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— Se que es lo que tienes para decir. —mi vista se quedó en el suelo mientras esperaba a que ella dijera algo.

Habíamos decidido retirarnos de aquella fiesta, primero porque los gemelos se estaban quedando dormidos y segundo, porque Jiyeon estaba a punto de asesinar a aquel hombre.

— Jiyeon entiendo que me odies y que quieras. —fui interrumpido.

— ¿Por qué debería odiarte?. —preguntó y yo me animé a levantar la mirada.

— Todo lo que oíste salir de la boca de ese tipo es completamente cierto, así que entenderé si no quieres hablarme.

— Xu Minghao. —sus manos se posaron en mis mejillas y me obligó a verla— no voy a juzgarte por eso, se que habrás tenido tus motivos... además, se que recibir ese tipo de noticia siendo tan joven puede hacer que te dejes llevar por los impulsos.

— ¿Por qué eres tan linda?. —pregunté viéndola directamente a los ojos— ignoras todo lo malo de mi y solo te concentras en lo bueno.

— No lo digas.

— A veces siento que no te merezco.

— Te pedí que no lo dijeras. —de repente sus brazos me rodearon— no vuelvas a edicir algo así, ¿Está bien?. —asentí y acaricié su cabello— ¿Me dejas ser infantil por una vez?. —alzó su cabeza para verme y yo volví a asentir— si tuviera que elegir a una sola persona para pasar el resto de mi vida, créeme que tú serías esa persona. —sonreí inevitablemente y me incliné un poco para proceder a dejar un beso en su frente.

Jiyeon siguió abrazándome por un par de segundos más, hasta que una llamada entrante a su teléfono hizo que nos separaramos.

— ¿Quien es?. —pregunté en el momento en el que ella tomó su celular.

— Mi padre. —respondió e hizo una expresión de disgusto antes de contestar— ¿Que?. —preguntó en el momento en el que atendió la videollamada.

— Fui a casa de tus abuelos y me dijeron que hace tiempo que no vives con ellos, ¿Dónde estás?. —preguntó su padre y yo simplemente me quedé escuchando aquella conversación.

— ¿Por qué debería decirte?. —respondió con otra pregunta.

— Jiyeon, ¿Dónde estás?. —volvió a preguntar su padre.

— En China. —respondió ella con una tranquilidad que me hizo reír.

— ¿En China?, ¿Que demonios haces ahí?, ¿Estás con ese tipo?.

— Si papá, estoy con "ese tipo" y vinimos a comprar una casa para mudarnos a este país cuando nos casemos, ¿Contento?.

— Casarte con un chino, ¿Que ridiculez es esa?.

— Los abuelos lo adoran y como ellos son prácticamente mis padres, no necesito otra opinión aparte de las de ellos. —finalizó y cortó la llamada— no lo soporto. —dijo mirándome y yo me reí.

— ¿Te vas a casar conmigo?. —pregunté y ella rió.

— ¿Por qué no?.

— Te convertirás en la "señorita Xu".

— Pensándolo bien. —dijo y volvió a acercarse a mi— no me desagrada la idea. —dejó un corto beso en mis labios y luego se alejó— deberíamos ir a dormir, ya es demasiado tarde.

[...]

Los siguientes dos días restantes los ocupamos para salir a ciertos lugares con los niños. Visitamos la playa, lugares de juegos, acuarios y como no, jugueterías.

Los gemelos captaban la atención de todos al caminar juntos por las calles y a muchos le resultaba bastante adorable el hecho de que se tomaran de las manos al caminar.

— ¿Les puedo tomar una foto?. —preguntó una chica acercándose a nosotros justo en el momento en que ambos habíamos alzado a los gemelos.

No quise ser grosero y terminé accediendo a aquella petición. La chica en cuestión tomó la foto y espero un par de segundos antes de entregarme aquella Polaroid.

— ¿Te debo algo?. —le pregunté tras recibir la foto y ella negó varias veces.

— Considerelo un regalo, ustedes son muy lindos. —dijo y procedió a irse.

[...]

— Al fin en casa. —dijo Jiyeon una vez que terminamos de bajar las maletas del taxi— siento que voy a dormir una semana entera.

— ¿No tienes escuela mañana?. —pregunté y ella negó varias veces.

— No voy a ir. —respondió y tomó la maleta que era suya— he decidido que voy a rendir el equivalente a finales de año. Ya estoy harta de la escuela.

Dejamos aquella conversación allí y caminamos hacia la puerta de la casa. Entramos al lugar y casi al instante fuimos recibidos por los abuelos de Jiyeon, quienes se mostraron muy contentos al vernos de nuevo.

Hablamos un par de minutos y luego Jiyeon salió corriendo a abrazar a su gato quien había llegado hacia nosotros tras escuchar el alboroto.

— Es bueno estar de vuelta. —dije para mí mismo mientras observaba a Jiyeon sonreír ampliamente mientras jugaba con el pequeño gato.

























Un Papá En Problemas / Xu Minghao [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora