Capítulo 14

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-¿De verdad te gusto?- levantó una ceja provocando a la rubia.

-¡Muchísimo Amelia, no sabes cuánto!- Luisita no despegó sus ojos color café de la mirada de la morena.

-Pfffff... Luisi me vuelves loca- Amelia deseaba en ese momento robarle un beso fugaz, sin embargo reunió todas sus fuerzas para contenerse-. ¡Luisi, es que tú a mí también me gustas mucho!

Amelia atrajo hacia sí el cuerpo de Luisita, la tomó por la cintura sin ningún cuidado, era inevitable, quería tenerla cerca, por más que se resistiese muy en el fondo sabía que ya no era posible.

El corazón de Luisita comenzó a latir de prisa, cada célula de su cuerpo se transformó en un imán que fue atraído enérgicamente por los brazos de Amelia.

-¡Vaya!- exclamó Luisita ante la inesperada acción de Amelia.

-¡Guapa!- soltó cerca de los labios de la rubia.

-Amelia... nos esperan- recordó la rubia con la voz entrecortada por la excitación de la cercanía de la morena.

-No quiero irme.

-Tampoco yo, pero seguro que se dan cuenta de nuestra ausencia.

-Lo sé.

Las dos chicas emprendieron el camino para salir de entre los árboles del bosque, Luisita abrazó por la espalda a Amelia, recargó el mentón en el hombro de la chica y dejó escapar una risita infantil.

-¡Cada vez me es más difícil separarme de ti!- dijo mientras caminaba a trompicones abrazada a Amelia.

-¡Bonita!- respondió colocando sus manos sobre las de la rubia-. Créeme, a mí también me cuesta mucho estar lejos de ti!

-¡Entonces, tal vez pueda ir más tarde a tu cabaña! Digo, para seguir platicando- sonrío.

-¡Ajá, para platicar!- respondió con ironía-. Conozco tus charlas Luisi.

-¡Porfi!- suplicó.

-No, no, no, ahora mismo necesito una ducha con agua fría y si vas a mi cabaña necesitaré otra Luisi, no, no, no, es mejor que cada una se vaya a dormir a su cabaña.

-¿Y si te prometo no hacer nada?, mmmmm... sólo charlar.

-¿Por qué será que no puedo creerte?- se giró para poder ver a Luisita.

-¡Anda Amelia! Di que siiiii.

-¡No Luisi!- sentenció.

-Está bien, tú te lo pierdes- dijo desilusionada.

Pronto salieron del bosque y en cuanto se vieron cerca de las luces del campamento Amelia se acercó a la rubia para dejarle un beso en la mejilla.

-Luisi no nos pueden ver llegar juntas, no quiero perjudicarte, estamos a sólo unos días de que el campamento termine y no me perdonaría que por mi culpa te regresaran a casa sin haber obtenido los créditos extra para aprobar la asignatura de Benigna.

-Amelia, es que me derrito contigo, desde el primer día que nos conocimos no has dejado de protegerme y cuidarme.

-Y lo seguiré haciendo Luisi- la morena rozó suavemente la mejilla de Luisita.

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