Capítulo 56

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Una mañana, aproximadamente una semana después de la declaración de Jimin, mientras éste se hallaba reunido en el saloncillo con las señoras de Longbourn, fueron atraídos por el ruido de un carruaje y miraron a la ventana, divisando un landó de cuatro caballos que cruzaba la explanada de césped de delante de la casa. Era demasiado
temprano para visitas y además el equipo del coche no correspondía a ninguno de los vecinos; los caballos eran de posta y ni el carruaje ni la librea de los lacayos les eran conocidos. Pero era evidente que alguien venía a la casa. Jimin le propuso a Taehyung irse a pasear al plantío de arbustos para evitar que el intruso les separase. Se fueron los dos, y los tres que se quedaron en el comedor continuaron sus conjeturas, aunque con poca satisfacción, hasta que se abrió la puerta y entró la visita. Era lady Catherine de Bourgh.

Verdad es que todas esperaban alguna sorpresa, pero ésta fue superior a todas las previsiones. Aunque la señora Kim y Yohan no conocían a aquella señora, no se quedaron menos atónitos que Seokjin.

Entró en la estancia con aire todavía más antipático que de costumbre; contestó al saludo de Seokjin con una simple inclinación de cabeza, y se sentó sin decir palabra. Seokjin le había dicho su nombre a la señora Kim, cuando entró Su Señoría, aunque ésta no había solicitado ninguna presentación.

La señora Kim, pasmadísima aunque muy ufana al ver en su casa a persona de tanto rango, la recibió con la mayor cortesía. Estuvieron sentados todos en silencio durante un rato, hasta que al fin lady Catherine dijo con empaque a Seokjin:

––Supongo que estará usted bien, y calculo que esa señora es su madre.

Seokjin contestó que sí concisamente.

––Y ese otro imagino que será uno de sus hermanos.

––Sí, señora ––respondió la señora Kim muy honrada de poder hablar con lady
Catherine––. Es el penúltimo; el más joven de todos se ha casado hace poco, y el mayor está en el jardín paseando con un caballero que creo no tardará en formar parte de nuestra familia.

––Tienen ustedes una finca muy pequeña ––dijo Su Señoría después de un corto
silencio.

––No es nada en comparación con Rosings, señora; hay que reconocerlo; pero le aseguro que es mucho mejor que la de sir Jung Chan.

––Ésta ha de ser una habitación muy molesta en las tardes de verano; las ventanas dan por completo a poniente.

La señora Kim le aseguró que nunca estaban allí después de comer, y añadió:

––¿Puedo tomarme la libertad de preguntar a Su Señoría qué tal ha dejado a los señores Choi?

––Muy bien; les vi anteayer por la noche.

Seokjin esperaba que ahora le daría
alguna carta de Hoseok, pues éste parecía el único motivo probable de su visita; pero lady Catherine no sacó ninguna carta, y Seokjin siguió con su perplejidad.

La señora Kim suplicó finísimamente a Su Señoría que tomase algo, pero lady
Catherine rehusó el obsequio con gran firmeza y sin excesiva educación. Luego
levantándose, le dijo a Seokjin:

––Joven Kim, me parece que ahí, a un lado de la pradera, hay un sitio precioso
y retirado. Me gustaría dar una vuelta por él si me hiciese el honor de acompañarme.

––Anda, querido ––exclamó la madre––, enséñale a Su Señoría todos los paseos.
Creo que la ermita le va a gustar.

Seokjin obedeció, corrió a su cuarto a buscar su sombrilla y esperó abajo a su
noble visitante. Al pasar por el vestíbulo, lady Catherine abrió las puertas del comedor y del salón y después de una corta inspección declaró que eran piezas decentes, después de lo cual siguió andando.

Orgullo y Prejuicio (adaptación - Sujin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora