Capítulo 32

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POV ALEXANDRA

Estaba a punto de amanecer no conseguí conciliar el sueño en toda la noche, los nervios antes del matrimonio son de lo peor, sentía una opresión en mi pecho que no lograba descifrar de dónde venía, esto era más que unos simples nervios, era un presentimiento pero no sabía de qué, me encontraba sentada en la orilla de la cama cuando mi puerta se abrió en la oscuridad, me sobresalté con miedo.

- Tranquila mi calabazita, soy yo - dijo mientras cerraba la puerta.

- No sabes que es de mala suerte ver a la novia antes de la boda - me burle.

- Eso aplica para el vestido amor mío - contestó con una enorme sonrisa que podía sentir por la cercanía que el habia impuesto entre nosotros.

Sin más palabras sus labios buscaron los míos, yo no puse objeción alguna a sus acciones y movimientos, como podría, yo tengo sentimientos muy profundos con Vincenso, jamás yo había estado enamorada antes, y todo lo que recibía de el no era más que amor y caricias, decidí que era momento de dejar mis dudas y pensamientos de un lado, empeze a soltarme con el, sabía que era el momento de hacerlo.

Sus manos empezaban a recorrer mi piel, cuando las mías encontraron los botones de su camisa y fueron desabrochados uno a uno, para después deslizarla por sus hombros hasta encontrarse con el piso, sus dedos deslizaron la delgada tela del camisón por encima de mis brazos consiguiendo quitarlo por completo, sus labios de nuevo regresaron a los míos y mis piernas se enrollaron en su cintura, y mis brazos alrededor de su cuello acercándolo más a mi, sus pies emprendieron el camino en busca de la cama, dónde me recostó con el encima de mi, todo era perfecto, todo marchaba bien, pero había una pequeña parte de mi que decía que esto no debía ser, decidí ignorar ese pensamiento, alejando por completo esas ideas de mi cabeza.

De un momento a otro solo podía escuchar su respiración agitada sobre mi cuerpo, no había acción alguna por parte de el, solamente se quedó quieto.

- Puedo esperar unas horas más - intento levantarse pero no lo deje.

- Eso no hará la diferencia, es ahora el momento perfecto Vincenso - lo volví a besar.

- Está noche serás mi esposa y ese será el momento perfecto - me dió un leve beso en los labios y se acostó a mi lado, puse mi cabeza sobre su pecho y el acariciaba mi cabello, no sentí en que momento me quedé dormida, juntos en la cama abrazados fue donde por primera vez me sentí segura.

- ¡No pudiste esperar a la noche de bodas no es así!- Bella entraba casi hablando a gritos.

De inmediato abrí los ojos, sentandome rápidamente cuando recordé que hace solo un par de horas Vincenso me había dejado sin la única prenda que cubría mi cuerpo, me encontré de inmediato con la fría mirada de Santino, mientras Vincenso me cubría rápidamente con la sábana.

- No se porque siempre tienes que entrar así a un lugar - dijo Vincenso en tono bastante molesto.

- Es el día de tu boda y tienes a la novia entre las sábanas y necesito llevármela para arreglarla - me jalo del brazo la que ahora es mi cuñada. - Si no empiezo ahora nada estará a tiempo y tú deberías ir a darte una ducha y bien fría - se burló de él.

- Alexandra - se levantó para pararse frente a mí - Te amo, no puedo esperar a verte entrar por la iglesia mi calabazita - sus palabras hicieron que mi corazón se pusiera tan sensible que se me nublo la vista por las lágrimas que quería derramar, lo bese tan profundamente que sentí que íbamos a fundirnos en un solo ser.

- No puedo esperar a ser tu esposa Vincenso Lombardi, me harás la mujer más feliz de este mundo - tome el brazo que Bella me ofrecía y pase por el lado de Santino ignorando por completo su mirada.

El Infierno de AlexandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora