7. El duelo

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(T/N)

Fui a buscar a Peter pues no lo veía por ninguna parte. Fui a la Mesa de piedra y ahí estaba, sentado mirando la imagen de Aslan.

–Hola, Pet. –dije mientras me acercaba.

Miró y sonrió ligeramente. Fui a su lado y me senté.

–¿Vas a regañarme porque el plan no funcionó? –me dijo después de un rato.

–No fue tu culpa. Hubo cosas que no pudiste controlar. Hicimos lo que pudimos.

Peter era mi amigo, al igual que los demás Pevensie, por lo tanto no me gustaba ver que estaba mal. Él solo quería el bien de su pueblo, al igual que sus hermanos y yo. Habíamos tomado una decisión no muy buena, pero ahora debíamos hacer algo para mejorar la situación.

–¿Por qué Aslan no nos ayudó–preguntó Peter–.¿Por qué no nos dejó verlo?

–No lo sé. Quizá quería que confiáramos más.

–Pero pudo haberlo hecho de otra manera.

–Tal vez en eso consista la fe.

–¿Cómo lo haces? Te mantienes optimista a pesar de todo y tienes esperanza.

–No es tán fácil. Recuerda que Aslan no está domesticado. –sonrió ligeramente al escuchar la última frase.

–Ojalá pudiera ser mejor rey.

–Lo eres–dije mientras ponía miano en su antebrazo –. Tienes errores como todos, pero aún así Aslan te escojió. Él sabe lo que hace.

Peter sonrió y tomó mi mano entre las suyas de manera amable y amistosa.

–Edmund es afortunado de tenerte.–reí por su comentario y justo en ese momento Edmund entró.

–Pet, tienes que ver ésto.

Ambos nos pusimos de pie y seguimos a Edmund quien tomó mi mano. Nos dirigimos a la zona que servía para vigilar, al igual que todos. Cuando llegamos, vimos al ejército telmarina frente a nosotros. Estábamos rodeados.

Empezamos a planear algo para ganar tiempo. Lucy iría a buscar a Aslan para que nos ayude y Susan iría con ella. Mientras tanto, Peter retaría a Miraz a un duelo cuya recompensa sería la rendición total. Peter redactaría el reto y Edmund iría a entregarlo acompañado por un gigante y un centauro.

Cuando Edmund y las chicas se fueron, fui a la Mesa de piedra. Tenía miedo de que volviéramos a fallar, de que Aslan no apareciera a tiempo. Y ahora pareciera como si tirara al caño todo lo que le dije a Peter hace rato.

Escuché pasos en el lugar y cuando voltée vi a Caspian quien no se había percatado de mi presencia.

–Lo siento. No sabía que estabas aquí.

–Descuida.

Dubitativamente se acercó, pero se mantuvo a cierta distancia.

–Quiero que sepas que lo lamento–habló Caspian llamando mi atención –. Lamento lo que mi pueblo causó a Narnia, lamento ser un mal líder...

–Basta, Caspian. Sé que no fue la mejor decisión atacar el castillo, pero lo hecho, hecho está. Tú no eres responsable por los crímenes de Telmar y, hasta ahora, has hecho lo necesario para hacer lo correcto.

–Seguro no les causé una buena impresión.

–Probablemente –ambos reímos –. Ahora que lo mencionas, cuando te encontramos, tenías la espada de Peter.

–Cuando lo vi, pensé que era un enemigo y él pensó lo mismo así que empezamos a pelear. Su espada se atoró en un árbol al dar una mala estocada, lo ataqué y tomé la espada.

Our lifetime || Edmund Pevensie x Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora