Capítulo 24

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- En cuanto a ti - uso la misma técnica que Vincenso y me cargo como si fuera un costal de papas.

Me llevo a su camerino él lugar donde el pasa un rato antes de tener una pelea, la furia no había abandonado mi cuerpo, mi sangre aún se sentía hervir.

- Esperen afuera y no dejen que nadie entre - ordenó Santino a sus hombres.

Los que salieron de inmediato, yo pataleaba intentando bajarme del hombro del orangután que de alguna forma se puede decir que es mi jefe, cosa que yo no admito, hasta que me rendí.

- Ahora que dejaste la histeria si voy a bajarte - me bajo lentamente hasta que mis pies tocaron el suelo.

- Tu novia es un psicópata, ni siquiera puede estar en un espacio de ocho metros cuadrados con mi presencia, esa perra esta loca, ni siquiera le he hecho una maldita cosa como para que ella me odie de esa manera - estallé.

- Tranquilizate, yo se que ella tiene su propia forma inadecuada de decir las cosas - dijo sin perder la calma, mientras se servía un trago.

- ¿así? ¿y que se supone que debo hacer? Ser su saco de boxeo para que descargue toda su frustración en mí, no lo creo, cada vez que ella me ataque yo me defenderé y dejame decirte que cada vez me aseguraré que quede peor que la vez anterior, ni siquiera se por que pelea, supongo que es por ti, pero dejame decirte que yo no me pelee a golpes con ella por ti, ni en tus mejores sueños eso pasaría- suspire con frustración y enojo.

- creo que eso me quedo claro - respondió en su tono sereno.

- que bien, por que a ella también se lo dije - me cruze de brazos.

- si lo sé, en que momento te convenciste que yo era estúpido antes o después de besarme - proclamo prácticamente que era yo la que se deleitaba de el.

- Para tu información fue justo después de que me besaste, y deja tu egocentrismo que tampoco eres la pasión encarnada- me mofe de el, a lo que solamente me devolvió una sonrisa.

- se que hace falta hacer mucho para que estalles en furia- tomo un sorbo de su vodka.

- ahora presumes conocerme - dije a la defensiva.

- bueno veamos, arrugas la nariz cuando algo te molesta, escondes tus manos mientras las pellizcas con tus uñas cuando estas nerviosa, aunque parece que estas cómoda con todas las personas a tu alrededor mueves los pies de manera precipitada, se que amas hornear galletas porque te recuerdan a tu madre fallecida, se que odias los días de lluvia porque tu tristeza se intensifica con el cielo nublado, te escuche decir una vez que una tormenta representa fácilmente como te sientes en el interior, las nubes estruendosas representan tu lucha interna por superar lo que viviste y las gotas de lluvia incesante son tus lágrimas torrenciales provocadas por la tristeza de tu corazón, se que aún sigues dejando tu puerta con llave porque temes que en cualquier momento puedas tener una pesadilla de la cual no puedas despertar y llegar a lastimarte si alguien no te detiene y te trae de vuelta a la realidad, entonces si eso no es al menos conocerte un poco no se como puedo probarte que se más de ti de lo que te imaginas - todo era cierto, cada palabra, cada parte de lo que dijo no era mas que la verdad.

- yo pensé... que yo no te agradaba - dije muy confundida.

- el hecho que te conozca no significa que me agrades- respondió seco - Pero ahora dime que fue lo que ella te dijo para que explotaras de esa manera - se paro frente a mí tranquilo, dejando su vodka en una de las pequeñas mesas de madera que estaba cerca.

- Es algo vergonzoso - agache la cabeza, el se acerco un poco más, levanto mi cara suavemente con su mano, sus ojos me transmitieron una seguridad infinita.

- vamos, dímelo yo no voy a juzgarte - la serenidad en su voz era inigualable.

- yo entre al baño y como no quería discutir simplemente la ignoré, pero ella empezo a ofenderme junto a su amiga y dijo que si la ignore a ella...así había ignorado a los hombres en el momento que me estaban violando - las lágrimas cayeron sin yo poder controlarlas, su rostro reflejaba furia al oir mis palabras - Yo no elegí esto, jamás elegí ser violada, fui abusada, ellos no me dejaron elección hicieron conmigo lo que ellos quisieron, yo no los provoqué, no creo que ninguna mujer provoque una violación, son esos seres que dejaron de ser humanos y se transformaron en mounstros al momento de abusar sexualmente de cualquier mujer, esto pasa todo el tiempo y nosotras no elegimos ser víctimas, todo el tiempo les dicen a las chicas como vestir para no provocar a los hombres, que tal si les dijeran a ellos "hombres no violen a las mujeres no sean unos malditos misóginos de mierda, dejenlas en paz, están físicamente en desventaja contra ustedes" que tal si en vez de reprendernos a las mujeres, le dijeran a los hombres que no toquen a las niñas y niños que ellos son sagrados y no para ser violentados por un pedófilo de mierda que solamente vive para hacerle daño a seres inocentes - Santino se paralizó con mis palabras, se quedo completamente anodadado.

- Yo no tengo como responder a eso - dijo perplejo.

- Lo sé, Verónica es una mujer, y ella viene y se burla en mi cara por lo que me paso, intenta hacerme sentir de menos utilizando mi violación en mi contra, no puedes ir con una víctima de violación y decirle que ella se lo busco o que ignorando el hecho hacemos como que eso jamás pasó, sí, si pasó, pero tirandonos a llorar todo el tiempo en un rincón no cambiaremos nada, el hecho esta en que cada día luchamos con ese sentimiento que no nos deja en paz, la culpa y el asco que sentimos es inmenso y viene esta zorra a decirme ¡QUE YO ME LO BUSQUE!- saque parte de lo que sentía de furia en ese momento.

- Yo se que eso no tiene justificación, las palabras de Verónica no...no tienen fundamento, Alexandra- puso sus manos en ambos brazos míos.

- Yo era virgen, Santino, yo no había estado con nadie, porque sentía que no era el momento aún, ellos no me dejaron elegir el momento o la persona con la que yo quería estar, ellos me arrojaron al suelo y me trataron como si yo fuera un objeto que no siente nada, me hicieron sentir que no valía nada, como si fuera basura y trato de superarlo cada día, tratando de olvidar sus rostros, tratando de olvidar lo sucia que me siento cada vez que alguien me mira, tratando de querer quitar ese sentimiento de impotencia que me atormenta a diario- recosté mi cara en su pecho y deje las lágrimas salieran el solamente me abrazo y dejo que llorara, mientras sobaba mi cabello.

El Infierno de AlexandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora