Daddy [Yoomin]

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Park Jimin creció entre una de las familias más poderosas y peligrosa de Corea del Sur; a sus veinte y cuatro años heredará la fortuna de su padre, y seguirá con el negocio de la familia.

Creció entre grandes paquetes de drogas y armas, corriendo de un lado para otro entre risas, siendo perseguido por su madre. El pequeño castaño estudió desde casa, así que no tenía amigos, su padre siempre le decía que si te encariñabas con alguien, tu enemigo lo usaría para destruirte.

Así le sucedió a él, mataron a su madre cuando cumplió los diez años, ambos jugaban cerca del bosque, Jimin estaba escondido cerca de unos árboles, cuando escucho disparos, cuando fue a buscar a su madre porque se había asustado, la encontró tirada en el pasto, cubierta de sangre.

-Joven Jimin, su padre lo necesita..-Hablo una de las empleadas.-

El solo asintió, se había quedado pensado en lo que había ocurrido hace mucho tiempo. Este día su padre le presentaría a uno de sus socios, Min Yoongi, un narcotraficante poderoso de Daegu.

Lo había visto un par de veces caminar junto a su padre, y sin evitarlo, haciéndolo suspirar como una niña de catorce años. Se miro una última vez en el espejo, tenía una camisa blanca y unos vaqueros negros, anillos delicados alrededor de sus regordetes y pequeños dedos, y un collar de oro delgado.

Con paso firme, se dirigió al despacho de su padre, que en poco tiempo sería suyo, toco la puerta tres veces y entró con la mirada en alto. Su padre le sonrió un poco, mientras que una figura le daba la espalda. Soltó un suspiro y se acercó hacia aquellos hombres.

-Hijo, te quiero presentar a tu socio.-su voz sono cansada.-Él es Min Yoongi, de Daegu..-el nombrado lo miró fijamente.-Él es mi hijo, Park Jimin.-

-Es un gusto conocerlo señor Min.-Jimin inclinó un poco.-

-El gusto es mío señor Park..-su voz ronca llego a los oídos del menor.-