Capítulo 2

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Verla dormir era el único consuelo que tenia, desde todo el desastre hace dos días se negaba a dejar la casa de Ben sabía que si lo hacía estaría fuera del poder de ayudarla ya que n pertenecía al club o era la vieja dama de alguno de los hermanos.

Tenía que pensar en algo rapido. Aunque sí duda su hija era  la más feliz con la situación de ver su '' papa'' cada vez que lo decía no podía evitar sentir su cuerpo temblar aunque María lo tenía peor con Aurora con quien discutía cada segundo.

—Necesito hacer algunas cosas¿Podrías cuidar de ella? —le pregunté a Ben sabía qie siempre me apoyaría pero realmente no sabía que tanto fuera hacer aquello—. Necesito buscar algunas cosas a la casa.

—Yo podría ir por ellas.

—No te preocupes yo ire, solo quedate con ella.

No pareció convencido con aquello pero no dijo más nada.
No quería saber cuál era su relación pero sin duda debía saberlo.

—¿Realmente te gusta? —dije sin temor alguno vi la confuncion estar  en su rostro para después verme con expresión seria.

—¿Realmente quieres saber? —me pregunto refurmulando la pregunta.

—Realmente no.

trage fuertemente, ambos nos miramos fijamente sabía que esperaba que dijera otra cosa pero no lo haría y sin más que decir me marche no tenía nada que hacer. Sabía que no tenía derecho a decir algo o tener curiosidad.

Caminé hasta la cocina y sin duda fue la peor desición; María y Aurora discutían era la ¿Cuarta, quinta vez? Ya había perdido la cuenta.

—Buenos días— saludé y ambas aguardaron silencio.

—Tia Lena, puedes decirle a mamá que tengo derecho de ver a papá— casi lo sentí como una orden y rápidamente sabía que tenía que marcharme.

—Lo que decida mamá, debes hacerle caso— fue mi respuesta.

—Ustedes dos son egoístas— grito marchándose pisando fuertemente para luego escuchar una puerta siendo cerrada.

—Estoy jodida, se que si le quitó los ojos de encima se escapara y buscará la manera de reunirse con él— comentó María, sentía un poco de pena por ella al menos mi situación era más fácil.

—Lograras una manera, siempre lo haces.

Aunque ambas sabíamos que no era suficiente.

—Ire a casa a buscar unas cosas.

—¿Vas con alguno de los hermanos?— me preguntó.

—No iré sola, de cualquier manera no está muy lejos.

Tome mi cartera y las llaves de mi casa, tal vez era más fácil ir en mi carro pero así despejaba mi mente.

—Buenos días, Lena¿Necesita que te acompañe?— me preguntó un hermano cuando abandone la casa.

—No te preocupes, vuelvo en 20 minutos... estaré en mi casa.

—Okey, lo tengo.

Caminé y al girar la calle empecé a sentir como me seguían no quise darle importancia así que apresure mi paso, sabía quién era y no me detendria a cruzar palabras con algunos de ellos. De repente una moto de detuvo a unos metros detrás mío y al girar mi cabeza vi a Miguel.

—¿Qué quieres?— pregunté cansada no quería hablar.

—Mi hija.

—¿Hija? Usted no tiene hija— mencioné riéndome, no retrocedi cuando dio un paso hacia mi.

—Estoy hablando de la que me quitastes el derecho de conocer—dijo amenazante.

—¿No estarás equivocado? Dijo solo te llevas por palabras dichas por Flip deberías pensarlo mejor— mencioné sarcásticamente—, usted y yo no tenemos nada en común.

Di media vuelta para seguir pero su mano agarro la mía deteniendo mi escape.

—¿Y si pudiera una prueba de ADN?

Aunque sabía que esperaba una desesperación por mi parte me mantuve serena, me safe de su agarre y lo enfrente.

—Mi bebé ya tiene un padre, no sé que buscas pero mantente alejado.

—Y ¿Si no quiero?

—Entonces iré a la policía.

—¿Ben lo permitirá?—pregunto deliberadamente buscando puntos débiles.

—Es nuestra hija, y haré lo que mejor me parezca en cuanto su seguridad de un loco que piensa que es su hija.

Sabía que lo estaba molestando pero no dejaría que me intimidaria.

—¿Qué pasa si descubro que estás mintiendo?

—No lo haré porque no miento, si no hay nada más que hablar entonces me marcho.

—¿Que haras si descubro lo contrario?

—Como te dije no hay nada que esconder, no tienes porqué preocuparte.

Luego de eso me marché y caminé lo más rápido posible hasta llegar a casa y armar una pequeña maleta, y volver a la casa de Ben, saludé a varios hermanos y al ingresar a la casa me sentí ansiosa. Vi a Ben bajar rápidamente las escaleras.

—¿Esther está contigo?— aquella pregunta hizo mis piernas temblar.

—Se supone que estaba durmiendo,y tú la cuidarias.

—Fui al baño y cuando regrese no estaba.

—¿No estaba?

—Aurora tampoco está— mencionó María apareciendo en mi campo de visión.

—Ben¿Donde esta mi hija?

Aquella pregunta mi volvía loca la cabeza y las miles de situaciones pasaban por mi cabeza; y si Miguel se atrevió a tocarle un cabello lo mataría.

De eso no tenía duda.

Cuidando De Ti (Par2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora