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NARRADOR:

Min Yoongi, el dios al que todos temían, dueño del inframundo y amo del fuego que te reduce a cenizas. Cualquiera que escuchara su nombre temblaba y se alejaba, conocido como Hades.

-¿No te dije que era demasiado?.-hablo un muchacho de hebras tan rubias como el sol.-¿Te atreviste a ignorarme por completo?.-

Park Jimin, conocido como en el mundo de los humanos como Perséfone -"El que lleva la muerte", rey del inframundo y guardián de los secretos muertos, dios de la primavera, y en unos cuantos meses, futuro padre.

-Estarás en peligro.-murmuró Yoongi mirando al suelo.-

A la única persona que le temía Yoongi, era a Jimin, su esposo. Y más aún con aquella expresión de enojo, su ojo derecho comenzando a tornarse blanco. Y de inmediato se alteró. El dios de la primavera tenía que llevar un embarazo tranquilo, y sin emociones desagradables.

-¡Solo iría por un momento al mundo de los humanos!¡Ya inició la primavera y es mi deber como dios!.-alzó la voz molesto.-¡El caminar de tus guardias hace que las flores se marchiten!.-Jimin arrugó su rostro cuando sintió a su pequeño heredero patear con fuerza.-

Jimin, tenía como deber ir cada primavera a ayudar a los humanos, el que estuviera embarazado no le impedía hacer algunas cosas. Pero su esposo estaba tan paranoico que ordenaba a los guardias a acompañarlo cundo él no podía.

Yoongi, por otra parte trataba de tranquilizar a su esposo quien se tocaba el vientre abultado con una mueca en su pequeño rostro.

-Mierda, necesito una silla.-ordenó Jimin y su esposo actuó rápido pasándole una silla.-

Jimin sentía como su heredero pateaba sin parar su abdomen, incómodo a las emociones de su padre. Se quejó y tomó la mano de Yoongi apretando con un poco de fuerza, su hijo era problemático.

-¡Todo es tu culpa!.- gruño apretando la mano y sintiendo como poco a poco su bebé comenzaba a quedarse quieto.-

Yoongi lo miró, el universo era testigo de lo enamorado que estaba de su esposo, cualquiera pensaría que Jimin lo había hechizado. Pero no podía negarlo, amaba completamente a la persona frente a sus ojos, quien ahora acariciaba su vientre abultado con el ceño fruncido y un puchero en sus labios. El corazón de Yoongi latió desbocado, tan feliz de que Jimin esté enlazado con él.

-Te amo tanto..-interrumpió Yoongi, Jimin se quedo callado y su rostro se comenzó a tornar rojo.-

Y sí, aquel era el dios del inframundo, temido por dioses y humanos, soltando tales palabras profundas y vergonzosas a su amado.

-¿¡P-porque lo dices de la nada!?.-tartamudeo molesto y avergonzado.-

Sin darse cuenta, sobre la cabeza de Jimin comenzaron a florecer pequeñas margaritas, un acto que solo sucedía cuando algo le avergonzaba y no podía controlarse. Sus pequeñas manitas, cubrieron sus mejillas tratando de tapar el color escarlata que las pintaba.

El dios del inframundo recordó las veces en que tuvieron citas, y como de la nada le brotaban margaritas en la cabeza de su esposo, acto que sucedía cuando estaba nervioso, o cuando el le decía cosas bonitas y Jimin se apenaba.

Yoongi se acercó a su rostro, sintiendo como su abdomen chocaba con el vientre abultado de su amado. Miro aquellos ojos preciosos, y con delicadeza choco sus labios. Iniciando así un beso suave.

El suelo se llenó de flores de diferentes colores, y Jimin cerró sus ojitos. El enojo había desaparecido en cuestión de segundos, mientras ordenaba a su agitado corazón que se tranquilizará y se recordaba mentalmente que hace miles de años dejó de ser un adolescente que no podía controlar el don de hacer florecer. Aquello era vergonzoso para él, le daba mucha pena que su esposo supiera que no podía controlar su don cuando se ponía nervioso.

-Tonto..-murmuró Jimin cuando se separaron, Yoongi soltó una risita y junto sus frentes.-

-Solo lo hago para protegerlos, lo siento si te incomodó, pero si algo les pasará, no se que sería de mí.-admitió el dios del inframundo.-

Jimin sonrió al escuchar sus palabras, desde el día que se conocieron hasta hoy, Yoongi lo seguía protegiendo, viéndolo con aquellos profundos ojos.

-Si vas a enviar a alguien a protegerme, solo avísame para estar al tanto.-beso su pequeña nariz.-

El resto de la tarde, Yoongi dejó su trabajo por horas para acompañar a Jimin al mundo de los humanos, y ver cómo se divertía tanto haciendo su trabajo como dios.

Verlo crear grandes árboles y verlo hacer florecer brotes, era lo más bonito que vio. Yoongi se divertía mirando a su amado.

-Ven aquí, descansa un poco.-murmuró Yoongi tomando entre sus brazos a su esposo.-

Jimin disfrutó descansar mientras la suave brisa acariciaba sus cuerpos, momentos como esos, jamás se irían de su memoria. Conocer a Yoongi, y convertirse en su esposo, fue lo mejor que le paso. Y ahora, con su futuro hijo la felicidad era infinita. Todo se sentía un sueño.

Jimin sintió un tirón en su abdomen, junto a un dolor punzante. Soltó un pequeño grito mientras que la tierra tembló bajo sus cuerpos.

-¡El bebé ya viene!.-exclamó Jimin.-

Yoongi lo tomo en brazos nervioso, tendría que llevarlo al inframundo para que tuviera al bebé con mucha más tranquilidad, murmuró algunas cuantas palabras mientras veía como la puerta del inframundo brotaba del suelo, y la marca en uno de sus ojos aparecía.

-Respira cariño, nuestro bebé viene en camino.-hablo Yoongi con una sonrisa que dejó ver sus encías.-

Por fin, iban hacer padres.

💓

Después de mucho, estoy actualizando esta historia. Les debo una gran disculpa por tardar. Pero pasaron algunas cosillas que tenia que solucionar.

Sobre las actualizaciones, no prometo que serán rápidas, pero si tengo algunas ideas para más adelante. Se que pido mucho, pero tengan paciencia.

Muchísimas gracias por el apoyo, las amo muchísimo. Un beso y abrazo.

Mommy.

Daddy [Yoomin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora