Takashi Mitsuya.

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drakencitopeloncito <3

Comenzaré a ponerme al día con los pedidos que tenía en el apartado, pido clemencia.

El calendario en su pared marcaba con un círculo rojo aquel día; Veintisiete de octubre, su aniversario con Takashi.

La chica sólo se dejó caer en la cama sintiendo el peso de sus pies en el suelo. Tenía un par de llamadas perdidas de Takuya y Yamagishi al igual que veintitantos mensajes de Makoto, Akkun y Takemichi. Sus nuevos amigos, pues los de siempre realmente ni siquiera parecían estar al tanto de su situación.

O al menos no desde su lado.

Otra llamada resonó por la habitación, "Take<3" marcó el identificador. Dudó si responder, pues lo que menos quería era tener que alzar la voz en aquel momento, aún así se dió ánimos pensando que realmente podía ser algo importante.

—¿Sí?.

"—...Yui-chan, lo siento tanto...por favor revisa los mensajes que te mandé...Takuya va para tu casa, nosotros llegaremos pronto...—"

Y sencillamente cortó.

Se quedó pasamada y confundida a la vez, ¿Habría pasado algo con los chicos?, ¿Volvieron a meterse en una pelea?.

Antes de poder abrir el chat del rubio dos golpes fuertes en su puerta sonaron, Takuya, pensó.

Se levantó dejando en su cama el teléfono para ir a abrirle al ojigris. Se notaba en la oscuridad del cielo que ya debieron haber pasado las nueve de la noche, era bastante tarde pensando que recién despertó hace un par de horas luego de haberse quedado dormida en el sofá de la sala tras haber llorado hasta que no le quedaban más lágrimas por no haber recibido ni señal del pelimorado en días.

—Yui-chan, ¿Estás bien?.—La voz agitada de el de hebras miel la confundió en demasía. Lo dejó pasar cerrando la puerta, ni siquiera se quitó los zapatos por lo afectado que estaba, seguramente había corrido.

¿Porque ella no habría de estarlo?.

—Sí, ¿Ocurrió algo?, ¿Ustedes también están bien?.

Takuya sólo la vió de una forma que no supo entender al inicio, ¿Acaso era lástima?, ¿Pena?.

Rápidamente el Yamamoto sacó su teléfono de su bolsillo y se mordió el labio antes de entregárselo.

Literalmente la Aihara pudo sentir como su mundo se cayó en pedazos en ese instante, llevándola con ellos para terminar destrozada en el suelo de madera de su hogar.

En aquella foto yacía su pareja desde hacía ya cinco años junto a una joven que desconocía; besandose.

Negó sintiendo de inmediato como las lágrimas llenaban sus ojos verdosos, aquello no podía estar pasándole, no a ella, que eligió al mejor chico de todo el universo.

Aquel que le prometió amor eterno al igual que fidelidad y lealtad infinita. El que parloteaba acerca de cómo sería la familia que formarían y tenía miles de dibujos del vestido de novia que le haría para el día de su boda. Aquel que le pedía ayuda para decorar la casa en navidad y que cuidaba de sus hermanas junto a ella anhelado tener hijos en el futuro.

Su novio, su Taka. El chico dulce, amable, calmado, racional y atento que la conquistó en la escuela media con flores de papel y caramelos de naranja.

𝘖𝘯𝘦-𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴 𝘛𝘰𝘬𝘺𝘰𝘳𝘦𝘷¡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora