Miguel
Ver a Esther interactuar con Ben fue como un puñal en el corazón, y no pude evitar en lo desgraciado que era el destino. ¿Realmente merecía esa oportunidad que le estaba pidiendo?
Nos hicimos muchos daños, yo no era un maldito inocente en todo lo que paso y como la trate esa noche.
En cierta parte me lo recriminaba a mi mismo, pero no podía dar marcha atrás.
Estábamos en el presente intentaría ser mejor por mi y luego por mi hija.
Tal vez Lena no estaba dispuesta a dejar toda su vida atrás por el club y todo lo que mis hermanos significaban para mí.
¿Podría cuidar de ellas si existiera un peligro mas grande? ¿Podría asegurar su seguridad?
—Se quieren mucho — me sorprendí cuando pronuncie, a mi lado Lena me observo como si no supiera que decir o que hacer y la culpa me lleno.
¿Había pensando que tal vez me molestaría aún más?
cuando Ben se fue solo pude observar la cara de tristeza y el anhelo en su mirada, en los últimos años por mas que odiara y quisiera saltar sobre él, ¿Podría hacer que ella me amara?
—¿Lo extrañas mucho? — trague fuertemente mientras la miraba fijamente, sus ojos eran tan claros como estrellas en el cielo.
—Si lo extraño, pero ahora también te tengo a ti... me gusto que me hicieras el desayuno, Miguel.
Sonreí en medio, sintiendo como mi corazón podría explotar, hades era un desgraciado y sabia como poner a los hombres de rodillas.
Pero en ese momento fue mi hija quien movió la tierra debajo de mis pies.
—No sabes lo feliz que me hace saber que podre tener un pequeño pedazo de tu corazón.
—Nosotras también te queremos mucho, espero que te quede junto a nosotras.
Sonreí y acaricié su cabello.
—¿Puedo abrazarte?
Mi corazón latió fuertemente mientras esperaba la respuesta, podía sentir como si fuera una eternidad.
—Si, miguel.
—Te quiero mucho, pequeña...
—Yo también, Miguel.
Deseaba que algún dia ese miguel se convirtiera en "papa" todavía tendría mucho tiempo, la tome entre mis brazos estaba seguro que haría hasta lo imposible por siempre estar para ella.
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Cuidando De Ti (Par2)
RomanceEl destino había determinado aquello, lo que tanto espero que jamás sucediera. Aquel motero, quien la había corrido sin darle algún tipo de armistia, sin escuchar lo que tenía para decir. Ahora ella no tenía tiempo y mucho menos ganas de dejarlo e...