Capítulo 13

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-¿Luisita qué disfraz elegiste?- preguntó entusiasmada.

-En realidad ya no había mucho de dónde escoger- dijo la rubia mientras se recostaba en la cama.

-Te dije que fueras temprano, los mejores disfraces se los llevó el equipo de Ignacio, pero como siempre nunca me haces caso.

-Bueno, bueno, no fue culpa mía, Natalia no me dejó ir hasta que no estuvo la última decoración como ella quería.

-Esa chica sí que te torturó hasta el último momento.

-Pffff... ni me lo recuerdes, nada le parecía, me hizo cambiar de lugar mil veces una calabaza.

-¡Está celosa!

-Así parece.

-Trató de tenerte ocupada toda la mañana para que no estuvieras cerca de Amelia.

-Sí ya sé, intenté terminar lo más rápido posible porque quería estar con Amelia y Melissa en la elección de los disfraces, pero siempre había algo más por hacer o algo que no le gustaba como quedaba.

-Pues déjame decirte que te sorprenderás con el disfraz de Amelia.

-¿Por qué Marina? Dime cómo es su disfraz- los ojos le brillaron de curiosidad.

-Mmmm... ¡Nooo! Tienes que verla tu misma esta noche.

-¡Marinaaaa! No es justo.

-Anda, mejor muéstrame tu disfraz.

-Es lo último que logré rescatar- sacó el disfraz de una bolsa.

-¡Madre mía!- exclamó al observar el disfraz de su amiga.

-Ni se te ocurra reírte Marina, porque ya verás.

-Vaya, me parece que va con tu personalidad.

-¿Pero qué dices?- Luisita le dio un golpe  a su amiga en la cabeza con uno de los cojines.

-¡Auchhh! Si me dolió- Marina se llevó la mano a la cabeza.

-¿Y tu disfraz, dónde está? Muéstramelo.

-Mira, seré el "Capitán Jack Sparrow"- sonrió satisfecha.

-¡Me parece que va con tu personalidad!- Luisita repitió las palabras de su amiga y soltó una carcajada.

-¡Tonta!- dijo con una sonrisa.

-Marina, dime de qué irá disfrazada Amelia-suplicó.

-¡Ya la verás! Deja que te sorprenda, además creo que ese disfraz lo eligió justo para dejarte con la boca abierta.

-¡Marinaaaaa!

-Toma, come un dulce, así la espera se hace menos larga- Marina agarró la enorme bolsa de dulces que tenían para regalar a los niños por la noche.

-Marina esos dulces son para los niños.

-No creo que se den cuenta si hacen falta algunos- sonreía mientras escogía de la bolsa varios dulces.

-¡Eres imposible Marina!

-Por cierto, no me has contado lo qué pasó entre tú y Amelia la noche que las encontré justo en esta cama- decía saboreando una paleta de caramelo.

-No pasó nada, sólo platicamos.

-Ajá, y yo te tengo que creer, te conozco Luisa Gómez, tú no eres de las que sólo platica- dijo con una sonrisa burlona.

-Pues sí, hicimos algo más que platicar- se sonrojó.

-¡Lo sabía!- gritó entusiasmada.

-Alto, alto, detén tu imaginación un poco, sólo fueron caricias y...

Contigo siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora