Capítulo 3

146 16 0
                                    

Pov Santino

- el doctor dice que le llevara un tiempo recuperarse, pero sanará- le decía mamá a mi padre.

Mi padre yacía parado frente a la cama donde esa chica de cabello anaranjado reposaba, con su pálido aspecto, causado por la perdida de sangre culpa de las hemorragias que sufrió, él doctor dijo que si hubiéramos tardado un poco mas en encontrarla ella habría muerto.

Mi padre se acerco a ella se sentó a un costado de su cuerpo, acarició su mejilla, pareciera que la conoce de toda la vida, dejo un delicado beso en su frente, lo hizo de la misma forma que lo hace con Bella mi hermana.

- Alessia encargate de que alguien este al pendiente de ella todo el tiempo, no la dejen sola- observaba el suero intravenoso que colgaba de un instrumento médico.

- tranquilo querido yo me encargare de ella como si fuera mi propia hija, no te preocupes- Palmeo su espalda.

En ese momento mi hermana entraba en la habitación como un torbellino, ella siempre esta llena de energía, aunque se paralizo al vernos a todos reunidos alrededor de la chica.

- ¿que sucede?- pregunto en la puerta con la mirada de todos sobre ella.

- mi princesa, aquí estas - la saludo papá con él amor que le profesa a Bella.

- ¿quien es ella?- sus ojos se pusieron cristalinos al ver el estado de la chica.

Mi hermana es una chica muy bonita y dulce, pero sobre todo es muy bondadosa y sensible, ella no pareciera ser parte de una familia de mafiosos, cualidades que comparte con mi madre, ambas son unas mujeres demasiado caritativas, ellas dan el toque de bondad en esta familia.

Mi hermano Vincenso y yo en cambio seguimos los pasos de nuestro padre, algún día se supone que nos encargaremos de esto así que debemos aprender el eje y maneje de todos los negocios, cosa que a mi no se me dificulta para nada.

- hija ella es....- las palabras se quedaron atoradas hasta allí en la garganta de papá.

- tranquilo querido no es tu culpa- mamá lo reconfortó.

- ella es Alexandra Greco y ella se quedará aquí a partir de hoy - dijo finalmente.

Se levanto de la cama, su mirada sobre ella era triste, se acercó a Bella y beso su frente como siempre lo hace.

- avisenme cuando despierte, por favor- le dijo a mamá y a Bella, ambas asintieron.

- no te preocupes papá- Bella como siempre tan atenta.

- Santino, a mi despacho ahora- yo asentí, con la cabeza y lo seguí.

Entramos a su despacho y su mirada estaba perdida, se que quería decirme algo pero no sabía como empezar, analizo por unos minutos lo que hiba a decir, cosa que jamás sucede, siempre es un hombre seguro de sí mismo.

- Así que Alexandra- le dije, ese nombre parece que fue impregnado con un hierro caliente en mi cerebro.

- mi pobre Alexandra...- suspiró.

- ¿quien era la mujer degollada en la panadería?- pregunté, sentándome en uno de los sillones.

- era su madre, Margarita - tiene lógica lo que dijo, ambas eran casi idénticas.

- ¿como la conoces?- Indagué sin obtener respuesta alguna de su parte.

- Escuchame te lo diré en su momento, por ahora lo único que te puedo pedir es que quiero que siempre la protejas, hagas lo que hagas jamás la dejes sola, siempre debes de cuidarla así como proteges a Bella, no tiene mas que la edad de tu hermana, casi es una niña- había algo diferente en su voz.

- esta bien papá, te lo prometo, siempre cuidaré de ella- conteste.

- gracias hijo, ahora por favor dejame solo un rato- asentí y me retiré.

Fui a mi habitación, estaba justamente al lado de la habitación de Alexandra, mi ropa estaba manchada de sangre, me la quite y fui a la regadera, la sangre de Alexandra se había secado en mi pecho, empezó a escurrir con el agua.

Salí del baño, me puse algo cómodo para dormir, aunque yo no tenía sueño, yo quería saber quien era Alexandra, se que mi padre las conoce a ambas mujeres, para que se haya tomado la molestia de traerla hasta la casa debe ser alguien importante, mi madre debe conocer esa historia.

No podía dormir así que decidí ir a la cocina, pero cuando hiba pasando frente a la habitación de Alexandra escuche ruidos así que decidí entrar de inmediato, abrí la puerta de golpe, y ella estaba parada en medio de la habitación temblando y llorando, estaba muy asustada.

Me acerqué a ella y se sobresaltó, el suero que se encontraba en su mano con una aguja, estaba tirado en el suelo, de su mano escurría sangre de donde se supone que estaba el catéter, la abraze de golpe ella escondió su cara en mi pecho, mientras caía al suelo, yo me agache con ella abrazándola fuerte contra mí.

- no me dejes sola por favor ellos están allí- lloraba resentida y con profundo dolor.

- no te dejare, aquí estoy - acaricie su cabeza.

- ellos....ellos.....ellos..- se ahogaba entre llantos - ellos están allí, me quieren hacer daño- de pronto se desmayó.

Mamá apareció en la puerta de pronto, supongo que se debe haber escuchado, se acerco a ella y la reviso.

- ¿DONDE ESTA LA ENFERMERA?- la enfermera apareció por la puerta, miró con asombro lo que había pasado.

- disculpeme señora, es que fui al baño, ni volverá a suceder- se disculpó.

- no debes dejarla sola jamás, no debes moverte de aquí, ella debe estar vigilada todo él tiempo- dijo firme y fría, postura que ella jamás toma.

Pobre Alexandra, ¿pero que te han hecho? Siempre voy a cuidarte, no se quien eres pero lo voy a averiguar, la levante y la acosté de nuevo en la cama.

- ¿porque se levanto de pronto?- le pregunte a la enfermera.

- ella fue violada durante cinco días, en diversas ocasiones, a veces es él mismo trauma el que las impulsa a estos episodios- contesto limpiando la mano de Alexandra.

Durante cinco días, debió haber sufrido demasiado, su madre fue asesinada frente a sus ojos, fue violada y golpeada salvajemente.

- ¿eso pasa con mucha frecuencia?- volví a preguntarle.

- es dependiendo de la gravedad del trauma a la que fue sometida, o depende también de como lo maneje ella- respondió ella.

Veremos estos días como sigue, se supone que debe despertar en unos días y recuperarse al menos para mantenerse despierta.

El Infierno de AlexandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora