-Dime que esto es cierto- exclamó Luisita sin separar los labios de la boca de Amelia.
-Lo es Luisi- dijo con voz entrecortada antes de volverse a perder en los labios de la rubia.
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-Amelí, tengo que irme- hundió el rostro en el cuello de la morena-. Mañana salgo temprano a casa de mis padres.
-¿Por qué justo ahora Luisi?- se abrazó al cuerpo de la chica.
Luisita se dedicó a besar el cuello de Amelia mientras hablaba.
-Mis padres me esperan- pronunció con voz ronca provocada por el sabor dulce y exótico de la doctora Ledesma.
-Pero... Luisi...mmmm...- soltó un sexy gemido al sentir un mordisco en el cuello-. No puedes dejarme así...
-¿Así cómo Amelí?- sonrió pícara.
-Luisi, que acabo de probar tus besos y...- levantó una ceja. La rubia se moría cada vez que veía ese gesto en Amelia.
-¿Y...?- miró los explosivos ojos verdes de la morena.
-¡¿Y qué?!- expresó asombrada-. Dime cómo voy a hacer para sobrevivir tantos días sin ellos.
-Mmmmm...- se mordió el labio inferior-. ¿Así que te gustaron mis besos?- soltó una risita mientras se acercaba al rostro de Amelia sin quitar la mirada de sus labios.
-Luisi... tu piensas volverme loca ¿verdad?- sintió como el corazón comenzaba a acelerarse cuando Luisita recorrió sus labios con la punta del pulgar.
-Tal vez...- sonrió y se alejó para tomar la chaqueta que estaba tirada a un costado del sofá.
-¡Luisi!- levantó la voz y se puso en pie en cuanto vio a la rubia alistarse para salir de su apartamento.
-Nos vemos pronto Amelí- se le dibujó una sonrisa mientras giraba la perilla de la puerta.
-¡Alto ahí señorita!- detuvo la mano de Luisita para evitar que abriera la puerta.
-¿Necesita algo doctora Ledesma?- se giró para quedar frente a Amelia.
-Sí...- colocó las dos manos sobre la puerta impidiendo que la rubia se escapara.
-Dígame, ¿en qué puedo ayudarla?- sonrió sin dejar de mirar provocativamente a Amelia.
-Me parece que usted ya lo sabe señorita- se acercó tanto a Luisita que podía percibir su tibia y agitada respiración.
-Necesito que me lo diga doctora Ledesma.
-Necesito... ¡tus besos!
-Los tendrá- hizo una pausa-. Dentro de un par de semanas- pronunció juguetona.
-¡Madre mía! ¿Cómo haces para tenerme así Luisi?- suspiró.
-Sólo es el encanto de Luisita Gómez- dejó escapar una sonora carcajada.
-Pues déjame decirte que he caído en el encanto de Luisita Gómez y ahora no sé cómo salir de ahí, y mucho menos ahora. Tus besos... Luisi... tus besos...- pronunció en un susurro.
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Contigo siempre
FanfictionLuisita y Amelia se conocen de la manera menos esperada, lo demás sólo será un juego del destino.