Reunión
Blake
Cuando estaba en la escuela y me hacían pararme enfrente de todo el instituto o de mi salón jamás había tenido pánico escénico, se me facilitaba hablar enfrente de tantas personas, pero eso había cambiado ya que ahora estaba al frente de toda una organización y tenía que dar la cara por mi organización delante de más de veinte pandillas, mafias, carteles y clanes, en las cenas, desayunos comidas y reuniones a las que ya estaba acostumbrado a ir no se comparaban en nada a lo que estaba viviendo actualmente.
El jefe o cabecilla de cada uno de los más peligrosos y buscados de todo el mundo criminal estaba enfrente de mi, analizándome con la mirada algunos con los cuales aún no me había podido presentar, ya que la mayoría de aquí ya me conocía, sin embargo había una pequeña parte que no. Frente a mi podía ver al menos a cincuenta personas, sosteniendo copas de licor, bocadillos, hablando entre ellos, se podían escuchar los murmullos de algunos, dado que todos se quedaron callados cuando Feddei y yo aparecimos en la entrada del salón de la mansión, estaban acostumbrados a que Feddei caminara primero como el líder, pero ahora era yo quien tenía el mentón en alto, caminado recto con la vista fija al frente sin detenerme a ver a nadie, a mi lado derecho estaba Feddei caminando con su normal actitud desafiante inculcando miedo y poder al caminar, detrás de mi venían Alisa y Alek, respaldándonos estaban mis amigos Karina, Prien y Colton.
Nos detuvimos al centro del salón Shena vino hasta nuestro lugar con charola en mano, traía cuatro copas de Champagne; Alisa tomo dos uno para ella y otro para su prometido, Feddei tomo una y me paso la ultima, la garganta comenzó a cerrárseme sentía la boca seca, tenía que hablar pero no podía, los ojos juzgones y acusatorios no se apartaban de mi, solté un suspiro y tome aire listo para presentarme para dar inicio a la reunión.
—Damas y caballeros, bienvenidos a mi hogar. — comencé a hablar. — Para los que aún no he tenido el placer de conocer me presento; Soy Blake Vasíliev. — era esencial no decir mi apellido americano, así la tarea de dañarme se les retrasaría, en la mafia tienes que prever todo. — soy el heredero por sangre y nombre, hace tres meses que estoy aquí para reclamar mi puesto y lo he venido a tomar para honrar el nombre de mis padres los cuales se sacrificaron por su organización, soy el nuevo jefe de la mafia Rusa y doy por iniciada la reunión del trueque. — levante mi copa en señal del brindis, a lo cual Feddei, Alisa y Alek me siguieron después de todos.
<Trueque: Acción de dar una cosa y recibir otra a cambio, especialmente cuando se trata de un intercambio de productos sin que intervenga el dinero.>
El trago de licor sirvió para mojarme un poco la garganta , después de mi presentación la parte que ya me conocía se dio la vuelta en busca de los socios a los cuales se iban a alear para pedir apoyo en lo se necesitara, la otra parte que era la que no me conocía, busco el momento adecuado para acercarse a presentarse y hablarme en busca de lo que necesitaran, en su mayoría armas, lo común se pactaban las cantidades y lo que nos darían a cambio, después de cerrar el trato pasaban con Alek y Alisa para concretar el día y lugar en el cual se cerraría el trato.
Me dolía la cabeza de tanto ruido que había, personas hablando, ofreciendo armas, drogas, propiedades, acciones de empresas, no iba a tomar más alcohol, tuve una mala experiencia la ultima vez, mis ojos no dejaban de buscar entre la gente a Yuudai, si no venía la pista de Feddei no seria de ayuda y tendríamos que empezar de cero, perderíamos mucho tiempo.
—No me digas que el jefe esta aburrido. —la voz de Grecy a mis espaldas me hizo desconcentrarme de mi tarea.
— Cumplí con lo que me tocaba ahora le toca a los demás. — suspire cansado, llevamos demasiadas horas en el salón abriendo y cerrando tratos.
ESTÁS LEYENDO
Un amor a la antigua
Teen FictionSiempre he querido saber lo que se siente ser amado, sabía el significado del cariño pero no del amor, cuando pensé en que al fin podía tenerlo, mi pasado me recordó que yo no puedo ser amado, ni mucho menos amar. Las sombras del pasado dañan tanto...