Anteriormente, el señor Kim había querido muchas veces ahorrar una cierta cantidad anual para mejorar el caudal de sus hijos y de su mujer, si ésta le sobrevivía, en vez de gastar todos sus ingresos. Y ahora se arrepentía de no haberlo hecho. Esto le habría evitado a Donghan endeudarse con su tío por todo lo que ahora tenía que hacer por él tanto en lo referente a la honra como al dinero. Habría podido darse, además, el
gusto de tentar a cualquiera de los más brillantes jóvenes de Gran Bretaña a casarse con ella.Estaba seriamente consternado de que por un asunto que tan pocas ventajas ofrecía para nadie, su cuñado tuviese que hacer tantos sacrificios, y quería averiguar el importe de su donativo a fin de devolvérselo cuando le fuese posible.
En los primeros tiempos del matrimonio del señor Kim, se consideró que no
había ninguna necesidad de hacer economía. Ahora era demasiado tarde para ahorrar: la señora Kim no tenía ninguna aptitud para la economía y el amor de su marido a la independencia fue lo único que impidió que se
excediesen en sus gastos.En las capitulaciones matrimoniales había cinco mil libras aseguradas para la
señora Kim y sus hijos; pero la distribución dependía de la voluntad de los padres. Por fin este punto iba a decidirse en lo referente a Donghan, y el señor Kim no vaciló en acceder a lo propuesto. En términos de gratitud por la bondad de su cuñado, aunque
expresados muy concisamente, confió al papel su aprobación a todo lo hecho y su deseo de cumplir los compromisos contraídos en su nombre. Nunca hubiera creído que Jungkook consintiese en casarse con Donghan a costa de tan pocos inconvenientes como los que resultaban de aquel arreglo. Diez libras anuales era lo máximo que iba a perder
al dar las cien que debía entregarles, pues entre los gastos ordinarios fijos, el dinero suelto que le daba a Donghan y los continuos regalos en metálico que le hacía su madre se iba en Donghan poco menos que aquella suma.Otra de las cosas que le sorprendieron gratamente fue que todo se hiciera con tan insignificante molestia para él, pues su principal deseo era siempre que le dejasen tranquilo. Pasado el primer arranque de ira que le motivó buscar a su hijo, volvió, como era de esperar, a su habitual indolencia. Despachó pronto la carta, eso sí tardaba en emprender las cosas, pero era rápido en ejecutarlas. En la carta pedía más detalles acerca de lo que le adeudaba a su cuñado, pero estaba demasiado resentido con Donghan para enviarle ningún mensaje.
Las buenas nuevas se extendieron rápidamente por la casa y con proporcional prontitud, por la vecindad. Cierto que hubiera dado más que hablar que Kim Donghan hubiese venido a la ciudad, y que habría sido mejor aún si lo hubiesen recluido en alguna granja distante; pero ya había bastante que charlar sobre su matrimonio, y los
bien intencionados deseos de que fuese feliz que antes habían expresado las malévolas viejas de Meryton, no perdieron más que un poco de su viveza en este cambio de circunstancias, pues con semejante marido se daba por segura la desgracia de Donghan.Hacía quince días que la señora Kim no bajaba de sus habitaciones, pero a fin de
solemnizar tan faustos acontecimientos volvió a ocupar radiante su sitio a la cabecera de la mesa. En su triunfo no había el más mínimo sentimiento de vergüenza. El matrimonio de un hijo que constituyó el principal de sus anhelos desde que Taehyung tuvo dieciséis
años, iba ahora a realizarse. No pensaba ni hablaba más que de bodas elegantes,
muselinas finas, nuevos criados y nuevos carruajes. Estaba ocupadísima buscando en la vecindad una casa conveniente para la pareja, y sin saber ni considerar cuáles serían sus ingresos, rechazó muchas por falta de amplitud o de suntuosidad.––Haye Park ––decía–– iría muy bien si los Gouldings lo dejasen; o la casa de
Stoke, si el salón fuese mayor; ¡pero Asworth está demasiado lejos! Yo no podría resistir que viviese a diez millas de distancia. En cuanto a la Quinta de Purvis, los áticos son horribles.
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Orgullo y Prejuicio (adaptación - Sujin)
FanfictionKim Seok Jin y Min Yoongi, cada uno a su manera y, no obstante, de forma muy parecida, deben madurar para superar algunas crisis y aprender de sus errores para poder encarar el futuro en común, superando el orgullo de clase de Yoongi y los prejuicio...