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Younghoon y Chanhee se dirigieron a la casa del último en ser mencionado, se quedaron en silencio en el transcurso del camino ya que ambos no sabían que decir en ese momento.

Al llegar a la vivienda ambos se dirigieron a la sala de estar de esta, Chanhee trajo un botiquín y algunas cosas necesarias mientras Younghoon lo esperaba sentado en uno de los sillones. El más bajo comenzó a limpiar los restos de sangre de las heridas sin decir nada, hasta que decidió romper el silencio que se había formado.

- Younghoon, no era necesario que hicieras eso.....¿por que lo hiciste si no te agrado? Siempre me evades o me dices cosas feas, no entiendo por que me defendiste de esas personas..

- No podía quedarme a mirar como humillaban a otra persona en mis narices, cuando ellos también hicieron lo mismo conmigo una vez aunque no fue como lo que te pasó hoy.

El peli-rojo soltó un quejido leve al sentir un poco de ardor en la pequeña herida que tenía en el mentón, Chanhee lo miró en forma de disculpa terminando por perderse en el perfecto rostro del mayor. Su piel blanca como la nieve, sus labios de color carne, sus ojos de color negro que transmitían una mirada profunda cada vez que lo miraba, simplemente era muy atractivo para la vista del pequeño rubio.

Pero él no era el único que se quedó de esa forma, Younghoon tampoco podía apartar su vista de los ojos con forma gatuna que tenía Chanhee, sus labios abultados de color rosa, esa mirada que te transmitía paz y tranquilidad, sus regordetas mejillas que con tan solo mirarlas se te antojaba apretarlas todo el día, el peli-rojo estaba embobado.

Los dos estaban dentro de su propia burbuja, sintiendo a sus corazones más acelerados de lo normal, empezaron a sentir como algo crecía en el interior de sus almas, creando un sentimiento hermoso y puro que los abrumaba.

Ese hermoso momento habría durado más si no fuera por que un pequeño niño llegó gritando el nombre de su hermano por toda la casa. Ambos adolecentes se alejaron de forma brusca, fijando su vista en el pequeño intruso que estaba frente a ellos.

- Chanhee no traigas a tu novio a casa, no quiero ver como se besan....es asqueroso..

- ¡Chanwoo! Cuantas veces te he dicho que debes tocar la puerta de casa para que pueda abrirte ¡deja de entrar por el jardín!

Younghoon solo miraba aquella escena de los dos hermanos discutiendo con el ceño fruncido, el niño se parecía mucho al pequeño rubio, la diferencia era que Chanhee tenía el cabello lacio mientras que el niño lo tenía enrulado y de color castaño claro.

- Creo que debería irme, debo regresar a mi casa..

- Espera Younghoon, te acompañaré a la salida.

Los dos se levantaron del sillón dirigiéndose hacia la puerta del hogar.

- ¡Adiós cuñado! Por favor regresa pronto para que nuestros padres te conozcan.

El peli-rojo abrió los ojos sorprendido mientras que Chanhee estaba que se moría de la vergüenza por la imprudencia de su hermanito.

- ¡Chanwoo sube a cambiarte de una vez!

El pequeño rubio suspiró apenado abriendo la puerta para luego mirar a Younghoon.

- Lo siento, aveces es demasiado imprudente....disculpa si te incomodó.

- No pasa nada, yo también tengo un hermano que es igual que el tuyo...solo que es más grande.

Chanhee sonrió un poco dejando de sentir algo de vergüenza, miró un poco más al peli-rojo antes de despedirse.