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Desperté con un dolor de cabeza inmenso, me dolía todo el cuerpo y mis ojos estaban pesados; observé a mi alrededor y no era mi habitación, era la de Harry. ¿Que hacia yo aquí? Me levante como pude y camine hacia la puerta, al abrirla y salir; note que no había nada, así que baje al comedor donde me encontré con mis hermanos tomando café.
—Por fin despiertas bella durmiente.
Puse los ojos en blanco y me acerqué a servirme un poco de café.
—¿Que hago aquí?
—¿No recuerdas nada? —pregunto Harry y negué.
—Te pasaste de copas ayer, le gritaste a Atenea, la humillaste y creo que ya ¿no?—miró a a Tom.
—Te comportaste como un patan Sam y casi te besas con Jessica.
—¿¡QUE?! ¿Cómo que casi me beso con Jessica? Pero—me toque la cabeza— ¿cómo? Ay no... soy un idiota. Tengo que hablar con Atenea.
—Ella no quiere hablar contigo—dijo Tom.
—¿Donde está?
—Con Vicky pero no vayas, o solo que quieras cavar tu propia tumba.
—No me importa. Me daré un baño e iré —camine hacia las escaleras— Y no quiero que le avisen , le darán tiempo que huya.
—Como órdenes jefe—dijo Harry.
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Estacione el auto de Harry que después de 15 minutos logre que me lo prestara, o bueno; lo empuje, le quite las llaves y salí corriendo. No sabía con qué cara iba a presentarme en casa de Vicky, no recordaba nada y eso me hacía sentir peor. Suspire y baje del auto para caminar hacia la puerta. Aún tenía tiempo de correr pero debía disculparme con Atenea, en mi mano traía un ramo de flores. No sabía si le gustarían pero a Erin si, siempre que nos molestábamos le llevaba unas.
Toque la puerta unas cuantas veces hasta que Vicky abrió la puerta, me miró con una ceja levantada.
