Lena
Mientras terminaba de preparar a Esther, hoy era su primer de clases y se encontraba muy emocionada, tanto que se había levantado temprano y alistándose.
Supongo que era emocionante conocer nuevas personas.
—¿Quieres un moño o dos? — le pregunte peinando su cabello, se veía adorable.
—Dos y ponle dos lacitos... me vere muy hermosa.
—Ahaha corazón... te veraz muy linda.
—¿Le gustara a papa?
Mis manos se detuvieron por un momento luego de regresar de la pequeña fiesta, no había dejado de hacer preguntas y muchas de las cuales no pude responder y lo que me hizo preguntarme ¿Alguna vez nos conocimos realmente?
—Por supuesto, si tiene a la hija mas guapa que puede pedir.
—Eso no puedo negarlo.
Sonreí, nos terminados de arreglar para irnos al colegio.
—Esther el bolso, recoge todo... no dejes nada tirado.
Dije alzando la voz, era como yo siempre olvidando sus cosas por donde pasaba.
Una sombra se mostro en el porche, luego unos suaves toques ¿Estaba tan nervioso que daba vueltas en el pórtico? Pensar en aquello me hizo sonreír.
¿Miguel podía ser así de tímido? El hombre que yo siempre vi era seguro de cada una de sus acciones.
Abrí la puerta sorprendiéndolo, dio un paso atrás colocando las manos en sus bolsillos, vestía un pantalón de mezclilla y una camina azul, sin duda se veía guapísimo.
—Hola, veo que ya has llegado...
—Papaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa... mira cómo me veo.
Fui apartada por una emocionada Esther, podía ver el shock en su mirada ¿Le daría un ataque allí mismo? Intento balbucear unas palabras, pero parecía haberse quedado sin ninguna.
—¿Me veo fea? Mami dijo.... Que me veía linda.
—No, no, no... te ves tan hermosa que he quedado sin palabras corazón.
—¿No estas mintiendo?
Dijo mirándolo con un lindo gesto, ver eso me conmovió el corazón y no pude evitar pensar en una escena como aquella, pero cada día.
Hizo mi corazón latir fuertemente. Aprete mis manos fuertemente sabía que si yo estaba dispuesta a dar ese paso.
Podría ser mis días, nosotros tres juntos.
Como una familia.
Mordí mi labio disipando todos esos pensamientos de mi cabeza.
—Es hora de irnos ¿Tienes todo?
Dije entrometiéndome en su pequeña conversación.
—¡Vamos, no puedo llegar tarde!
Todo aquel momento me hizo anhelarlo ¿Podría hacerlo? ¿Sin dejar que viejos miedos se interpusieran en quien era ahora y como quería vivir?
.........................................
—Miguel...— fue como un pequeño susurro, el espacio entre nosotros era como un limite ¿Estaba dispuesta a pasarlo?
—Lena ....
Pase una de mis manos sobre su pecho, mi mirada recorriendo su cuerpo hasta encontrarme de nuevo con esos ojos azules, como el cielo. Acerque su rostro mas junto al mío, nuestras respiraciones se mezclaban.
Y uní mis labios con los suyos.
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Cuidando De Ti (Par2)
RomanceEl destino había determinado aquello, lo que tanto espero que jamás sucediera. Aquel motero, quien la había corrido sin darle algún tipo de armistia, sin escuchar lo que tenía para decir. Ahora ella no tenía tiempo y mucho menos ganas de dejarlo e...