2. El reencuentro y el enano

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(T/N)

Voltée hacia donde escuché que alguien dijo mi nombre y me encontré a Susan y Lucy. Sus cabellos estaban sueltos y no llevaban los sacos de sus uniformes, lo que me hizo pensar que también se metieron al agua. Corrimos a abrazarnos gritando y riendo.

–¡Chicos, miren, es (T/N)!

Pocos segundos después, Edmund y Peter corrieron hacia nosotras–igual de despeinados y con el uniforme desordenado–, aunque Edmund corrió más rápido. Él y yo casi nos caemos al abrazarnos. Fue tan lindo volver a estar en los brazos del otro.

–Te extrañé mucho.

Al ver que Edmund no me soltaría tan fácil ni tan rápido, Peter nos abrazó a los dos, poco después, sus hermanas imitaron su acción.

–¡Ya estamos juntos otra vez!–exclamó Lucy cuando el abrazo terminó.

–Lo sé–dije–, pero ¿dónde estamos?

–No sabemos–respondió Susan–. Encontramos ésto.

Mostró algo que tenía en su mano:un caballo de ajedrez hecho y con un rubí por ojo, el otro estaba perdido.

–Oye, eso es mío. De mi juego de ajedrez. –dijo Edmund.

–¿Qué juego de ajedrez? –le preguntó Peter.

–No tengo un juego de ajedrez de oro sólido en Finchley, ¿o sí?

Miré a mi alrededor y vi, algo lejos de donde estábamos, una plataforma de piedra y un par de escalones. De pronto, una imagen vino a mi cabeza:el salón de los cinco tronos. Lucy y yo nos miramos, dándonos cuenta de dónde estábamos. Fuimos hacia la plataforma, siendo seguidos por los demás que aún no entendían.

–¿No lo ves? –le preguntó Lucy a su hermano mayor cuando llegamos. Colocó a Peter en el centro y Susan se colocó casi naturalmente a su lado–. Imagina muros.

–Y columnas alrededor. –le dije a Edmund mientras se ponía al otro lado se su hermano y yo me coloqué en medio de Susan y Lucy.

–Y un techo de cristal.

No puede ser. Cair Paravel.

***

Edmund

Estaba caminando con (T/N) cuando de repente, por impulso, tomo su mano, tirando de ella ligeramente. Nos miramos y no hubo necesidad de decir algo. Tomé su otra mano y la besé.

–¿Y eso por qué? –preguntó.

–Porque no pude hacerlo antes.


Sonreímos y me devolvió el beso, me sentí bien de repente al estar de nuevo con ella. El beso acaba y (T/N) pareció ver algo atrás de mí.


–¿Qué ocurre? –pregunté.

–Esa roca es extraña, ¿no crees?

Nos acercamos, me incliné a la altura de la roca y la examiné.

–Catapultas.

–¿Qué? –preguntó Peter quién ya había llegado con nosotros junto con las chicas.

–Ésto no se derrumbó. Cair Paravel fue atacado.

Our lifetime || Edmund Pevensie x Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora