Capítulo 5

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Luisita no pudo evitar mirar la pulsera que llevaba Amelia, era de color amarillo, cuánto le hubiera gustado que fuera azul y que perteneciera a su equipo, así podría pasar más tiempo con la chica de los hermosos ojos verdes.

-Amelia, puedes explicarle a Luisa la organización del campamento ya que no estuvo ayer se perdió de la charla que tuvimos con todos los estudiantes- la profesora Benigna se alejó y dejó a las dos chicas.

-Gracias por no decir el verdadero motivo por el que retrasé tu llegada al campamento.

-Qué dices Luisita, ya está, no te preocupes.

-Así que perteneces al equipo amarillo- dijo una Luisita triste mirando la pulsera que llevaba puesta Amelia.

-¿Qué? Ahhh, la pulsera, no, en realidad esta pulsera sólo la llevan los monitores; la profesora Benigna, Ignacio, Natalia y yo.

-Cierto, pero si es tu proyecto.

-Sí, yo soy la culpable de que estés aquí.

-No es verdad, la responsable soy yo por haber pensado que sería fácil aprobar  sin estudiar, no me sorprendería quedarme un año más en la universidad todo por esa asignatura que me tiene hasta el coño.

-Pero obtendrás los créditos extra Luisita, estoy segura.

-Eso está por verse, estoy en las manos de los monitores, el correo que enviaron de la universidad decía que son ellos los que registran el rendimiento de cada participante y son quienes determinan... - no terminó la frase- ¡NO, NO, NO AMELIA! POR ESO NO LE DIJISTE DE MI COMPORTAMIENTO A BENIGNA- ahora Luisita comprendía el motivo de que Amelia no dijera la verdad, estaba ayudándola para obtener esos créditos.

-Luisita lo de ayer no cuenta ¿vale?, inicia desde cero, sólo intégrate a tu equipo y diviértete.

-Amelia esto no va a salir bien estoy segura- la rubia se sentó abatida en un tronco y cubrió su rostro con ambas manos.

-Vamos Luisita, no te desanimes por favor- Amelia se inclinó hasta quedar a la altura de la rubia, le quitó cuidadosamente las manos de la cara y la miro fijamente- continuó en voz baja-. Luisita se me estruja el corazón verte así, por favor sólo necesitas esforzarte un poco y ya está, cualquier cosa que necesites yo voy a estar para ti.

-Amelia no quiero que me sigas ayudando, esto lo haré como el resto de los chicos, te prometo que voy a esforzarme y dejaré de ser una cabezota, como que me llamo Luisa Gómez- era increíble como las palabras de Amelia lograban que Luisita cambiara de actitud en segundos y reflexionara acerca de sus acciones.

-¡Esa es mi chica! Sabía que no te darías por vencida- Amelia acarició la mejilla de Luisita con tanta ternura que hasta ella misma se sorprendió por ese gesto, era incapaz de contener sus emociones  cuando estaba cerca de la rubia.

-¿Tu chica? Ya quisieras Amelia Ledesma- Luisita dejó un besó rápido en la mejilla de la morena y salió corriendo hacia su cabaña.

-¡Luisitaaaa!- Amelia corrió tras la rubia.

La chica de ojos color miel llegó a la cabaña, se sentó en una de las pequeñas camas y respiró varias veces para recobrar el aliento después de haber corrido tan rápido para que Amelia no la alcanzara.

La joven de los rizos entró en la cabaña como sino hubiera corrido la misma distancia que la rubia, al parecer tenía mejor condición física. Se sentó en la otra cama mirando divertida  a una Luisita exhausta.

-A... Am... Ame... Amelia- apenas pudo pronunciar, aún necesitaba recuperarse de la carrera que había emprendido para huir.

-¿Por qué huyes de mí?

-¿Qué dices Amelia?- dijo tras por fin haber recuperado el aliento.

-Me das un beso y ¿huyes?

-No huí, sólo vine a buscar esto- sacó un pequeño cuadernillo de su mochila-. Es el cronograma, tengo que integrarme en mi equipo ahora y no sé dónde están.

-Tu equipo en este momento está organizando el material para las actividades deportivas.

-¿Y tú cómo lo sabes?

-Bueno, te dije que iba a estar para ti siempre que  me necesitaras, además eso hacen las amigas.

-¿Somos amigas Amelia?

-Sí, lo somos.

-Pensé que era tu chica- dijo Luisita irónicamente recordando las palabras que había dicho Amelia.

Amelia estaba nerviosa, la rubia la estaba poniendo en una situación complicada, siempre que estaba con ella las palabras y las emociones se le iban de las manos y ahora no sabía cómo salir de ese lío en que se había metido.

-Mmmm... Luisita... yo... quería explicarte la organización del campamento- fue la única salida que se le ocurrió a Amelia.

-La sé de memoria Amelia- Luisita vio en la mirada de la morena el nerviosismo y aceptó por esta vez el cambio de tema que siguió su conversación, no quería hacerla sentir incómoda.

-¿Sí?- contestó sorprendida

-Amelia, tenemos exactamente dos días para preparar el campamento, somos tres equipos de cuatro integrantes, en este caso cada uno se identifica por un color; rojo, azul y verde. Los cuatro monitores se identificarán con el color amarillo. Cada equipo tendrá tareas diferentes durante la próxima semana cuando lleguen los 15 niños de la casa hogar a quienes tenemos que cuidar muy bien y hacer que se diviertan. Cada participante será evaluado por su monitor y determinará de acuerdo a nuestro desempeño si podemos presentar el examen que hará la profesora Benigna al terminar el campamento, si lo aprobamos tendremos los créditos necesarios para no reprobar la puta asignatura que nos tiene aquí. Después de eso "felices vacaciones" para quien lo logré- dijo sin detenerse ni un segundo para respirar.

-Mujer para, toma aire- le había hecho muchísima gracia la forma de hablar tan rápida de Luisita que Amelia dejó escapar una risa- continuó.-Me parece que tienes todo muy claro y más lo de la puta asignatura, así que aquí no hay nada más que explicar- soltó una carcajada.

-Amelia, tengo que irme, mi equipo me espera, no quiero meterme en problemas, realmente quiero que esto salga bien- se levantó de la cama y se dirigió a la salida.

-Luisita...

-¿Si?- se giró para mirar a una Amelia que se estaba debatiendo internamente por decir o no lo que estaba pensando.

-El monitor de tu equipo es Natalia- en realidad no era lo que quería decir, pero esas fueron las palabras que logró pronunciar.

-Ok- dijo sin darle importancia-. Luisita estaba experimentando un cúmulo de emociones, ahora si estaba jodida, Natalia era su monitor y además posiblemente había algo entre ella y Amelia.

-Luisita vamos, te llevo a la cabaña donde esta tu equipo y así te presento con ellos- Amelia se puso de pie y camino hacia donde estaba la rubia.

-No hace falta, puedo hacerlo sola.

-¿Pasa algo, tienes algún inconveniente con Natalia?

-¿Por qué debería tenerlo?

-Es una gran chica, aunque debes tener cuidado con ella, es muy perfeccionista.

-Ya sé que para ti es una gran chica, la quieres mucho ¿no?

-Si, le tengo un gran cariño, pero...

-Bien Amelia, es suficiente, no quiero saber más sobre tu relación con Natalia, gracias por tu ayuda, ahora tengo que irme- añadió la rubia con frialdad y  salió de la cabaña dejando a una Amelia más confundida que antes.

Contigo siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora