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Todos nos miraban confundidos y sorprendidos, tenía miedo de la reacción de Sam, no iba hacer nada fácil y sobre todo tener que solucionar todo lo que hizo Erin.
—¿Querían matarme?
—Oliver, Erin se negó al final—respondió Tom.
—Pero ella acepto—dijo Sam aun en shock.
—No queríamos decirte la verdad por la que viajábamos a Londres hasta estar 100% seguros, lo siento Sam.
El solo asintió y se levanto, empezó a caminar hacía su habitación, mire a los demás. sabía lo que tenía que hacer. Me levante y fui detrás de el, lo encontré con las manos en su cara mientras estaba sentado mientras sollozaba.
—Sam...
El no respondió, me acerque más, a el no sabía si irme o quedarme.
—¿Por que?—pregunto— ¿por que no solo me dijiste la verdad?
—No quería lastimarte.
—¿No querías lastimarme? Ellos no son mis hijos Atenea.
—Lo se pero eso no importa, eres su padre, los viste crecer.
—¿Crees que a un juez le importa eso? no me interesa lo que hizo Erin, ella ya esta muerta, ya ni si quiera se si aun la amo pero lo que sabía es que me estaba enamorando de ti, podría decirte cuanto te amaba pero ahora ya no se. Pudiste decirme lo que te dijo y así descubrirlo juntos.
—Ella no quería que te dijera.
—¿Desde cuando le haces caso a un fantasma? ¡Son mis hijos! —levanto la voz y me miro— tenía derecho.
—¡Estaba entre la espada y la pared Sam! ella era mi prima y bueno, tu y yo ni si quiera éramos parejas.
—Y resulta que tu prima no era lo que muchos creíamos.
—Sam, créeme que a mi también me duele todo esto y te pido perdón por no decirte a verdad.
—Es tarde, Oliver me dijo que tu le dijiste que eran sus hijos ¿por que me hiciste esto?
—Sam...
—¡No! las dos mujeres que pensé que me querían me traicionaron y ¿sabes que? vete, voy a solucionar eso, no se como pero lo voy hacer—asentí.
—Esta bien, suerte—me levante y sin más que decir salí de ahí, Vicky se acerco a mi.
—¿Qué paso?—pregunto.
—Se termino—la mire— creo que me voy a ir antes de lo que pensaba.
