Capítulo 4

678 99 11
                                    

-¡Wow, este lugar es increíble!

-¿De verdad te gusta Luisita?

En ese preciso instante oyeron el crujido de unos pasos que se acercaban rápidamente.

-¡Luisitaaaa! Por fin llegas- decía Marina abrazando fuerte a su amiga.

-¡Lo logré!- La rubia alzó los brazos en señal de victoria.

-Gracias Amelia por traerme a mi amiga y por soportarla toda una noche.

-Descuida Marina, fue divertido- expresó Amelia con una sincera sonrisa, realmente se había divertido con Luisita.

-¿Cómo que divertido Luisi? Tienes que contarme todo, todo ¿escuchaste?- Marina le guiñó un ojo a su amiga.

-Vale chicas, las veo más tarde, tengo que reportar que hemos llegado.

Amelia se disponía a seguir su camino cuando un beso en la mejilla acompañado de un abrazo la dejaron perpleja.

-¡Gracias Amelia!-Luisita soltó a la chica y retrocedió unos pasos.

-No fue nada Luisita, era mi deber- decía Amelia sin dejar de mirar los ojos miel de la rubia.

-¡Ameliaaaa!- se escuchó que gritaban

La morena perdió el contacto visual con la rubia para buscar de dónde provenía aquella voz tan conocida.

-¡Natalia!- Amelia abrazó con entusiasmo a una bella joven pelirroja.

-Me alegro que llegaras, esto no es lo mismo sin ti, te necesito para seguir con nuestro proyecto, anda Amelia nos están esperando.

-Bueno, bueno, nosotras también tenemos muchas cosas que hacer Luisi, vamos- Marina tuvo que jalar con fuerza el brazo de su amiga para que dejara de mirar a Amelia.

-Chao chicas- agitó la mano a modo de despedida la joven de los rizos.

Luisita se soltó del agarre de Marina, se giró para ver cómo se alejaba Amelia y sin saber muy bien por qué sintió un pinchazo en el corazón cuando vio que Natalia la tomaba de la mano.

_________________

-Mira Luisi esta es nuestra cabaña- decía una entusiasmada Marina.

-Está muy bien.

Marina de inmediato notó la nostalgia en la voz de su amiga.

-¿Qué pasa rubia? ¿Estas triste porque te dejó la guapa Amelia Ledesma?

-¡Cállate Marina!- Luisita entró a la cabaña, dejó caer su pesada mochila y se tiró en una de las pequeñas camas.

-Cuéntame cómo fue pasar una noche con Amelia- Marina se hizo un espacio y se sentó junto a los pies de su amiga ilusionada por escuchar la historia de la propia voz de Luisita.

-Nada del otro mundo Marina.

-Ajá, nada del otro mundo, entonces ¿por qué no podías quitarle los ojos de encima?

-Qué dices, claro que no, ya te he dicho mil veces que calmes un poco tu imaginación.

-Luisita no seas así cuéntame todos los detalles, quiero saber- decía una suplicante Marina.

-Lo siento Marina, no hay nada que contar - Luisita se sentía molesta por la efusividad con que Amelia había saludado a aquella chica y mucho más porque se habían ido tomadas de la mano.

-Perfecto Luisa Gómez, si tú no me cuentas nada tampoco te diré de mis averiguaciones que hice ayer de Amelia- Marina salió de la cabaña y comenzó a caminar hacia el lago, conocía muy bien a su amiga y sabía que Luisita no se quedaría con la intriga.

Contigo siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora