Capítulo 26

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Subimos a la segunda planta un lugar mas tranquilo y exclusivo para Santino.

Llego el camarero con la carta de bebidas, Santino la vio, escogió un escocés, luego me paso a mi la carta, un trago me llamo la atención, se llamaba explosión de cereza, así que ese fue el que pedí.

- ¿porque me has traído aquí?- lo mire con duda.

- pensé que seria bueno que te distrajeras- se enconjio de hombros.

- pensé que teníamos trabajo por hacer - nos sentamos en una mesa que estaba al fondo que tenia vista hacía la ciudad, era preciosa la vista de Cicilia por la noche.

- ¿quieres bailar?- me tendió su mano.

- no creo que pueda con este vestido- el me miro de arriba a abajo.

- ese vestido va a ser el menor de tus problemas - susurro en mi oído.

Tome la mano que me ofrecía, el bajo las escaleras mientras yo lo seguia, el camarero no esncontro y nos dio los tragos.

- la explosión de cereza es un trago fuerte, así que tomelo con calma - dijo el camarero.

Y como si estuviera sorda, me lo tome de un solo trago, quería olvidar lo sucedido esta noche, la pelea con Verónica, el sueño con Santino y así dejar de encontrarle doble sentido a lo que el me dice.

- eso no sera buena idea - Santino se río de mí.

- según tú - tome el escocés que el tenía en la mano y también me lo tome.

El camarero le dio el otro trago que traía a Santino, el sonrió de lado y también se lo tomo de un sorbo.

- entonces en que plan venimos aquí - le dije, el hizo como que estaba pensando.

- amigos supongo - respondió con una sonrisa en sus labios.

- bien entonces, así te trataré, ¿seguro que podemos ser amigos?- ironize, lo tome de la mano y lo guíe hasta abajo.

Si salía a este tipo de lugares antes de que mi vida cambiara completamente, lo único que no hacia era beber, al menos no exceso porque no controlaba el alcohol.

- así que...bailas - el se río.

- eso creo - me reí nerviosa.

Él me tomo de la mano, se acercó a mí y empezó a moverse con la música, yo le seguí el paso, por un lado me gustaba verlo tranquilo sin dar órdenes, o casi fracturando por completo a una de sus víctimas, su mano en mí cintura me provoco una sensación de nervios recorriendo mi cuerpo.

- así que Alexandra, cuentame algo de ti que no le hayas dicho a nadie - me miro a los ojos con esa mirada coqueta y hermosa que el tenía.

- una vez cuando tenía siete años, rompí la taza favorita de mamá, era una taza preciosa y accidentalmente la tire piso mientras daba vueltas en la cocina, le heche la culpa al gato, el señor bigotes jamás me perdono ya que me arañaba constantemente después de eso - me reí, recordando.

- no dejaré a los gatos cerca de ti - se burlo Santino.

- cuentame algo de ti, algo que no le hayas dicho a nadie, incluso a Verónica - fije mis ojos en loa de el.

- yo...yo pintó, me gusta hacer paisajes, cualquier cosa que se me ocurra pintar- se veía nervioso.

- los dibujos que estan en tu camerino en la Arena son tuyos cierto - le asegure.

- eres muy observadora - alzó una ceja. - Ven conmigo - entrelazó nuestras manos mientras me guiaba hacia afuera del lugar.

Subimos a su auto y empezó a conducir, un camino lleno de árboles de un lado y del otro lado una serie de arbustos con diferentes flores, Santino se miraba tan tranquilo conduciendo, su mirada hacia el frente del camino, me daba ventaja para observarlo, pero el como el robot controlador que es, observó de reojo mi acción.

El Infierno de AlexandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora