perfecto.

—Me alegra que te guste, ¿no te parece muy...distinto?.

—Para nada, sigue teniendo tu esencia y sabes que yo voy a darle el toque Hayashida.—Bromeó.—Mejor vamos a dormir, estoy exhausta.

—Claro.—Quitó el revoltijo de papeles de la cama dejandolas en el pequeño estante que Akane tenía desbordante con maquillaje, se quitó los zapatos y la camisa quedando sólo con su musculosa blanca y pantalones para proceder a recostarse a tu lado sobre las sábanas porque el calor de Nueva Orleans esos días era horrible y sabía que ella había olvidado mandar a reparar el aire acondicionado, la peliengra maldijo entre dientes para voltear a ver al pelimorado.

Takashi era perfecto. Una persona adorable y un músico admirable, juntos eran dinamita, pero aún así no podías
evitar sentir que algo les faltaba.

Esa chispa que los hiciera explotar.

Con ese pensamiento cerró los ojos cayendo al quinto sueño de inmediato.

𝘖𝘯𝘦-𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴 𝘛𝘰𝘬𝘺𝘰𝘳𝘦𝘷¡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora