Las Bestias son formadas.
Blake
1 Mes después Cumpleaños numero 17.
Las cosas con Feddei iban de mal a peor, cada vez los entrenamientos eran más y más exigentes, la palabra "descanso" no existía en su vocabulario desde la salida que tuvimos mis amigos y yo para recorrer mi ciudad natal, al regresar nos esperaba un ejercito de hombres armados, a mis amigos no les hicieron nada, el que pago por todo fui yo, me dieron una golpiza tan fuerte que no desperté por una semana.
Claro había echo enojar a Feddei y lo había desafiado enfrente de toda la gente a su mando y como jefe de la mafia más sangrienta no puede dejarse humillar por un niño de 16 años, cuando logre recuperarme de dos costillas rotas, mi ojo derecho dejo de estar hinchado, mi labio dejo de estar partido y la nariz dejara de sangrarme, seguí con el entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo, las armas de fuego ya eran mi especialidad, nadie me podía ganar en eso, me sabia desde los nombres hasta como armarlas y desarmarlas, el como tomarlas y accionarlas para tener un mejor impacto, no había visto a mis amigos pero sabia que estaban bien.
También estaba aprendiendo sobre los negocios, nuestro fuerte eran las armas que fabricábamos, le seguía el negocio de la droga, seguidos las peleas de boxeo las cuales había sido participante para ganarme un nombre y respeto de la gente, tanto socios como amigos y conocidos, después iba el petróleo y los clubs donde servía para lavado de dinero, esos eran los negocios que serian míos y de los cuales tenia que aprender su modo de administración, al mismo tiempo estaba aprendiendo sobre la gente de aquí, saber como moverlos, con dinero, droga u armamento.
Tenía que conocer a los socios desde sus inicios, saber como llegarle al precio y si se me daba la gana, saber como doblegarlo, cada pelea era una nueva presentación de algún socio, un amigo, un conocido con el cual podríamos cerras tratos a futuro, gente de todos lados me estaba empezando a conocer, aún no era mi presentación oficial, pero la mayoría se iba preparando para que yo tomara el puesto y me rindieran cuentas a mi.
— Señor. — estaba descansado recostado en la gran cama de mi habitación, me dolia todo el cuerpo, Shena la chica que me había traído la fruta me llamo desde la puerta, detestaba que me dijeran señor.
— Adelante Shena. — me cubrí con el brazo los ojos, estaba demasiado cansado y apenas era medio día.
— La señorita Karina me pidio que le entregara esto. — no me moleste en detallar lo que era.
— Puedes dejarlo en el escritorio, estoy muy cansado y en veinte minutos tengo que ir al despecho a estudiar. — no tenía tiempo de nada, comenzaba a hartarme de todo esto, toda la mañana se iba en entrenamiento físico, por la tarde estudiar las armas y los negocios junto con los socios, de noche las armas, apenas tenia tiempo de comer y dormir.
Escuche sus pasos moverse por la habitación en la noche vería que es lo que Karina me mando, eso si antes no me quedaba dormido.
— Señor. — Shena volvió a llamarme.
— Blake, Shena, mi nombre es Blake, no me digas señor, tenemos casi la misma edad.
— Como diga. — se quedo callada por unos segundos hasta que volvió a hablar. — Feliz cumpleaños Blake. — escuche como cerro la puerta de mi habitación y me incorpore en mi cama.
¿Ella dijo cumpleaños? ¿tanto paso que se me había olvidado mi propio cumpleaños?, me levante de mi lugar y fui directo al escritorio, tome la carta que Karina me había mandado.
Querido Blake o debo decir ¿querido jefe?
Como sea, para mi siempre vas a ser Blake el niño que le rugían las tripas en el orfanato, y el que me saco de ese horrible lugar, se que tal vez la menor de tus preocupaciones sea la de tu cumpleaños, quizá ni quieras festejar, pero Colton Prien y yo si queremos hacerlo, queremos que sepas que te queremos y te apoyaremos en todo, aún que no nos hemos podido ver, siempre vamos apoyarte así seas el jefe de una de las mafias más peligrosas siempre contaras con nosotros.
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Un amor a la antigua
Teen FictionSiempre he querido saber lo que se siente ser amado, sabía el significado del cariño pero no del amor, cuando pensé en que al fin podía tenerlo, mi pasado me recordó que yo no puedo ser amado, ni mucho menos amar. Las sombras del pasado dañan tanto...