Job

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Alton Price.

Hoy es mi primer día de trabajo, aproveché el fin de semana para visitar a papá y a Danna, y arreglar el departamento con Aleck, por supuesto.

Hice un horario para tener todos mis tiempos acomodados en la universidad y el trabajo, no sé cómo Aleck hace para tener tiempo, considerando que su trabajo es muy, muy pesado.

La clase de la carrera se ha vuelto más fácil de lo que creí; ya tengo la mayoría de temas dominados, igualmente las tareas son un dolor de cabeza, todo el tiempo tengo que hacer prácticas y proyectos.

— ¿Cómo va todo con Aleck? —. Preguntó Celia, golpeándome levemente con su codo.

— Maravilloso —. Susurré.

— Es increíble ver que Aleck se enamoró de alguien, felicidades.

— Lo sé —. Reí bajito.

Las clases terminaron, me encuentro caminando con todos mis amigos y de la mano con Aleck, me hace recordar los viejos tiempos.

— Entonces, Alt, Aleck, ¿Irán? —. Sentenció Sahib.

— ¿A dónde? —. Exclamamos al unísono. Estábamos ambos en nuestro mundo sin escuchar el exterior.

— Habrá otra fiesta en la facultad, las siguentes evaluaciones ya están cerca.

— Ouh, sinceramente no lo sé, no estoy seguro si con mi nuevo horario podré acomodarme —. Afirmé.

— Vamos, apenas y hacemos cosas juntos, no me dejes abajo —. Sostuvo Sahib.

— Es cierto —. Intervino Aleck. — Hace tiempo no salimos todos, será divertido, podemos acomodar nuestros horarios, amor.

— Está bien —. Acepté.

— ¡Genial!, Les estaré escribiendo —. Nos despedimos entre todos y cada uno se fue a sus casas.

— ¿Seguro que quieres acompañarme a la empresa? No quiero que tengas problemas en tu empleo.

— No, no, está bien, hace días pedí permiso, no puedo perderme tu primer día —. Aseguró Aleck.

Me aseguré de comprar comida suficiente para Priew y dejar algo limpia la casa, llegué únicamente a arreglarme y poner en orden todos mis papeles, me coloqué el mismo traje que usé el día del juicio. No me trae buenos recuerdos, pero sinceramente luce bien. Aleck también se arreglaba para irse al restaurante después de dejarme a mí.

— Voy a estar mucho más ocupado estos días, te extrañaré, pequeño —. Dije acariciando el lomo de Priew, ha crecido bastante.

— Te ves espectacular —. Aleck entró repentinamente a la habitación y me observó de pies a cabeza. — ¿Nervioso?

— Mucho.

— No te preocupes, vas a brillar —. Depositó un beso en mi frente y me abrazó, brindándome tranquilidad.

Aleck hacía todo lo posible para no sentirme nervioso mientras conducía hacia la empresa, no queda tan lejos del departamento.

El edificio es muy, muy grande, hasta arriba dice el nombre de la empresa, en la entrada hay una fuente con hierbas y las ventanas con paredes blancas lucen muy modernas, gente sale y entra de ahí en repetidas ocasiones.

Salí del auto con Aleck a mi lado, colocó su mano en mis caderas y avanzamos juntos.

La grande puerta se abrió automáticamente al acercarnos, en la sala de espera hay un grande escritorio con una mujer de unos 30 años y varios asientos donde hay gente esperando.

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