Capitulo 4

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Luego de recibir aquel mensaje no sabía cómo sentirme, tenía muchos sentimientos encontrados aún más con todo lo que estaba pasando rencor, odio, temor y sobre todo que de alguna manera toda esta disputa afectara a Esther para ella ya existía su padre, sin duda todo cambiaria totalmente con ese idiota metiendo sus narices donde nadie lo llamaba.

Y más con todo Lo que había pasado en la mañana. Tenía que saber que todo aquello se debía al intento calor y no por otras cosas, no podía dejar que nada le afectara.

—Lena, ya verifiqué las cámaras de seguridad y fue tal como dijo Aurora— comento aquello de alguna forma me tranquilizo conocer que él no se había acercado a ella.

—Me alegro que no sea nada grave, ahora solo tenemos que estar al pendiente de ella— mencione arregostándome de su brazo apoyando mi cabeza—, espero que todo esto no termine mal, necesito un abogado.

—Nada pasara, ya he conseguido un abogado para ti— me informo sorprendiéndome no hace poco habíamos llegado a casa, aquello me tomo por sorpresa.

Durante los dos siguientes días sentir que estaba lista para enfrentar todo, ¿acaso no había sufrido lo suficiente? No quería nada que ver con ellos ni en uno o mil años jamás pensó que se volverían a ver las caras, no podía dejar de sentir rencor por lo que paso hace más de cinco años. Nunca lo perdonaría.

— Espero que sea lo suficientemente bueno, no permitiré que se le atreva acercarse a mi hija— sabia que Ben no estaría de acuerdo con todo aquello, sintió que suspiro a su lado mas sabía que no diría nada sobre el asunto.

— Lo único es que tenemos que ser sinceros con él, también el asunto...debes decirlo; si ellos se enteran pueden usarlo a su favor—me comento recordándomelo, asentí por poco se me había olvidado de aquello.

— Tienes razón, hay que estar listos.



Pasado seis años atrás.

La doctora me observo atentamente había sido un largo proceso durante los pasados meses, mi vientre de cinco meses era evidente.

—He tomado una decisión, con respecto al bebe— le dije aquello le hizo alzar una ceja habíamos hablado sobre ello en nuestra sección anterior.

A decir verdad, al principio del embarazo con las hormonas y distintos factores depresivos, había tomado la decisión de abortar fueron largos tres meses luchando contra mi propia mente, al principio me sentí feliz por aquello, pero la realidad me golpeo al entender como iba realmente aquello; nadie sabia lo que estaba pasando hasta que Ben me hizo dar cuenta que debía buscar ayuda.

—¿Qué has decidido hacer?

Tome una gran bocana de aire, sabia que al final si podía quedarme con la niña dependía también de mi salud mental.

—Voy a criarla, se que han sido días difíciles para mi...pero no quiero entregarla a otras personas, realmente no me creo capaz; ayer por fin deje que el doctor escuchara los latidos del corazón... había decidido que no los escucharía hace dos meses atrás. Quiero criarla y verla crecer quiero ser su madre tal vez no sea perfecta— tome una pausa—, pero lo hare será feliz junto a mí, sé que tengo que mejorar muchos estos meses, pero acepto cada vez mas esto que está pasando.

—Me alegro, yo también hare lo posible por ayudarte— aquello que dijo me dio alivio de alguna manera estaba apoyando mi decisión.





Presente.

Había sido un embarazo difícil y sobre todo muy sobrecargado de emociones, al igual que los primeros meses de vida de Esther mientras intentaba aprender hacer madre y conseguir un trabajo, Ben sin duda fue un gran apoyo durante los siguientes tres años dándome ánimo y siempre como un tronco a mis espaldas cubriéndome por si caía.

—Tenemos que asegurarnos tener todo bajo control, no quiero compartirla con el—mencione triste, ese era mi mayor miedo que pudiera arrancarla de mis brazos.

Hoy sería el primer caso de la custodia estaba completamente nerviosa, había sido totalmente sincera esperaba que nada me tomara por sorpresa. Jamás permitiría que se acercara a Esther, nunca. Y eso lo tenía claro.

Apreté la mano de Ben fuertemente hoy solamente me había acompañado junto a su madre; esperando que fuéramos llamados por primera vez sabia que Esther no entendía realmente la razón por la cual nos encontrábamos allí.

—¿Mami, cuanto tiempo esperaremos? —se quejo con un puchero que me hizo sonreír.

Me agache a su altura y tome sus pequeñas manos, aunque las mías temblaban un poco debido a los nervios.

—Venimos hacer una tarea y luego nos iremos ¿Qué tal por una pizza? —le pregunte sabia que aquel era su favorito.

—Me parece genial, ¿Papi vendrá con nosotros? —esta vez pregunto mirando a Ben, quien asintió y yo sonreí, aunque mi cuerpo sintió un pequeño escalofrió y al incorporarme me encontré con su mirada gélida.

—Por eso tienes que hacer caso y responder a todo lo que te diga—le ordene viendo como ambos abogados se acercaban junto a una chica.

Tras presentarnos y darnos las manos fue el momento que todo el proceso iniciaría no habría marcha atrás.

—Esther, ven jugaremos un rato—le propuso la psicóloga agachándose a su altura, mi hija me miro esperando mi permiso.

A lo que sonreía y asentí.

Las vi marcharse charlando animadamente, en ese momento lo escuche acercarse y me gire sobre mis talones encontrándome con su mirada.

—Al fin, podemos vernos decentemente—pudo sentir el sarcasmo en sus palabras.

—Yo pensé que jamás te vería—fue mi respuesta.

—El destino es una maldita broma ¿Qué esperas?

—Cuida tu lenguaje.

—tu deberías mantener tu boca cerrada, me asegurare de llevármela y nunca podrás verla.

—Sobre mi cadáver, intento de hombre.

Y aquellas simples palabras fueron el inicio de una guerra feroz

Cuidando De Ti (Par2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora