Cuidando De Ti (Par2)

Capitulo 8

Todo había cambiado, hacia tan mal en sentirse así ¿miguel no era su padre después de todo? mas no deseaba que su relación se estrechara y no hubiera cabida para en sus vidas. Pero a veces deseaba ser más egoísta de lo que realmente quería ser, no era justo que de un momento a otro me arrebatara toda la felicidad que había deseado.

Pero ver esa felicidad en Esther creaba sentimientos contradictorios en mi cabeza, era una buena madre, nunca le había fallado, pero porque tenían que juzgarme. Ben lo pensó y lo reprocho ¿El estuviera en mis zapatos cuando dijo aquello? No lo creía.

¿Esther no me lo perdonaría al crecer?

—¿Cómo puedes con todo ello, María? —pregunte desesperada por teléfono, podía ir a verla, pero sin duda no arriesgaría al lugar donde se encontraba—. Temo que todo se salga de control.

—Veras que todo saldrá bien, siempre tomamos las mejores decisiones para nuestros hijos — dijo para luego toser fuertemente.

—¿Estas bien? Me preocupa esa gripe tuya, deberías ir a un médico.

—Mañana asistiré, solo estoy siendo muy cuidadosa... y Aurora no lo está haciendo nada fácil para mí— hice una pequeña mueca, estaba ahí quejando cuando ella estaba en una situación peor que la mía.

—Hablamos mañana, descansa...deje a Esther con tu madre así que iré a donde Ramón a tomar unas copitas—hace tiempo que deseaba algunas con todo lo del juicio había dejado todo en pausa.

—Bebe una por mí.

—Lo hare, no lo dudes... descansa.

Tome las llaves y cerré al salir, inhale y exhale solo tenía que tener paciencia, solo me quedaba eso, entre en el auto y arranque dirigiéndome al pequeño bar de Ramon. Al llegar estacione en el lugar de siempre y me baje tomando solo mi tarjeta y las llaves del auto, salude al guardia de la puerta.

—Hola, juan veo que estas de turno ¿Cómo esta Amelia?

—Bien, sigue siendo terca como una mula..

—Me alegro, le mandas un saludo de mi parte.

Me acerque a la barra encontrándome a Ramon, el pobre hombre no descansaba y eso que era el dueño de aquello, era tan perfeccionista que andaba detrás de los empleados y muchas veces terminaba el de hacer las cosas. Pero sin duda era un tipo simpático, aunque maniático como jefe.

—Buenas, buenas... ¿Cómo va todo por estos lares?

Ramon me sonrió con esa típica característica juguetona, era un tipo agradable, aunque un poco persistente los primeros años cuando lo conocí.

—Vengo por un trago, y avísale a uno de tus chicos si puede llevarme a casa— dije al sentarme en el taburete de la barra, me gustaba era tranquilo en comparación del otro lado del bar que era un ambiente más movido.

—¿Lo de siempre? —me pregunto y asentí con una sonría.

—Quien te escuchara pensaría que vengo por aquí todos los días.

—Aquí nadie le importaría. Sin embargo, que quedé claro ¿Y María, como esta? —me tendió mi cerveza, hice una pequeña mueca.

—Esta bien, regresara pronto se ha ido de vacaciones... por un tiempo.

—Entonces por lo que dices no la veremos un buen tiempo por acá.

—Si, la extrañaremos mucho.

Y ahí se acabó la conversación realmente no deseaba decir algo más, al final los chimes corrían con rapidez y no deseaba que nada se saliera de control, los dragones negros podían tener muchas conexiones pero allí sin duda no era su territorio y estábamos bajo el territorio de los Lobos MC sin duda no se arriesgarían a un enfrentamiento abierto, eso al menos me tranquilizaba nadie entraba o salía sin que los hermanos lo supieran; deban atenerse a las reglas del lugar.