La señora Gardiner hizo a Seokjin la advertencia susodicha puntual y amablemente, a la primera oportunidad que tuvo de hablar a solas con él. Después de haberle dicho honestamente lo que pensaba, añadió:
––Eres un chico demasiado sensato, Jin, para enamorarte sólo porque se te haya advertido que no lo hicieses; y por eso, me atrevo a hablarte abiertamente. En serio, ten cuidado. No te comprometas, ni dejes que él se vea envuelto en un cariño que la falta de fortuna puede convertir en una imprudencia. Nada tengo que decir contra él; es un muchacho muy interesante, y si tuviera la posición que debería tener, me parecería inmejorable. Pero tal y como están las cosas, no puedes cegarte. Tienes mucho sentido, y todos esperamos que lo uses. Tu padre confía en tu firmeza y en tu buena conducta. No vayas a defraudarle.
––Querida tía, esto es serio de veras.
––Sí, y ojalá que tú también te lo tomes en serio.
––Bueno, no te alarmes. Me cuidaré de Jungkook. Si lo puedo evitar, no se enamorará de mí.
––Seokjin, no estás hablando en serio.
––Perdóname. Lo intentaré otra vez. Por ahora, no estoy enamorado de Jungkook; es verdad, no lo estoy. Pero es, sin comparación, el hombre más agradable que jamás he visto; tanto, que no me importaría que se sintiese atraído por mí. Sé que es una imprudencia. ¡Ay, ese abominable Yoongi! La opinión que mi padre tiene de mí, me honra; y me daría muchísima pena perderla. Sin embargo, mi padre es partidario del señor Jeon. En fin, querida tía, sentiría mucho haceros sufrir a alguno de vosotros; pero cuando vemos a diario que los jóvenes, si están enamorados suelen hacer caso omiso de la falta de fortuna a la hora de comprometerse, ¿cómo podría prometer yo ser más listo que tantos de mis congéneres, si me viera tentado? O ¿cómo sabría que obraría con inteligencia si me resisto? Así es que lo único que puedo prometerte es que no me precipitaré. No me apresuraré en creer que soy el hombre de sus sueños. Cuando esté a su lado, no le demostraré que me gusta. O sea, que me portaré lo mejor que pueda.
––Tal vez lo conseguirías, si procuras que no venga aquí tan a menudo. Por lo menos, no deberías recordar a tu madre que lo invite.
––Como hice el otro día ––repuso Seokjin con maliciosa sonrisa––. Es verdad, sería lo más oportuno. Pero no vayas a imaginar que viene tan a menudo. Si le hemos invitado tanto esta semana, es porque tú estabas aquí. Ya sabes la obsesión de mi madre de que sus visitas estén constantemente acompañadas. Pero de veras, te doy mi palabra de que trataré siempre de hacer lo que crea más sensato. Espero que ahora estarás más contenta.
Su tía le aseguró que lo estaba; Seokjin le agradeció sus amables advertencias, y se fueron. Su conversación había constituido un admirable ejemplo de saber aconsejar sin causar resentimiento.
Poco después de haberse ido los Gardiner y Taehyung, Junho regresó a Hertfordshire; pero como fue a casa de los Jung, la señora Kim no se incomodó por su llegada. La boda se aproximaba y la señora Kim se había resignado tanto que ya la daba por inevitable e incluso repetía, eso sí, de mal talante, que deseaba que fuesen felices. La boda se iba a celebrar el jueves, y, el miércoles vino el joven Jung a hacer su visita de despedida. Cuando el joven se levantó para irse, Seokjin, sinceramente conmovido, y avergonzado por la desatenta actitud y los fingidos buenos deseos de su madre, salió con él de la habitación y lo acompañó hasta la puerta. Mientras bajaban las escaleras, Hoseok dijo:
––Confío en que tendré noticias tuyas muy a menudo, Jin.
––Las tendrás.
––Y quiero pedirte otro favor. ¿Vendrás a verme?
ESTÁS LEYENDO
Orgullo y Prejuicio (adaptación - Sujin)
FanfictionKim Seok Jin y Min Yoongi, cada uno a su manera y, no obstante, de forma muy parecida, deben madurar para superar algunas crisis y aprender de sus errores para poder encarar el futuro en común, superando el orgullo de clase de Yoongi y los prejuicio...