Capítulo 15

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Antes de iniciar la carrera Amelia miró hacia los espectadores y entre ellos encontró la sensual sonrisa de una rubia que no le quitaba la mirada de encima.

Amelia, Nieves, Natalia e Ignacio emprendieron la carrera dentro de sus sacos, fue difícil seguirle el paso a la religiosa, por un momento Ignacio logró llevar la delantera, pero el gusto le duró muy poco porque Nieves se recuperó pronto. Por el contrario Amelia y Natalia sólo trataban de divertirse.

Cuando faltaba poco para pasar la línea de la meta Ignacio se apresuró tanto en querer llegar a ella que tropezó con el saco y cayó al césped, se puso en pie lo más rápido que pudo aunque fue en vano, Nieves ya estaba celebrando su merecido primer lugar. Amelia y Natalia llegaron segundos después, abrazaron a la ganadora y a un Nacho cabizbajo por no haber conseguido ganar la carrera.

-¿Quién decías que iba a ganar Nacho?- preguntó Natalia.

-Olvídenlo chicas, este juego no es para mi.

-¡No olvides que tienes una apuesta que pagar Nachete!- exclamó con efusividad Nieves.

-Que va, cómo voy a olvidar que tengo que lanzarme en parapente, imagínense tremenda locura.

-No es para tanto Nacho- Amelia comentó al sacarse el saco de entre las piernas.

-¿Lanzarse en parapente? ¿De qué hablan?- Natalia quiso enterarse de qué hablaban.

-Nada, no es nada Natalia, sólo un juego entre Nacho y yo- la religiosa intentó salir del problema, no quería que la chica se enterara de la próxima aventura con sus amigos. Si bien Nieves respetaba a Natalia, aún le guardaba cierto rencor.

-¡TENEMOS A LA GANADORA!- Benigna sorprendió a Nieves, le tomó la mano derecha y la levantó para indicar su triunfo.

Todos aplaudieron y felicitaron a la hermana, los niños vitoreaban porras que habían improvisado en el momento.

-¡VAMOS QUE AÚN NOS FALTA UNA CARRERA MÁS !- informó Benigna.

Los universitarios caminaron hacia la línea de salida y se colocaron los sacos, en cuanto Benigna les dio la indicación salieron como relámpagos.

Los pequeños gritaban los nombres de los estudiantes, en realidad no tenían algún preferido para ganar.

La última carrera la ganó Fede, el chico de los rulos alborotados, sus compañeros lo felicitaron al igual que todos los niños. Benigna, Nieves y los monitores se acercaron a festejar el final de la carrera de costales.

-LOS FELICITO A TODOS, HICIERON UNA GRAN CARRERA Y SOBRETODO MUY DIVERTIDA, PERO AHORA ES MOMENTO DE LAVARSE PARA IR A COMER.

-¡Noooo!- se escuchó decir a algunos pequeños.

-VAMOS, VAMOS, REÚNANSE CON SUS EQUIPOS, LOS VEO EN EL COMEDOR BIEN LIMPIECITOS A TODOS- ordenó Benigna.

-¡No cambia!- sonrío la religiosa al escuchar a Benigna.

-No, sigue siendo la misma Benigna que conocimos de pequeñas- exclamó con nostalgia Amelia.

Quedaban muy pocas personas en el área en que se había realizado la carrera, la mayoría ya estaba en camino a lavarse para ir a comer. Sin embargo, Nieves notó algo extraño.

-Amelia mira- señaló con la mirada.

-¿Qué pasa?- preguntó mientras ataba las cuerdas de sus zapatillas deportivas.

-La chica de allá ¿No es Luisita?

Amelia de inmediato buscó el lugar que le señalaba su amiga.

-Sí, es Luisita.

Contigo siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora