Pov Alexandra
- levántate no durarías ni cinco minutos en una pelea callejera- dijo Santino.
Yo estaba tirada en el suelo del cuadrilátero que tienen en una especie de gimnasio personal, las gotas de sudor recorriendo mi frente, me levanté de nuevo.
- ¡GOLPEA!- me gritó.
Intenté dar un golpe, pero el se movió de nuevo y caí al piso.
- pensaste que sería fácil- se agachó para decirme eso - Esto no es sencillo, así que si quieres ser la mejor levántate del suelo y pelea- dijo serio.
Se levantó y yo me levanté, quedamos frente a frente, mi furia crecía cada vez más hasta que reuní coraje y tire un golpe con el puño cerrado que impacto directamente a su cara, el tocó el lado donde impacto el golpe y sonrió.
- A esto es a lo que me refiero- sonrió soberbio - Es todo por hoy- tomo la toalla y la paso por su frente.
Yo tomé una botella de agua y la bebi de una sola vez, traté de regular mi respiración agitada, Santino se paró frente a mí.
- Está noche hay una pelea en la Arena, deberías ir para que observes los movimientos de una pelea callejera, buscas vengarte de hombres así que debes estar al mismo nivel que ellos- la puerta abriéndose captó nuestra atención.
- ¡Amor allí estás!- era Verónica la novia de Santino, rechinando con sus tacones. - hola Alexandra- dijo de mala gana.
- si no tienes la intención de saludarme no lo hagas - dije fríamente.
Tome la toalla y la botella de agua me levanté de donde estaba - te veo esta noche en la Arena- le dije a Santino y salí de allí.
Fuí directamente a tomar un baño, por momentos me quedaba estática bajo el agua de la regadera, salí del baño y cuando termine de vestirme salí directo a la armería, Vincenso me enseñaría a manejar las armas, llegué y efectivamente allí estaba el esperándome, estaba con un pantalón deportivo gris y una camiseta blanca, me sonrió cuando me vio.
- así que mi nueva alumna ¿Lista para la clase?- dijo con gracia.
- sí profesor, más que lista para todo su conocimiento - respondí con gracia yo también.
- bien, Santino ha estado enseñandote a pelear, cuando alguien se acerque y estás desarmada vas a pelear cuerpo a cuerpo y tendrás que arreglartelas para sacar tu arma- se paró frente a mí y de inmediato tome posición de defensa.
Me empujó levemente y cuando pensaba que hiba a perder el equilibrio tiró un golpe con el puño cerrado, de inmediato me agaché antes del impacto, cuando estaba en el suelo y estiré mi pierna derecha y de un giro tire una patada a las piernas de Vincenso haciéndolo caer al piso, cuando estuvo tumbado en el suelo gire de nuevo para quedar sobre él, saque el arma que llevaba guardada en la parte de atrás del pantalón y le apunté directo a la cabeza.
- ¡Excelente! Si estuviéramos en otra situación estaría feliz que estuvieras encima mío- dijo riéndose, yo gire los ojos sabiendo demás como es Vincenso.
Nos pusimos de pie - Tienes suerte que estaba descargada está pistola- me reí.
- Yo tuve suerte, ellos no la tendrán- puso sus manos en mi hombro y yo le sonreí, por impulso lo abraze y el me rodeo con sus brazos.
- ¿Interrumpo algo?- Santino se aclaró la garganta.
- sí, la cesión de abrazos de cariñositos - se burló Vincenso, yo no lo resistí así que me carcajee.
Santino lo vio de mala manera, Verónica estaba colgada de su brazo, esta chica no se cansa de estar todo el día detrás de él eso es seguro.
- Alexandra, te espero en dos horas en la Arena- dijo firme,yo asentí con la cabeza y ambos se retiraron.
- Así que mi calabazita es hora de ir a las peleas, se ve que Santino te va a entrenar bien- guardamos las armas y salimos de la armería.
Mientras nos dirigimos a la cocina el señor Bruno iba de salida junto a un grupo de sus hombres - Vincenso voy a ir a arreglar unos asuntos volveré en dos días, cuida a tu madre y por favor asegúrate que Bella no se meta en problemas - entorno los ojos con frustración y un poco de diversión, yo me reí por lo bajo. - ¿Cómo va el entrenamiento de Alexandra?- me miró y yo levanté la cabeza.
- va muy bien, maneja muy bien las armas es una tiradores nata, de hecho hoy logro tumbarme y debo decir que para mí suerte de no ser su objetivo o estaría bajo tierra en este momento- yo sonreí.
- Excelente, sigue mejorando Alexandra, y pronto lograremos nuestro objetivo- palmeó mi hombro.
- Así lo haré- me abrazo.
- lo sé hija, aunque tengas otro apellido eres una Lombardi y los Lombardi consiguen todo lo que se proponen- me soltó y se puso en marcha - los veré después, cuidas a las mujeres de esta casa- dijo despidiéndose con la mano.
- ¡Bien! Soy niñera de Bella - se bufó, yo me reí un poco.
- uno de los más poderosos de la mafia italiana es niñera de sus hermanita menor - me burlé de él.
- mi pequeña calabaza tu no eres mayor que ella, no molestes o te pondré a ti acuidarla - me amenazó de una manera muy graciosa, me carcajee.
- subiré y me arreglaré, deberías ir a ver a tu pequeña - me burlé y subí corriendo las escaleras, el negó can la cabeza y río.
Después de buscar entre varios vestidos tomé uno color vino tinto, tacones negros, solo iría a ver no voy a practicar nada así que esto está perfecto.
- ¡Wow! Estás hermosa- Vincenso me miraba de arriba a abajo.
Baje las escaleras insegura, tengo esa maldita sensación de querer taparme todo el tiempo, me siento muy incómoda cuando la mirada de los demás están sobre mí, está maldita inseguridad no se va de mi pecho.
- ¿No te parece que es muy descubierto?- pregunté con miedo, viéndome los zapatos.
Levantó mi cara con dos dedos en mi mentón - No, no me parece que sea muy descubierto, me parece perfecto para ti - me sonrió.
Me dió su brazo para que yo lo enrollará con el mío - Es todo un Caballero señor Lombardi- le sonreí.
- lo sé tengo una hermosa dama como compañía - me guiñó su ojo derecho.
- estoy lista Vincenso- Bella bajo por las escaleras, con un vestido negro y el cabello recogido. - No se porque diablos tengo que usar un vestido si es una pelea clandestina y además a Santino no le gusta que yo vaya a verlo- se quejo durante todo el trayecto hasta abajo.
- Papá dijo que te cuidara- respondió de mala gana.
- eso es cierto, soy testigo que te lo asignaron como niñera personal- le dije mientras me reía burlonamente.
- no puede ser, Alexandra ayúdame - se quejó.
- lo lamento pero yo no puedo hacer nada en contra de las órdenes de tu padre, mejor obedece a tu niñera - me cruze de brazos.
- que voy a hacer contigo calabazita- suspiró - Bien señoritas es hora de irnos - levantó ambos brazos para que tomara mis uno cada una.
Ambas nos reíamos y cada una nos colocamos a un lado de Vincenso y salimos de casa para ir a la Arena.

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El Infierno de Alexandra
RomanceAlexandra Greco sufrirá en carne propia el dolor más insoportable en este mundo, lo que la llevará a tomar una sed de venganza insaciable, le será tendida la mano de una persona que es completamente ajena a ella, queda desprotegida con la muerte de...