Capítulo 21

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El auto de Amelia se alejó, Luisita no hizo ningún movimiento, sólo se quedó parada viéndolo partir. Sintió en el rostro el frío del viento, tomó su mochila y subió completamente abatida las escaleras hasta llegar a su piso.

-¡Luisi al fin llegas!-Marina estaba recostada en el sofá de la pequeña sala intentando poner atención a un programa de televisión.

-Estaré en mi habitación-cerró la puerta principal y caminó arrastrando por el pasillo su enorme morral de campamento.

-¡Ey, espera!-apagó el televisor y fue detrás de su amiga.

Luisita abrió la puerta de la habitación, soltó la mochila y se tumbó en la cama con la vista perdida en el techo. Marina hizo lo mismo antes de comenzar a hablar.

-Luisi...

-Mmmm...

-¿Necesitas algo?

-No, gracias Marina.

-Luisi...

-¿Qué?

Luisita sabía que era imposible quedarse a solas, era lo que más deseaba en ese momento pero Marina no la dejaría hasta que le contara todo o casi todo de lo que había sucedido con Amelia.

-¿Qué tal te fue con Amelia?

-Supongo que mal.

-Ya, supones que mal- hizo una mueca.

-Lo lograste, ¿lograste que se alejara?

-Supongo que sí...

-¡Quieres dejar de hacer suposiciones!-levantó el tono de voz mientras se sentaba en la orilla de la cama y miraba a Luisita con enojo e impotencia.

-¿Entonces qué quieres que te diga?-también alzó el tono de voz pero sin quitar la mirada del techo.

-Quiero que me digas por qué no dejas de...

-No lo voy a hacer y lo sabes Marina-Luisita sabía muy bien lo que Marina tenía en mente, así que la interrumpió de inmediato-.Quiero estar sola, ¿puedes salir de mi habitación?

-¡Ahhhh!-soltó un grito y se paró justo en la puerta-.Voy a preparar algo para cenar mientras te duchas, espero que eso te ayude a calmarte porque esta conversación no ha terminado-cerró la puerta con un poco más de la fuerza necesaria expresando de esa manera su exasperación.

Marina estaba a punto de ir a buscar a Luisita cuando de pronto apareció envuelta en una manta y con el cabello aún húmedo.

-Vaya, pensé que me dejarías aquí sola, estaba por ir a buscarte.

-Tenías razón, necesitaba una ducha-suspiró al sentarse en el sofá-.Estoy agotada.

-Totalmente de acuerdo, yo también estoy rendida-antes de sentarse a un lado de su amiga colocó unos sándwiches en la mesita y un par de vasos con jugo-.Vamos cena algo antes de ir a dormir.

El silencio invadió la habitación, ninguna habló mientras comían, ambas tenían tantas cosas que decir que no sabían por dónde comenzar, incluso se preguntaban si era prudente seguir con la conversación que habían dejado pendiente.

-¿A qué hora sale tu vuelo mañana?-se animó a preguntar, aunque  la respuesta ya la sabía porque ambas habían organizado hasta el último detalle del viaje.

-A las diez.

-Mmmm... entonces podrás descansar un poco.

-Sí, pero todavía tengo que empacar algunas cosas.

Contigo siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora