Takashi Mitsuya.

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Las cuatro chicas estaban en el hogar de los Sano, vacío a excepción de ellas. Manjiro había salido con Draken, Takashi y Baji a quien sabe dónde, por tanto decidieron tener una pequeña reunión de amigas.

Más bien, reunión de chismes.

—Entonces, ¿Te vas a acostar con todos?.—La Pelinegra asintió a la pregunta incrédula de la colorina.

—No le veo lo malo, sólo está disfrutando de su sexualidad.—Se encogió de hombros Yuzuha mientras comía una papita.—¿No?.

—Pues sí, digo, prefiero acostarme con ellos a qué seguir haciéndolo con mi ex a escondidas.—Confesó Jessica.

—¡¿Te seguías acostando con tu ex?!.—Emma casi tenía chispas saliendo por sus ojos.

—¿Ups?.

—Mientras no lo hagas con Takemichi supongo que está bien.—Suspiró Hina, la mención de su ex novio seguía afectandole un poco a pesar de haber terminado hacía ya un año o más.

—Lo mismo digo, eh.—La codeó la rubia.

—Sin candado no hay pecado.—Se limitó a decir la mitad japonesa.—Además no tienes derecho a decir eso, Hina, tú estás saliendo con Kisaki.

—Sí, pero eso no quita que Takemichi fue alguien especial.—Murmuró por lo bajo esta.

—Como sea, se acabaron las palomitas, ¿Quién va a hacer más?.—Todas se vieron entre sí hasta que las tres restantes se pusieron de acuerdo para verla a ella, suspiró.—Bien, yo voy.

Se levantó de la cama de la Sano para ir a la cocina con el cuenco vacío en sus manos, aprovechó de estirarse dejando sus músculos destensarse después de haber estado sentada tanto tiempo.

Tal vez debería comenzar a hacer ejercicio, su cuerpo no estaba aguantando del todo bien sus sesiones de cardio intensivo, si saben a lo que se refiere.

Le sorprendió ver en el comedor sentado a aquel pelimorado en completa soledad.

—¿Y tú qué haces aquí?.—Preguntó con burla.—¿Te dejaron cuidandonos?.

Mitsuya soltó una leve carcajada acomodándose mejor en el sillón, sus piernas abiertas por comodidad y sus brazos apoyados en el respaldo de este, jamás había notado lo bien que se le veían los Jeans ajustados y esa chaqueta de cuero negro.

—En realidad estaba esperándote, quiero darte un regalo.—La fémina lo vió con curiosidad.—¿Me acompañas?.

Viendo a sus alrededores sin notar la presencia de ninguna de sus amigas dejo el cuenco en la encimera y revisó tener su teléfono en el bolsillo de su propia chaqueta para acercarse al chico.

—Lo que se ve no se pregunta.—Afirmó tomando de una de sus manos para ansiosamente sacarlo de la casa.

Porque si en la Toman había alguien a quien le tenía ganas; ese era Mitsuya.

[...]

La casa del pelimorado estaba vacía, pues Luna y Mana habían ido a casa de una de sus amiguitas de la escuela.

—Sientate, vuelvo en un segundo.—Indicó Takashi yendo directo a su habitación.

Jessica obedeció con confianza, sacó su celular para mandarle un mensaje a sus amigas de que se había ido para no tener a una Hina preocupada después. Ellas podían ser un dolor de cabeza si se lo proponían.

El apartamento se sentía mucho más vacío sin Luna y Mana correteando por ahí, sonrió levemente, las niñas le caían muy bien desde que la mandaron a su casa cubierta de Stickers luego de una tarde de juegos.

𝘖𝘯𝘦-𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴 𝘛𝘰𝘬𝘺𝘰𝘳𝘦𝘷¡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora