capítulo 9

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Pov Santino

Cuando ví a Alexandra salir casi desesperada de la casa decidí seguirla, pensé que talvez podría sentirse mal, la encontré jugando con el agua de la fuente.

- ¿Estás bien?- me acerque a ella.

- buenas noches Santino, estoy bien, solo quería salir afuera, eso es todo - me respondió un poco nerviosa.

Saqué un cigarro, lo encendí y jale el humo, guardé los demás, no hiba a ofrecerle uno a ella, definitivamente no.

-es una noche preciosa- ella me miro fijamente y una leve sonrisa se formó en sus labios rojos.

- si es preciosa, el cielo esta muy oscuro esta noche, pero aun así las estrellas brillan dejándonos ver lo hermosas que son cada una de ellas- ella suspiró, no sé que responder.

- eso es muy.....inspirador- la miraba serio.

- mamá solía decirme eso- ya veo la razón de sus suspiró.

- lo siento- seguí fumando       - Creo que es muy duro para ti quedarte sola, aunque esta familia te dará todo el apoyo que quieras- traté de reconfortarla.

- si eso parece- respondió con su vista en el cielo.

La observé detalladamente, cada rasgo de ella, su cabello anaranjado, su piel blanca, sus labios rojos, se ve tan delicada y frágil, bajé mi mirada por su cuerpo, aún estando cubierta hasta las muñecas y los pies ella logra verse bien, es muy llamativa, he visto como la miran algunos de los hombres que trabajan aquí en la casa, por eso los amenaze con arrancarles la cabeza si volvían a verla de esa forma, les dije que deberían tratarla como de esta familia, el mismo respeto que le tienen a mi hermana Bella debían tenerlo con ella.

- bien, debo irme - ella me miró, su mirada es dulce, aunque su semblante no.

Tiré el cigarro al suelo, lo apagué con mi zapato, escuché los tacones rechinar en el suelo, sabía de antemano que era Verónica.

- Santino debemos irnos ya, hay que llegar un poco antes- la miré con una sonrisa.

- que te vaya bien- me dijo Alexandra, con voz tranquila.

Moví un poco mi mano como señal de despedida, besé a Verónica en el cuello, ella se erizó, nos subimos al auto, vamos a la Arena, esta noche tendré una pelea de exhibición contra Scott Makendrik, las peleas ilegales las maneja mi padre, y pelear es algo que se me da muy bien, me sirve para descargar toda la furia acumulada, cuando no logro sacarla toda en la cama con Verónica, esto me ayuda mucho.

Llegué y de inmediato me dirigí a los camerinos, Verónica se fue al lugar que teníamos reservado, de supone que Vincenso vendrá después, empezé a calentar los músculos, golpeando el saco de boxeo una y otra vez, después de un rato llegaron a avisarme que ya era mi turno de salir, la gente como siempre alborotada, subí al cuadrilátero encontrándome con mi oponente Scott Makendrik, parándose de un lado a otro, cuando me quite la bata, pasee por el cuadrilátero, hasta que me encontré con los hermosos ojos de Verónica, le sonreí, esta mujer me encanta, encontré a Vincenso y a su lado estaba Alexandra, su mirada sorprendida y preocupada, la miré serio, y seguí con mi postura.

- ya saben las reglas de cada pelea, así que empezaremos ya - dijo él referí.

La campana sonó por todo el lugar, con un par de saltos y una sonrisa egocéntrica peor que la mía Scott Makendrik, me miraba con burla en sus ojos.

- Verónica está hermosa- su sonrisa que destrozare en unos momentos se hizo presente.

Él y Verónica fueron amigos de infancia, yo la conocí cuando teníamos quince años gracias a mi padre, ella es la hija de uno de los políticos más importantes del país, que tiene negocios por debajo de la mesa con mi padre, se supone que nos planearon una vida juntos, no me desagrado la idea, ya que Verónica es hermosa es sexi, es graciosa y una diosa en la cama, tiene todo lo que un hombre desea, Scott Makendrik me odia por tener lo que él tanto anhela.

El Infierno de AlexandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora