Daddy [Yoomin]

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—¡Ya dime!.—pidió el de sonrisa cuadrada.—¿Quién es el chico misterioso al quien dibujas?.—sonrió cómplice.—

—Ya te dije que no lo conozco TaeTae.— repitió Jimin.—

Lo que decía era verdad, no conocía el nombre de aquel muchacho quien era dueño de sus páginas blancas y pensamientos. La primera vez que lo vió, fue en el café al dónde siempre iba para terminar algunas tareas de la universidad y dibujar, se veía sereno y emitía un aura de seriedad; pudo notar que el tenía una libreta en donde escribía mientras tomaba café.

Sin embargo nuestro protagonista quedó encantado con la fracciones del pálido hombre. Se le había quedado mirando desde que ordenó su café y se sentó en una de la mesas.

Su pequeña manita tomó aquel lápiz y lo deslizó sobre el lienzo que reposaba en la mesa, grabó cada detalle de su rostro en su mente, y logró plasmarlo. Desde entonces, iba todos los días al café.

—Me tengo que ir..—se despidió antes de que su mejor amigo, lo volviera a llenar de preguntas.—

Estás semanas fueron complicadas para el, entre el trabajo, la universidad, y los dibujos del desconocido lo tenían a tope y sin tiempo para un respiro. Lo único bueno, era el buen café que tomaba.

Entro al cálido lugar y se sentó en una de las mesas, saco su computadora mientras comenzaba a escribir algunas cosas, y la mesada tomaba su orden. Tenía música reproduciendo de sus audífonos mientras pasaba algunas notas tomadas en clase.

No supo cuánto tiempo estuvo ahí, ni cuánto café tomó, pero ya se le hacía tarde para llegar a su trabajo. Con rapidez, tomó sus cosas y guardó la mayoría en su mochila, mientras que su folder lo tenía en su brazo izquierdo y su café en la mano derecha junto a su celular.

Tuvo que mirar al abrir la puerta, aquello le hubiera ahorrado el choque con una persona, y que sus dibujos se esparcieran por el suelo al dejar caer si folder.

—Mierda..—susurro.—

Cuando levantó la mirada para ver con quien había chocado, se encontró con el desconocido chico a quien dibujado. Este estaba inclinado recogiendo los dibujos.

—¡No lo hagas!.—chillo Jimin avergonzado.—

Pero era demasiado tarde, la mirada del pálido miraba los dibujos de su persona. Parecía una fotografía, de no ser por los colores y los pequeños detalles.

—Quiero morir..—solto entre susurros Jimin con las mejillas rojas.—

Con la poca dignidad y la inmensa vergüenza, recogió con rapidez sus dibujos, y arrebato con cuidado las que tenía el pálido. Antes de que escuchara algo más, Jimin decidió hablar.

—¡Lo lamento!.—se inclinó con vergüenza.—

Y al terminar de decir eso, salió corriendo con sus cosas. Yoongi miró con una sonrisa al pequeño muchacho de rojas y regordetas mejillas quien huyó del lugar.

Había chocado con la persona que le dió la inspiración para escribir una canción más. Era muy bonito y tenía una voz suave.

—Tierno..—fue lo que soltó el pálido.—

Y con esa última palabra, entro a la cafetería, esperando a que nuevamente se cruzará con aquel muchacho de mejillas rojas.

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Espero que les guste este capítulo, perdón por la tardanza.

Besitos en la cola.

Mommy.