Capítulo 18

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- ¿Entendiste lo que debes hacer?- pregunta Vincenso.

- Sí, entro distraigo a los objetivos para que puedas hacer el trabajo sucio - repito por hacerlo mas simple.

- esa es mi chica - respondió.

Santino rodó los ojos en cuanto escucha las palabras de Vincenso, entramos al lugar que estaba casi abandonado, o al menos eso parecía por fuera, pero por dentro este lugar funcionaba a la perfección era todo un centro de operaciones clandestinas donde se empacaba droga para ser distribuida a los diferentes puntos de venta, era un empaque grande el que estaban realizando debido a que debían reabasteser todos los negocios, aquí en este lugar es donde esta una de las principales fuentes de ingreso de los rusos, hombres armados vigilaban a los trabajadores en su mayoría mujeres jóvenes en ropa interior manipulando todo el producto, esto les asegura que ellas no metan nada a sus bolsillos.

Jamás en la vida había sido tan silenciosa como en este momento, sigilosamente ingresamos en uno de los pequeños puntos de entrada los hombres fueron distribuyéndose hacia los diferentes lados que podían cubrir, listos y atentos para empezar a disparar a quema ropa en cualquier momento.

Desde la segunda planta del lugar uno de los rusos de aspecto albino vigilaba el lugar observando cada uno de los movimientos, se veía tan tranquilo y relajado que se que en ningún momento pensó que serían emboscados por nosotros.

- quiero que te quedes detrás de mi - Vincenso saco su arma de la parte trasera de su pantalón y se preparo para el ataque.

- Entendido- respondí, repitiendo su acción.

Santino hizo una señal con sus dedos indicando que debíamos avanzar justo ahora, de inmediato los hombres se desplegaron disparando a los objetivos rusos que se encontraban en el lugar, las mujeres que trabajaban aquí solamente se atagacharon al momento de escuchar las detonaciones, yo permanecía detrás de Vincenso en todo momento, ocupándome de cubrir su espalda por si alguien quería atacarlo desprevenido, no paso un solo minuto cuando el primer ruso intentó disparar por la espalda, me encargue de el acertando dos disparos en su cabeza de inmediato la fuerza de gravedad hizo su trabajo tirándolo al suelo.

Vincenso disparaba a diestra y siniestra, mientras Santino se dirigía a la segunda planta donde se encontraba el ruso albino, Vincenso siguió los pasos de su hermano por lo que yo hize lo mismo, cuando llegamos a la segunda planta el ruso intentaba escapar por la azotea del lugar en un helicóptero pequeño, intentaba encenderlo mientras nosotros nos acercábamos a él rápidamente, Santino subió abrió la puerta y de inmediato al ingresar empezó a repartir golpes por toda la cara del ruso, quien a como pudo saco su arma y acertó un disparo en el hombro izquierdo de Santino.

Vincenso intervino subiendo al helicóptero y le propinó dos disparos en el pecho al ruso, los que de inmediato lo debilitaron, lo tomo de cuello de la camisa y lo saco del helicóptero, mientras yo ayudaba a Santino a ponerse de pie; se apoyaba con su brazo derecho alrededor de mi cuello apoyando parte de su peso en mí, Vincenso estaba golpeando al albino mientras este se escurría en sangre por todos lados.

- Vincenso - habló Santino - Ya no te desgastes y matalo de una vez- dijo pasándole su arma.

- Ustedes saben que vendrán por ustedes, mi jefe acabará con todos y cada uno de los suyos uno por uno... y cuando crean que todo ha terminado el dará el golpe final, el cual los destruirá dejándolos en los absolutos escombros - esas fueron sus últimas palabras.

Saqué el arma que siempre llevo en un cinturón escondido en mi pierna, prepare el arma, apunté directo a su cabeza y disparé, la detonación accionó mi brazo con un poco de fuerza como ya es costumbre, pero me mantuve firme y la presión de la detonación  apenas y logró moverme, el albino quedó tendido en el suelo.

- Bien eso es todo...¡vamonos!- ordenó Santino.

Vincenso solamente me guiñó el ojo mientras llevábamos a Santino al auto para salir de ese lugar, cuando nos alejamos un poco pudimos ver que nadie nos seguía, me percate que el traje de Santino escurría sangre.

Íbamos muy apretados porque se había pinchado una de las llantas de una de las camionetas en las que se conducían los hombres, así que dos de ellos viajaban con nosotros y estábamos muy apretados casi sentados unos encima de otros.

- Estas escurriendo- le dije a Santino mirando hacia abajo.

Su cara de confusión lo único que hizo fué confundirme a mí.

- Tu camisa y tu traje escurren sangre - dije para que el se percatara a que era a lo que me refería.

- Ya veo - dijo mirando su brazo y pecho cubiertos de sangre.

- por lo menos tienen un botiquín o algo para estas emergencias - voltee a ver a los hombres en el auto.

- Creo que hay algo de eso en la guantera - dijo Vincenso quien se encontraba a mi lado, yo estaba sentada en medio de los hermanos Lombardi.

Uno de los muchachos rápidamente saco lo que había y solamente era una gasa y un fransco medio vacío de alcohol para desinfectar heridas.

- ¿en serio? ¡solamente esto!- me queje.

Recibí lo que me ofrecían pensando que tal vez puedo hacer algo con esto.

- ¿cuanto falta para llegar al casino?- pregunte mientras desabotonaba la camisa de Santino.

- faltan quince minutos señorita - contesto el que manejaba.

- Esto no puede esperar quince minutos - dije tratando de moverme pero era inútil, no había espacio.

Conseguí quitar la ropa del torso de Santino pero no podía moverme así que lo único que de me ocurrió fue sentarme sobre él - Lo lamento pero voy a tener que sentarme en tus piernas, no puedo moverme aquí no hay espacio - así que como pude me senté a horcajadas sobre Santino, de inmediato pude sentir la tensión que se formó, pero yo solamente quería parar la pequeña hemorragia que se había generado por la herida de bala.

Remoje la gasa con el algodón mientras Vincenso me observaba atento y con una sonrisa coqueta, yo le guiñe el ojo, porque ambos sabíamos que hiba a vengarme de Santino con el alcohol en su herida por la forma en la que se burlo de mi antes del ataque.

Puse la gasa empapada en la herida de una sola vez, Santino se quejó y soltó un gruñido.

- es solo un paño con alcohol no seas llorón - le dije mirándolo directamente a los ojos desafiándolo.

El iba a contestar algo pero llegamos al casino, decidieron que era mejor bajar para que yo puduer atener mas espacio para moverme y poder sacar a Santino, pero antes de que yo me levantara el me tomo de la cintura y me detuvo, me empujó levemente hacia abajo y susurro sobre mis labios - Esto no termina aquí- sonrió de lado.

- Vamos pequeña es hora de limpiar tus armas - dijo Vincenso y yo de inmediato me moví del lugar donde encontraba.






Lamento no haber actualizado pero aquí estoy de nuevo, con año nuevo y vengo con todo chic@s.

Los amo.

Con Amor
                     Vanessa 💙

El Infierno de AlexandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora