Ahora eres un Wiliams.
Blake.
Ahora todos nos encontrábamos sentados en un gran comedor, en la cabeza estaba Morgan a su lado derecho estaba la señora mamá de Yesenia, de su lado izquierdo de Morgan estaba yo causando que tuviera de frente a la señora y me diera miedo el verla, me intimidaba la gente nueva, y a mi lado derecho estaba Yesenia que me ofrecía toda la comida de la mesa y tenia una gran sonrisa, la cual era contagiable.
— Bien Blake por favor come con confianza. — Morgan hablo pero no se me quitaba la pena con la señora que estaba al frente de mi.
— Pero que grosera soy, Blake mi nombre es Janeth, soy la esposa de Morgan y madre de esta niña tan latosa. — rio viendo a su hija, ella se parecía en algo a mi madre, estando serca te daba tranquilidad. — no me veas como una bruja, una enemiga, tampoco pienso sustituir el lugar de tu madre, pero podemos ser amigos, ¿te parece? prometo dar lo mejor de mi, es más si somos amigos. — se acerco un poco sobre la mesa para susurrarme algo solo para los dos. — hare pasteles cada que me lo pidas. — eso me hizo reír nadie había querido ser mi amigo con esos términos. — ¿trato? — ella tendió su mano sobre la mesa para que yo la tomara.
— Trato. — tome su mano y le sonreí ella no tenia la misma forma de tratarme que Olivia, pero tampoco la del señor y eso me daba tranquilidad.
— Pues a comer se a dicho. — Janeth dio la orden Morgan y Yesenia obedecieron a lo cual yo los seguí con un poco de pena.
Comenzamos a comer en medio de platicas intentando conocerme más entre Janeth y Yesenia, me preguntaban que me gustaba comer, que me gustaba hacer, como iba en la escuela, me daban mucha tranquilidad y alegría el que me recibieran así, sin miradas feas sin apartarme de las conversaciones, incluyéndome en todo, interesándose por mi, cuando Yesenia pidió doble ración de postre a mi también me ofrecieron, eso en casa de Máx solo pasaba cuando el señor no estaba.
— Papi, les puedo presumir a todos que tengo un nuevo hermano mayor, la mayoría de las niñas en mi clase no tienen hermanos mayores. — esta niña me causaba mucha risa, siempre estaba hablando, casi nunca se mantenía quieta o callada, comenzaba a agradarme.
— Solo si Blake esta de acuerdo hija. — Janeth respondió antes que Morgan.
— ¿Pero tu estas de acuerdo verdad Blake? — Yesenia me tomo de la mano haciendo un puchero y poniendo sus ojos como el gato con botas cuando ponía su cara tierna.
— Yess, no debes de presionarlo, cuando el quiera aceptara. — Morgan intervino.
— Esta bien, puedo ser tu hermano mayor, no se como se hace, pero lo hare. — Yesenia me recordaba a Karina.
— ¡Si! tengo un hermano mayor, tengo un hermano mayor. — Yesenia comenzó a cantar feliz terminando su parte de pastel. — ¿le puedo enseñar su cuarto a Blake?
— Creo que deberíamos ir todos para enseñarle su nueva casa. — Janeth se levanto de su lugar al igual que Morgan. — ¿nos acompañas Blake?
— Vamos, ya quiero que lo veas. — Yesenia tomo mi mano de nuevo y me llevo hasta las escaleras con Morgan y Janeth tomados de las manos detrás de nosotros.
Comenzamos el recorrido con el despacho de Morgan que era parecido al de mi padre, después pasamos a las habitaciones de invitados, el baño principal, el cuarto de Janeth y Morgan, seguido por el cuarto de Yesenia decorado completamente de rosa, hasta que nos detuvimos en una puerta en blanco.
— Es esta, queremos que tu la decores a tu gusto, solo pusimos algunas cosas que esperemos te guste, cuando decidas como decorarla avísanos.
Morgan tomo la manija de la puerta y la abrió, pude ver una gran habitación con una gran cama sobre lo que parecía un auto de carreras al igual que el cubre camas de carreras de autos, una mesita de noche con una lampara en forma de auto, un pequeño escritorio a lado había una mochila completamente negra con mi nombre bordado y un closet con ropa y zapatos para mi niños de mi edad junto con el uniforme de mi primer colegio en New York, a lado un estante con muchos juguetes, una puerta que supuse era el baño, y una gran ventana que dejaba entrar gran parte de la luz de afuera, pero algo llamo mucho mi atención en la mesita de noche estaba un porta retrato, me adentre a la habitación para tomar la fotografía de mis padres y yo en el primer día que llegamos a nuestra casa.
— Papá dijo que te gustaría recordar a tus papis que están en el cielo cuidándote, para que no te olvides que ellos te quieren y siempre van a estar contigo. — Yesenia llego hasta a mi lugar abrazándome por la espalda, no me contuve y comencé a llorar.
Las lagrimas salían cada vez más y más, hace mucho tiempo que no veía fotos de mis padres, y los extrañaba muchísimo, sabia que ya nunca los iba a ver, pero dolía muchísimo, Janeth y Morgan se pusieron en cuclillas para estar a nuestra altura, Janeth limpiaba mis lagrimas con tanta delicadeza.
— Escucha Blake, ellos siempre van a estar contigo aquí. — Janeth señalo un lugar en mi pecho que indicaba el corazón. — ellos te quisieron, te van a querer y amar donde quiera que estén, mientras tu no los olvides seguirán presentes.
— Los extraño mucho. — hable entre sollozos.
— Y esta bien hacerlo, por eso pusimos esa foto, para que los recuerdes, y puedes hablar con ellos con esa foto, como si estuvieran aquí cada vez que necesites. — Morgan tomo mi mano libre, yo aún seguía llorando, no podía creer que mis padres ya no estuvieran.
— Yo estoy dispuesta a compartir a mis papas contigo, pero ya no llores hermano mayor. — Yesenia apretó más su abrazo al cual yo me volteé abrazándola de vuelta llorando, no la conocía tanto, pero me daba alegría tranquilidad y ahora ere mi hermana.
— Blake ahora eres un Wiliams, pero nunca olvides que siempre vas a ser un Vasíliev, llora todo lo que tengas que llorar, esta bien sacar el dolor que llevamos dentro.
Morgan y Janeth se unieron al abrazo, me daban tanta confianza y tranquilidad tan solo en un día, lo cual los Smith nunca pudieron darme en cinco meses que estuve con ellos, sentía de nuevo que podía tener una familia.
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Un amor a la antigua
Teen FictionSiempre he querido saber lo que se siente ser amado, sabía el significado del cariño pero no del amor, cuando pensé en que al fin podía tenerlo, mi pasado me recordó que yo no puedo ser amado, ni mucho menos amar. Las sombras del pasado dañan tanto...