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Min Yoongi, descendiente de la emperatriz Wongyeong, futuro rey Joseon; estaba a pocas hora de conocer a su futuro esposo, el príncipe del Clan Park

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Min Yoongi, descendiente de la emperatriz Wongyeong, futuro rey Joseon; estaba a pocas hora de conocer a su futuro esposo, el príncipe del Clan Park.

Aquel muchacho de hebras negras como la noche se puso de pie para mirarse al gran espejo de su habitación, revisando una vez más su vestimenta. Sus ojos felinos de color café se detuvieron en la cicatriz que atravesaba su ojo derecho. Y se preguntó si su futuro esposo se espantaría con ello.

Príncipe Min, su transporte está listo.—escucho la voz femenina de una sirvienta.—

Asintió y salió de su habitación, siendo acompañado de dos guardias reales, caminó por los largos pasillos pintados de color rojo, y bajo las largas escaleras de su palacio. Sus consejeros hicieron una leve reverencia al verlo y fueron detrás de él.

El príncipe Min se caracterizaba por siempre estar con la cara inexpresiva, pero debajo de aquella capa dura que el mismo levantó, estaba un príncipe que se preocupaba por su reino, por eso se iba a casar con el heredero del trono Park Jimin.

—Mi príncipe, tenga un buen viaje.—escuchó la voz de su consejero y el le sonrió de manera leve después de asentir.—

Su viaje en tren comenzó, el vagón en el que se encontraba estaba vacío,  mientras que los guardias lo cuidaban a una distancia considerable. Su ojos se posaron por el paisaje que le daba su pueblo.

—Príncipe Park..—suspiro algo cansado.—

Escuchó algunos rumores de él, se decía que era alguien completamente hermoso, si lo veías a sus ojos, quedabas cautivado con su mirada azulada que te recordaba al mismo mar, tus oídos se deleitan con su suave voz al oírlo cantar, y te quedabas perplejo por la sabiduría a su corta edad.

Las horas en el tren fueron tranquilas mientras leía un libro de tapa roja. Muchas personas se intimidan ante la presencia de Yoongi, era alguien muy inexpresivo, no sabrías lo que estaba pensando, y aquella cicatriz que atravesaba su ojo derecho, solo era signo de que era alguien muy rudo.

[...]

Miró el castillo frente a él, un personal de la servidumbre caminaba detrás de él, atentos si en futuro rey de Joseon querría algo, esperaba que lo recibiera su futuro esposo, pero no fue así.

—Príncipe Min, el príncipe Park lo espera en la biblioteca.—un hombre de la servidumbre le avisó.—

El asintió y siguió al hombre que le había hablado, mientras que sus guardias caminaban cinco pasos detrás de él. Se detuvieron en una gran puerta de color café, el hombre que lo guío se despidió con una reverencia, y sus guardias le abrieron la puerta para que entrará, mientras que ellos se quedaron fuera.

La biblioteca era enorme, gigantes estantes de libros, y una gran ventana que dejaba ver el paisaje. No encontró a su futuro esposo así que se dedicó a ver el cuadro pintado del príncipe, en donde salía con una leve sonrisa. Aquella pintura plasmó la belleza del príncipe. 

—Tiene un rostro bonito.—murmuro sin darse cuenta.—

—Soy más que un rostro bonito.—la voz suave hizo que girará.—

Sus ojos observaron a un muchacho de cabellos grises y ojos azules, con sus mejillas regordetas pintadas de un leve rosa y labios gruesos brillantes. Vestía formal y tenía un libro en su mano derecha. Confirmó los rumores de que era alguien bellísimo. Escuchó la risita que soltó al verlo.

—No traté de ofenderlo, acepte mis sinceras disculpas príncipe Park.— se disculpó mirándolo fijamente.—

Jimin se acercó a él, y lo miró con aquellos hermosos ojos azulados, para volver a sonreírle.

—Así que tú eres mi futuro esposo.—sin verlo venir, Jimin tomó la pálida mano de Yoongi sorprendiendo y lo obligó a seguirlo hacía unos asientos.—Y dime Jimin,¿si?.—Yoongi asintió —

Se quedaron en silencio, ambos mirándose sin decir absolutamente nada. Jimin pensó muchas manera para iniciar una conversación.

—¿Se quedará esta noche?.—soltó para luego sonrojarse, Yoongi soltó una pequeña risa.—¡Lo siento!¡Eso sonó muy mal!.—se disculpó rápido.—

Yoongi comenzó a reírse aumentando el sonrojo del menor, quién seguía disculpándose ante el atrevimiento de la pregunta. Fue ahí cuando recordó lo que escucho una vez. “El príncipe Min, casi nunca ríe”.

—Su risa es muy bonita.—volvió hablar, y Yoongi se quedó en silencio de inmediato, esta vez avergonzadose.— Y usted es alguien muy guapo, y muy inteligente.—

Yoongi agradeció el cumplido tratando de seguir la conversación, recorrieron la biblioteca hablando de temas diferentes, riéndose cuando Yoongi hacía bromas. Tenía que admitirlo, Jimin no solo era una cara bonita, le demostraba cada segundo que era muy inteligentes y sabio.

Al salir de la biblioteca, Jimin le enseño el castillo y Yoongi le prestaba atención a cada cosa que decía. Notó como sus ojitos se cerraban al momento de reír, y sus mejillas se abultaban ante el gesto. Por un momento olvidaron su boda arreglada y parecían amigos.

—¿Te puedo preguntar algo?.—solto Jimin cuando llegaron a un balcón con vista al jardín.—Bueno en realidades ya lo estoy haciendo, me refiero a otra pregunta.—Yoongi asintió con una sonrisa, se sentía extrañamente cómodo.—Si quieres no puedes responder, probablemente te sientas inco--.—Yoongi lo interrumpió.—

—Jimin solo dilo.—le tranquilizo.—

—¿Cómo te hiciste esa cicatriz?.—Yoongi al escuchar la pregunta borró su sonrisa y Jimin se preocupó de inmediato.—Lo lamento, no quería incomodarte, soy un tonto.—volvió a disculparse.—

—Mi difunto padre me llevo al sur con unas tropas, algunos bandidos amenazaban los pueblos pequeños, estaba aprendiendo las estrategias de combate.—comenzó a explicar.— Mi padre siempre decía que si quería salir, lo hiciera con guardias, tenía unos diecisiete, y era muy testarudo.—comenzó a reír de manera suave.—Lleve mi espada y me cubrí lo suficiente para que no me reconocieran, pero no funcionó, y algunos bandidos me cortaron el rostro, golpearon y torturaron—suspiro.— Luego de aquella experiencia, no quise salir por qué me avergonzaba que me vieran con esto.—señalo su rostro.—Ningún rey tendría que tener una cicatriz, pero eso no fue impedimento para mí, soy Min Yoongi, futuro rey de Joseon.— alardeó en broma y Jimin sonrió.—

Espero que la conversación terminaron ahí, pero lo que sintió fue la pequeña mano de Jimin en su rostro, sus dedos acariciaron la cicatriz. Estaba cerca, demasiado cerca, tanto que podía sentir el olor a vainilla que rodeaban su cuerpo.

Yoongi sintió como su corazón latía con fuerza, nadie había tocado su cicatriz, nadie lo había mirado de la misma forma en la que Jimin lo hacía.

—Eres guapísimo, y esa cicatriz solo me demuestra lo fuerte que eres.—Yoongi no sabía que decir.—Tu cicatriz es una historia de supervivencia que se encuentra tatuada en tu piel, no te avergüences de eso.—volvio a sonreírle.—

Yoongi supo que se iba a casar con un verdadero ángel.

[...]

Tenía que tener un capítulo con el concepto de D-2.

El Mixtape es un joyita. 

Espero que disfruten este capítulo.

Las amo.

Mommy.

Daddy [Yoomin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora