Capítulo 24

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-Luisi, por qué no respondiste mi mensaje. Pensé que no llegarías a nuestra cita, tenía los nervios de punta en el cine y más cuando vi que el tiempo pasaba y tú no llegabas.

-Bueno... no sabía que contestarte, además cuando vi tu mensaje en la casa hogar estaba convencida de irme a casa de mis padres. Jamás pasó por mi mente que me invitarías a salir. Estaba un poco desconcertada, me tomaste por sorpresa.

Amelia

Luisi, gracias por traer la mochila de Melissa, no sabes lo que significa para ella 🤗
¿Aceptas una invitación para ir al cine esta tarde conmigo? ☺️
Te mando la ubicación  más tarde 📍

-Me dejaste en visto- sonrió -. ¿Sabes lo que sentí toda la tarde al ver las dos jodidas palomitas azules en WhatsApp?- hizo una mueca.

-Lo siento- se sonrojó -. Había más posibilidades de que no fuera, así que mejor no te respondí, tenía  la esperanza de que te arrepintieras. Pero... me enviaste la ubicación- agitó las manos-. Y  después de pensarlo mil veces... salí decidida del apartamento para encontrarme contigo. Estaba súper nerviosa por no encontrarte, como no respondí imaginé que tomarías eso como un no.

-Pues déjame decirte que valió la pena arriesgarme- entrelazó su mano a la de Luisita.

-¡No te rindes! ¿Verdad?- se mordió el labio inferior.

-No, y mucho menos si se trata de mi chica.

-Tu chica, ¿ya te he dicho que me gusta eso de ser tu chica?- se acercó un poco más al cuerpo de Amelia.

-¡¿Lo dices enserio Luisi?!- exclamó emocionada.

-Sí, muy enserio Amelí - rozó con su pulgar el pómulo de la morena.

-Luisi, dime qué me has hecho que te has apoderado de mi- dijo sin quitar su mirada de los centelleantes ojos color miel.

-Lo mismo que tú me has hecho a mi Amelia- respondió con un gesto tierno.

Las dos chicas llegaron a la casa de Amelia después de su loca cita en el cine. La tenue luz de la sala acompañaba el momento, sólo estaba encendida una pequeña lámpara que brindaba un ambiente íntimo. La ojiverde descansaba en el sofá con el cuerpo de Luisita acurrucado en su pecho.

-¡Oye, oye! A todo esto ¿Cómo obtuviste mi número?

-Ehhhh... ¿tu número?- se negaba a contestar.

-¡Amelia!- le propinó un golpe suave en el brazo.

-Afortunadamente Benigna guardó en la casa hogar una copia de los datos de todos los que asistieron al campamento, entonces cuando tú estabas entretenida con Melissa con lo del estetoscopio se me ocurrió la idea de invitarte al cine, por eso las dejé solas unos minutos en el patio. Fui directo a la oficina de Benigna, busqué tu número y te envié el mensaje.

-Okey, eso quiere decir que conoces hasta mi tipo de sangre- soltó una sonora carcajada.

-Más o menos- acarició la piel del brazo descubierto de Luisita.

-¡Madre mía! ¿Entonces sabes todo sobre mi?

-No todo lo que quisiera saber- expresó cabizbaja.

Contigo siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora